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El escritor Juan Sebastián Gaviria estará presentando su más reciente novela este lunes 1ro de mayo en la Feria del Libro de Bogotá.

Bombas, filosofía y artes marciales en “Ritual de fieras”, la más reciente novela de Juan Sebastián Gaviria. Entrevista con el escritor y un fragmento de su obra.

Alicia es una asesina por naturaleza. Octavio un “conejo” que la guía a un mundo explosivo, de bombas, sangre, muertos de alto nivel. Es un asesino a sueldo, un exsoldado con habilidades para el combate. Alicia se excita con la muerte, después de matar encuentra el orgasmo y también la trascendencia mística. Octavio es jefe y esclavo de la pasión de la mujer fatal, es inevitable ceder a sus encantos. Como lector uno se rinde ante ella, su belleza, disciplina, efectividad. Yitzhak es el judío con poder en las sombras que les hace encargos, y la pareja emprende una misión que dejará consecuencias sorpresivas. 

Hay personajes que conmueven en esta novela: Alicia; también Laura, una exprostituta y exjunkie que ayuda a los menesterosos. Roberto, un pastor exitoso, muy hábil con la palabra, pero de alma frágil. Mariana, una joven que perdió un ojo en el atentado al Club El Nogal. En general la novela es un acierto, engancha como una película de acción y está escrita con calidad. En ella hay vértigo y agilidad de serie, pero también poesía y filosofía, una idea clara del mundo.

Juan Sebastián Gaviria nació en Bogotá en 1980. Es autor de Cicatriz Souvenir, Brújulas Rotas, La venta, Contenido explícito, Profeta, y Tajo a tajo. Ritual de Fieras es su segunda novela con Editorial Planeta. 

Juan Sebastián Lozano: Eres un autor prolífico, ¿tienes una disciplina estricta para escribir? 

Juan Sebastián Gaviria: Simplemente escribo cuando quiero. Y por fortuna o desgracia, todos los días siento el deseo de hacerlo.

J.S.L.: ¿Quiénes son tus escritores favoritos?

J.S.G.: Nietzsche, Foucault, Celine, Ciorán, Bukowski, Orwell, de Quincey, Bradbury, etc. Son cientos de perros bravos y están todos muertos. Me encantaría que existieran escritores vivos que dieran la talla.

Eres un escritor de imaginación, por decirlo así, no de autoficción. ¿Es una elección estética o solo te sale de esta manera?, ¿qué piensas de la autoficción?

Han existido grandes escritores que basaron sus obras en vivencias propias. Céline, Bukowski, Miller… Ahora, la tendencia moderna a la autoficción quizás tenga mucho que ver con una cultura obsesionada con el yo, con el protagonismo, con el estrellato. No es extraño que tras años consecutivos de vivir sacándote selfies para las redes sociales, acabes haciendo lo mismo ante el teclado: autoexhibirte. No obstante, me parece irrelevante si alguien escribe ficción, autoficción, fantasía o testimonio: lo único importante es el respeto hacia la literatura honesta, y por supuesto, una inclinación por destruir ideales de moda, que siempre será un ingrediente del buen arte.

Tu libro refleja que la vida es una selva, un combate de fieras. ¿Es la disciplina individual la manera de salir a flote de la mejor manera? ¿Qué piensas de la búsqueda del bienestar colectivo, la revolución colectiva?

Para los verdaderos artistas, el llamado “bienestar colectivo” siempre será una patraña, una necedad. Solo en el individuo se puede encontrar pureza, libertad y sinceridad. Ahora, la “revolución colectiva” es una sandez que siempre, y la historia lo ha demostrado mil veces, acaba en estafa. El individuo capaz de amarse a sí mismo se mantiene siempre alejado de las masas y sus caprichosos ideales. De hecho, el individuo capaz de manifestarse a sí mismo, siempre detectará en el colectivo una amenaza que debe ser neutralizada una y otra vez mediante la creación artística.

La tendencia moderna a la autoficción quizás tenga mucho que ver con una cultura obsesionada con el yo, con el protagonismo, con el estrellato.

¿En el ejercicio de escritura de una novela te dejas llevar por la historia, improvisas, o planeas previamente la novela al detalle?

Improviso siempre. Improviso cada día que vivo, y cada página que escribo.

Dicen que nadie es totalmente ateo. ¿Te defines como ateo? ¿Qué piensas de la religión como salvación tras una vida de aparente oscuridad, crimen, o autoflagelación?

Por supuesto que me considero completamente ateo. Cualquier otra cosa sería una indecencia. Las personas que pretenden redimir traumas y pecados mediante las religiones, o que cambian su devoción criminal por una devoción a Dios, son simplemente anatomías débiles buscando salidas desesperadas. No dieron la talla, fin del asunto. La gente habla de salvación y, sinceramente, de lo único que necesitan salvarse es de su propia idiotez.

En un artículo para la revista Rolling Stone contaste sobre tu consumo de drogas por años y tu cambio de vida. ¿Cuál ha sido tu camino de redención?

Cuando alguien se autodestruye, lo hace solo con el patrocinio de una cultura que, en definitiva, es tan narcisista como suicida. El rechazo y los estúpidos estándares de aceptación es lo que nos lleva a saltar al abismo. Nos dicen tantas veces que no valemos, que acabamos por creérnoslo. Si sobrevives al abuso, la única redención que existe es la gratitud: agradecer los golpes que has recibido, y agradecer la posibilidad de devolverlos. Eventualmente comprendes lo que dijo Frank Sinatra: no hay mejor venganza que el éxito total.

 

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Portada de la novela de Gaviria, publicada por Editorial Planeta

Fragmento de Ritual de fieras

Libido 

Cuando Alicia cruzaba las puertas del club El Nogal, Octavio sintió aquel insurrecto temor a perderla. Los autos en la avenida parecieron rodar más despacio y los sonidos se difundieron en el aire poluto. No era la primera vez que lo sacudía aquel vértigo y, como siempre, su mente se aferró a las remembranzas más frescas, a reteñir un ademán, a capturar de nuevo el color exacto de su infantil irreverencia. En este caso, la recordó sentada en el puesto trasero del Mercedes, meditando; a su derecha tenía el cuchillo envuelto en el arnés de cuero, y a su izquierda, siete fotografías de Héctor López. 

Mientras daba pasos inquietos alrededor del carro, miró la hora. Siete y cincuenta y cinco. Todo saldría según los planes. López se hallaba en el sauna del club, como cada viernes a esa hora. Quizás Alicia ya lo había matado. De nuevo, la recordó cruzada de piernas en el asiento trasero. Los dorsos de las manos sobre los muslos. La cara plácida. La camiseta blanca y ceñida. El mango del cuchillo asomaba bajo su axila, negro y esbelto como una botella de coca-cola. Las correas del arnés dibujaban una equis en medio de sus omoplatos y la chaqueta de cuero lo cubría todo, haciendo de aquella asesina otra mujer inofensiva que ingresaba a El Nogal. 

Al volante, Octavio fijó sus ojos en el acceso, en los celadores con sus perros, en los carros que entraban y salían. El reloj en el tablero del carro marcó las ocho y cinco de la noche, y enormes trozos de cemento y miles de ladrillos rotos saltaron de la fachada, envueltos en nubes de polvo y humo, seguidos por una serie de llamaradas. Solo después de que su panorámico se hiciera trizas y la onda expansiva soplara sobre sus órganos, oyó la estremecedora explosión. 

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Juan Sebastián Lozano

Escritor y periodista colombiano. Su libro de cuentos, La vida sin dioses, fue publicado en 2021 por Calixta Editores.

 

 

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