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Durante semanas Barranquilla ha sido testigo de esta experiencia de inmersión en la obra del pintor neerlandés Vincent Van Gogh. Foto: Impacto News.

La exposición inmersiva de Vincent Van Gogh, de paso por la Fábrica de Cultura, llega a sus últimos días en Barranquilla. Un recorrido digital para experimentar las obras más representativas del artista. 

En parís, en 1947, cincuenta y siete años después de la muerte de Vincent Van Gogh, el Museo de la Orangerie hizo una exposición retrospectiva de su obra. Georges d’Espagnat, pintor y muralista, dijo que la gente se apretujaba al frente de las telas, se formaron largas filas en la entrada y en los cafés las mujeres proferían exclamaciones de pasión por el pintor descubierto.

Si Van Gogh hubiera visto aquello, muy seguramente habría hecho una mueca de desaprobación. Si bien en vida buscó desesperadamente que se conociera su trabajo, en París se encontró con una ciudad que “apagó su llama interior y detuvo la circulación de su sangre”, según él mismo le dijo a su hermano en una de las cartas que intercambiaron a lo largo de su vida.

Vincent Van Gogh vivió una vida de soledad, miseria y angustia. Dedicó su existencia en gran medida a perfeccionar su técnica de pintura y a apreciar todo a su alrededor como una oportunidad de avivar la llama que vivía dentro de él y murió misteriosamente de una herida de bala en su pecho; si se trató de un suicidio o no aún hoy está en discusión. Murió sabiendo que no sería apreciado en su época.

“No puedo hacer nada ante el hecho de que mis cuadros no se vendan. Llegará un día, sin embargo, en que se verá que esto vale más que el precio que nos cuesta el color y mi vida, en verdad muy pobre”, le escribió en alguna ocasión a su hermano Theo Van Gogh. (Cartas a Theo, 1853 – 1890).

 

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Van Gogh se quejaba del poco valor que se daba a sus obras postimpresionistas pero intuía que algún día llegarían a ser estimadas. Así se lo manifestó en una carta a su hermano Theo. Foto: Zona Cero.

En Barranquilla, 76 años después de aquella exposición, en un mundo donde Van Gogh es más que conocido y en el que a la distancia de un clic se puede acceder a toda su obra, cientos de personas, al igual que en aquella exposición en París, se han aglomerado a ver la exhibición de una serie de reproducciones de sus obras que se realizó gracias a la gestión de la Alcaldía de Barranquilla y la Secretaría de Cultura y Patrimonio, en compañía de la empresa Alma producciones, y que se exhibe en La Fábrica de Cultura, en Barrio Abajo.

El recorrido inicia con un tour guiado por sus obras más representativas. Los girasoles, La noche estrellada, Autorretrato con la oreja vendada, entre otras. Todas enmarcadas en el contexto en el que el artista desarrolló su obra.

También se encuentra una representación en tamaño real del cuadro Terraza de café por la noche, donde se puede sentir aquella calle de Arles que el artista representó en 1988. 

De igual manera se puede adentrar a La habitación de Vincent en Arles, una de sus obras más enigmáticas. Al caminar por esa habitación, sentir la cama, las sillas, el suelo, es posible entender las palabras que Vincent le compartió a su hermano cuando decidió pintarla:

“Esta vez es simplemente mi dormitorio; solo que el color debe predominar aquí, dando con su simplificación un estilo más grande a las cosas, y llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En fin, con la vista del cuadro debe descansar la cabeza o más bien la imaginación” (Vincent Van Gogh. Cartas a Theo. Octubre 1888).

Estando en aquella habitación de telares negros y luces se evoca con mayor fuerza los sentires de Van Gogh. La tristeza que vivió con fuerza durante su corta existencia, sus sueños más profundos, su dolor, pero también el amor.

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El Barrio Abajo de Barranquilla se viste de brillo pictórico con esta muestra albergada por la Fábrica de Cultura. Foto: El Heraldo.

La experiencia máxima de la muestra se vive con el espectáculo audiovisual. Una sala oscura donde se proyectan las obras más representativas de su trabajo mientras una voz lee apartes de las cartas que intercambió con su hermano. 

Estando en aquella habitación de telares negros y luces se evoca con mayor fuerza los sentires de Van Gogh. La tristeza que vivió con fuerza durante su corta existencia, sus sueños más profundos, su dolor, pero también el amor: 

“Es bueno amar muchas cosas, porque ahí radica la fuerza, y el que ama mucho realiza mucho y puede lograr mucho, y lo que se hace con amor está bien hecho». 

El recorrido incluye una experiencia con gafas de realidad virtual, una sala de pintura para los más chicos y la posibilidad de recrear algunas de sus obras. Pensado para toda la familia, desde los más grandes hasta los más pequeños, visitantes podrán disfrutar de la obra de uno de los artistas contemporáneos más representativos del siglo XIX.

Se escuchan opiniones acerca de la experiencia de la muestra, la cual tiene varios bemoles: la ausencia de un sistema de aire acondicionado o ventiladores, reiteradas fallas en el sonido y problemas en el montaje le restan brillo a la inmersión artística en la obra del pintor neerlandés Vincent Van Gogh.

*La exposición “Vincent Van Gogh: Inmersive Art Experience, estará abierta al público hasta el 30 de abril en la Fábrica de Cultura del Barrio Abajo.

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Andrea Barraza Cabana

Periodista de la Universidad de Antioquia.