Por Fabián Buelvas.
La vida del poeta soledeño Gabriel Escorcia Gravini (1891 -1920) es un misterio que está lejos de agotarse. Condenado por la lepra a vivir aislado del mundo, su poema La gran miseria humana (1918) terminó ocupando un sitio en la poesía popular colombiana. Más de cien años después de su muerte, sin nadie vivo que lo haya conocido y sin archivos que revisar, la leyenda se ha impuesto frente a la certeza. Parecería imposible cuestionarla, de no ser porque alrededor de su leyenda orbitan datos que nos ofrecen una perspectiva distinta a la tradición oral. Crítica a propósito de la publicación de un poemario suyo por la Editorial Uninorte.