Margarita Garcia

Foto: Periódico La Guajira.

Mayor inversión, pero mayor endeudamiento: un llamado urgente a garantizar la sostenibilidad fiscal del Atlántico

por | Dic 16, 2024

Por Fundesarrollo

El Atlántico necesita replantear su estrategia fiscal mediante la diversificación de ingresos, la racionalización del gasto, la gestión prudente de la deuda y una planificación a largo plazo que garantice su sostenibilidad financiera.

En los últimos años, la administración departamental ha seguido el modelo de fortalecimiento de ingresos fiscales implementado por Barranquilla, enfocándose en mejorar el recaudo tributario y utilizar el endeudamiento. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda, en su informe anual de Viabilidad Fiscal, advierte sobre los retos de esta estrategia. Señala el impacto negativo de la menor actividad económica en los ingresos y el riesgo de un endeudamiento creciente, que podría poner en peligro el saneamiento fiscal del Atlántico.

En este sentido, desde Fundesarrollo se realizó un análisis de las tendencias fiscales del departamento durante los últimos trece años. El objetivo fue evaluar la evolución de sus principales cuentas, comparar el reciente nivel de endeudamiento con el de territorios similares y prever los posibles resultados a mediano plazo en caso de que se mantenga la misma dinámica fiscal.

El análisis de las finanzas del departamento del Atlántico entre 2010 y 2023 revela una situación fiscal marcada por un desequilibrio persistente entre ingresos y gastos. Aunque los ingresos crecieron a una tasa anual promedio del 3.7 %, los gastos lo hicieron al 5.3 %, lo que ha generado déficits recurrentes. En 2023, el déficit en caja alcanzó los 236 mil millones de pesos, una cifra cinco veces mayor que en 2016.

Los ingresos del departamento se originan principalmente en tres fuentes: impuestos locales, transferencias nacionales y otros ingresos de capital. No obstante, su composición ha variado significativamente a lo largo del tiempo. En 2010, los ingresos tributarios representaban el 46 % del total, pero esta participación disminuyó al 38 % en 2023. De forma similar, las transferencias nacionales, que constituían el 42 % en 2010, se redujeron al 29 % en 2023. Este cambio responde al incremento en el uso de regalías y créditos como mecanismos de financiamiento. Sin embargo, aunque estos ingresos han cobrado relevancia, su naturaleza volátil pone en riesgo la sostenibilidad de la base fiscal en el largo plazo.

Los gastos departamentales también se han transformado. Hasta 2017, el enfoque de la inversión estaba en la infraestructura, como obras públicas, que representaba el 44.7 % del total en promedio. Sin embargo, desde 2018, la mayoría del gasto se ha dirigido a inversión social, alcanzando el 61.5 % en 2023. Aunque esta prioridad responde a necesidades sociales urgentes, el crecimiento de este tipo de gasto no ha ido acompañado de un aumento proporcional en los ingresos. 

El endeudamiento también se ha disparado. En 2010, la deuda total del Atlántico era de 189.7 mil millones, pero en 2023 alcanzó los 754 mil millones. Según las proyecciones de Fundesarrollo, para 2033 la deuda como porcentaje de los ingresos totales alcanzará un 119 % (a la fecha se encuentra en 56 %), mientras que según el Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp) de 2024 esta razón será del 1.1 % en la misma vigencia.

En 2023, el déficit en caja en las finanzas del departamento del Atlántico alcanzó los 236 mil millones de pesos, una cifra cinco veces mayor que en 2016.

A nivel nacional, el Atlántico muestra indicadores fiscales mixtos. Por un lado, su capacidad de ahorro operativo alcanza el 59 %, superior a la de departamentos similares, lo que refleja una buena gestión de los ingresos tras cubrir los gastos recurrentes. Sin embargo, destina el 30 % de sus ingresos corrientes al pago de intereses y amortización de su deuda, el porcentaje más alto en comparación con departamentos como Bolívar, Santander y Boyacá. Además, su deuda acumulada supera sus ingresos operativos, evidenciando una posición fiscal vulnerable.

Las proyecciones fiscales de la administración presentan un panorama contrastante frente a las tendencias históricas del departamento. Mientras el Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp) proyecta un superávit de 688 mil millones de pesos para 2033, Fundesarrollo estima, en cambio, un déficit de 463 mil millones de pesos para ese mismo año. Esta discrepancia evidencia la necesidad urgente de adoptar estrategias fiscales realistas y sostenibles, especialmente considerando que el Atlántico no ha registrado superávits en los últimos nueve años. Una planificación eficiente será clave para equilibrar las necesidades de gasto con la generación de ingresos.

Para superar esta situación, es fundamental diversificar y fortalecer la base de ingresos. Mejorar la eficiencia en la recaudación tributaria y potenciar sectores estratégicos para contribuir a la estabilidad financiera del departamento. Al mismo tiempo, se debe priorizar un manejo eficiente del gasto, enfocando las inversiones en proyectos de alto impacto económico y social, y ajustando las prioridades presupuestarias para equilibrar los ingresos y egresos de manera responsable.

La gestión de la deuda debe ser estratégica, aprovechando oportunidades para refinanciar compromisos existentes y asegurando que nuevos créditos se destinen únicamente a proyectos con altos retornos económicos, lo que permitirá aliviar la presión financiera. Además, es esencial adoptar una visión de largo plazo, promoviendo la transparencia en la toma de decisiones y coordinando esfuerzos con el Gobierno Nacional para impulsar el desarrollo equilibrado y mitigar riesgos fiscales.

De manera complementaria, una veeduría ciudadana activa será fundamental para monitorear la aprobación de los Mfmp y asegurar que las decisiones fiscales promuevan la sostenibilidad económica y el bienestar del departamento.

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