Margarita Garcia

Foto: Annie Spratt. Unsplash.

Hasta el momento no existen estudios contundentes que demuestren que el micro aprendizaje repercute en el desarrollo de destrezas esenciales del pensamiento, pero sí es una metodología que agrega valor al proceso de enseñanza. 

Es muy gratificante ver cómo la neuroeducación y las tecnologías de la información y la comunicación están mejorando la eficacia del proceso aprendizaje-enseñanza en la educación escolar con medios educativos digitales más oportunos, sencillos y potentes.

Un claro ejemplo de esto es la metodología educativa denominada micro aprendizaje, un aprendizaje en pequeñas dosis que permite una mejor asimilación del conocimiento porque aprovecha la atención natural del estudiante y la ubicuidad de las TIC.

Hablamos de unidades de estudio muy pequeñas y atractivas, fáciles de asimilar, que se utilizan como material de aprendizaje complementario para repasar, reforzar, ampliar y evaluar una determinada unidad de estudio, u objetivo específico de aprendizaje.

Es claro, pues, que las píldoras de conocimiento se utilizan para tratar un contenido puntual o un ejercicio práctico particular en el marco de una estrategia de aprendizaje mayor. Generalmente, las píldoras se estructuran en una perspectiva de aprendizaje progresivo. 

Es decir, el contenido se va proporcionando en pequeñas fracciones para que el alumno lo convierta gradualmente en material de conocimiento duradero con su raciocinio. Cada porción de micro aprendizaje conduce a un nuevo resultado de aprendizaje.

Estas cápsulas de información se presentan a través de videos, podcast, infografías, tutoriales, y cuestionarios que duran de 2 a 15 minutos. Y una de sus ventajas es que el estudiante puede acceder al micro contenido por medio de dispositivos de escritorio y móviles.

Pero cuidado, las píldoras de aprendizaje requieren de un adecuado diseño y uso. No se puede abusar de ellas, hay que ser muy cuidadoso con su dosificación, porque no es una estrategia eficaz en todos los temas de estudio y puede dar cabida a seudo conceptos. 

Incluso, a veces el remedio es peor que le enfermedad, cuando el alumno no tiene los conocimientos previos o no es capaz de cuestionar, analizar y evaluar los micro contenidos que recibe. No olvidemos que el aprendizaje va más allá de adquirir conocimientos.

Pero cuidado, las píldoras de aprendizaje requieren de un adecuado diseño y uso. No se puede abusar de ellas, hay que ser muy cuidadoso con su dosificación, porque no es una estrategia eficaz en todos los temas de estudio.

Lo que quiero decir es que es todo un desafío implementar esta metodología de apoyo en la escuela porque la eficacia de cada píldora depende de las competencias pedagógicas y digitales del educador, y de la infraestructura y conectividad de la escuela.

A esto se suma que, hasta el momento, no existen estudios contundentes donde se muestre que el micro aprendizaje repercute en el desarrollo de destrezas esenciales y superiores de pensamiento. Solo se da cuenta de sus efectos en la retención y la memoria.

He aquí uno de los principales vacíos de esta estrategia educativa, y la razón por la cual debe estar integrada a una estrategia de aprendizaje mayor, a un círculo de actividades teóricas y prácticas de formación orientadas a transformar los esquemas mentales.

Ahora bien, creo que si sumamos los beneficios del micro aprendizaje y restamos sus limitaciones y riesgos inherentes, el resultado final es más bien positivo. No hay duda de que el micro aprendizaje es una metodología que agrega valor al proceso de aprendizaje.  

Démosle pues el beneficio de la duda a las píldoras de aprendizaje, utilicémosla según las indicaciones y las instrucciones de un profesional de la educación, conozcamos sus ventajas y riesgos, y evaluemos su eficacia en el aprendizaje del alumno.

Y pongamos en práctica lo dicho por el gran pedagogo John Dewey sobre educar: “El objetivo no es que el niño acumule conocimientos, sino que desarrolle capacidades”.

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Julio Antonio Martín Gallego

Magíster en educación, Especialista en filosofía contemporánea e Ingeniero Mecánico de la Universidad del Norte. Investigador y consultor especializado en procesos de cambio educativo y aprendizaje organizacional.