Foto: Pnud Colombia.
Un panorama de la pobreza en el Caribe colombiano.
De manera similar a como ocurre en el fútbol, en la lucha contra la pobreza existen varias ligas y torneos. La finalidad, en lugar de meter goles para ganar los partidos y consolidar equipos de primera categoría, es sacar a la mayor cantidad de personas de la pobreza y ofrecerles una escalera que les permita avanzar hacia la clase media y competir en otras ligas. El torneo del que nos vamos a ocupar en este artículo es el de la Lucha contra la pobreza en la Costa Caribe, en su versión 2023.
Para hacer un balance del último torneo contamos con los resultados de pobreza monetaria para las capitales de los 7 departamentos. Y aunque algunas de estas ciudades han logrado un par de anotaciones, aún están lejos de convertirse en los máximos goleadores nacionales ¿por qué? Las ciudades de la Costa tienen altos niveles de pobreza que las sitúan lejos de sus pares en los departamentos del interior del país: seis de las siete capitales de la Costa Caribe tienen una incidencia de la pobreza mayor que el promedio nacional. No obstante, al interior de la Costa, se encuentra una heterogeneidad similar a la que existe en los acentos costeños: hay ciudades que juegan en la A, otras que juegan la B y otras que juegan en la C.
En el grupo A, juegan Barranquilla A.M. (Área Metropolitana) y Montería: estas ciudades no solo fueron las capitales con menor pobreza en la Costa Caribe, sino que fueron las que más la redujeron en el último año.
Barranquilla A.M. redujo 6.1 puntos porcentuales (p.p)., posicionándose, entre las 23 principales ciudades, después de Cúcuta, como la ciudad que más disminuyó la pobreza. Montería, por su parte, redujo 5.2 p.p. en pobreza. En total, 117 mil personas salieron de la pobreza en Barranquilla A.M. y 20 mil en Montería.
Estas cifras se alinean con los resultados en el mercado laboral: si bien el desempleo es más alto que el promedio nacional, la reducción en el último año fue mayor que en el resto del país. A la vez, en estas ciudades aumentó la tasa de participación y se redujo la informalidad.
En la B juegan Sincelejo y Santa Marta: estas ciudades tienen niveles altos de pobreza, muy por encima del promedio nacional, e incluso por encima del promedio de las siete capitales del Caribe. Aún así, en el último año redujeron de forma importante la proporción de personas que vive en condición de pobreza.
Sincelejo redujo en 5.5 p.p. la pobreza y Santa Marta en 4.7 p.p. Cerca de 13 mil personas y 22 mil personas salieron de la pobreza, respectivamente.
En estas ciudades también se redujo el desempleo en el último año a una tasa mayor que el promedio nacional. Sin embargo, conservan altos niveles de desempleo e informalidad respecto al promedio nacional.
En la C juegan Riohacha, Cartagena y Valledupar: estas ciudades no sólo tienen niveles muy altos de pobreza, sino que el ritmo de reducción es lento frente al estándar del país y el del resto de ciudades de la región. Riohacha redujo 2.8 p.p., Cartagena 2.5 p.p. y Valledupar aumentó pobreza en 1.3 p.p. Las tres ciudades tienen niveles de desempleo por encima del promedio nacional, y en Cartagena y Riohacha la reducción de este fue relativamente baja en el último año.
Fuente: Elaboración de los autores con base a DANE (2023)
La fuerza detrás de la reducción de la pobreza
La metodología de Shorrocks y Kolenikov (2005) permite descomponer el cambio de la pobreza en la suma de tres fuerzas: crecimiento económico, redistribución e inflación. Si se aplica esta metodología al cambio de la pobreza monetaria entre 2023 y 2022 se encuentra que la principal fuerza detrás de la reducción de la pobreza, tanto a nivel nacional como en las ciudades de la región Caribe, es el crecimiento económico.
En las ciudades que están en la A, el crecimiento económico jala con mayor fuerza que en el resto del país. Además, en estas ciudades, si se examina el crecimiento del ingreso per cápita del 40 % más pobre versus el del resto de la población, se encuentra que en ambas poblaciones el ingreso ha crecido de forma similar. Un crecimiento generalizado que ha mejorado las condiciones tanto de pobres como no pobres.
En las ciudades de la B, el crecimiento sigue siendo la principal fuerza detrás de la reducción de la pobreza, que se refuerza además por la disminución de la desigualdad (una distribución más equitativa de los ingresos).
En Cartagena y Valledupar la fuerza del crecimiento económico en la reducción de la pobreza ha sido menor que para el agregado nacional. En Riohacha, si bien el crecimiento reduce la pobreza con mayor fuerza, la distribución de los ingresos más concentrada obstaculiza dichos resultados.
Por último, la inflación en la Costa Caribe es una fuerza que contrarresta entre el 40 % (en Barranquilla) y el 90 % (en Valledupar) de la reducción de la pobreza vía crecimiento. Esto es un dato importante, por ejemplo, cuándo se discuten temas como el costo de los servicios públicos. La inflación es un impuesto sobre todo para los pobres.
Fuente: Elaboración de los autores con base a DANE (2023)
Sincelejo y Santa Marta tienen niveles altos de pobreza, muy por encima del promedio nacional, e incluso por encima del promedio de las siete capitales del Caribe. Aún así, en el último año redujeron de forma importante la proporción de personas que vive en condición de pobreza.
Si en lugar de mirar solo al interior del campeonato costeño observamos qué está ocurriendo en los demás torneos, encontramos que, en la distribución de la población por clases sociales, los mejores equipos de la Costa (Barranquilla y Montería) tienen un desempeño que es sólo ligeramente superior al promedio nacional y las demás ciudades de la Costa permanecen en la cola de la tabla de posiciones. Ha sido difícil consolidar una clase media en las ciudades del Caribe como la que se ha consolidado en las ciudades del interior del país.
En este sentido, si bien la Costa Caribe tiene enormes retos en la reducción de la pobreza, al interior de la región se encuentran dinámicas diametralmente diferentes. Unas ciudades van avanzando por la vía del crecimiento económico y el mayor dinamismo del mercado laboral, mientras que otras no escapan de la parálisis.
Con el mismo ímpetu que ha surgido entre algunos gobernantes del Caribe la idea de llevar a sus equipos de fútbol locales de la B a la A, o de las ligas nacionales a las internacionales, esperamos que surja con un entusiasmo similar una política por mejorar los resultados de la Liga Caribe contra la pobreza.
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Angela Granger
Economista consultora de la firma Inclusión SAS y de la FAO.
Francisco Espinosa
Economista Socio-Fundador de la firma Inclusión SAS.