Foto: Giulia Bertelli. Unsplash.
Escritores y escritoras de Latinoamérica que no podrás dejar de leer, en un combo fresco de reseñas literarias.
Nuestra parte de noche
Mariana Enríquez (Argentina)
Anagrama
Fue un acierto comenzar a leer a Enríquez por sus cuentos cortos de terror. De ser posible, recomiendo iniciarse en la narrativa de esta autora argentina con alguna de sus antologías de cuentos cortos y luego pasar a sus novelas, una manera de entender mejor la opacidad de sus temas y a sus personajes vívidos, ambivalentes e imperfectos. No se trata de una novela para cualquiera, sigue siendo un libro de terror, pero con un trasfondo de temas importantes que se interpolan y cautivan a sus lectores tales como la paternidad y la herencia; el amor y la violencia familiar; la muerte y la dictadura. Un libro impactante que deja una huella difícil de borrar, incluso tiempo después de haber concluido su lectura.
Salvar el fuego
Guillermo Arriaga (México)
Alfaguara
Guillermo Arriaga es conocido principalmente por sus excelentes guiones cinematográficos. De la mano del director Alejandro González Iñárritu, el mexicano ha producido historias impactantes y trascendentes, tales como Babel, 21 gramos y Amores perros.
Salvar el fuego es una historia de amor que desafía los prejuicios y las convenciones sociales y económicas. El libro, dividido en cuatro partes, incluye los relatos de un narrador omnisciente, la perspectiva de uno de los personajes principales, una serie de cartas dirigidas a un difunto y escritos varios; ensayos, relatos y poemas escritos por los ficticios reclusos de una cárcel. Una novela intensa, cruda, y a veces violenta, ambientada en el contexto de la gran desigualdad mexicana.
Poeta chileno
Alejandro Zambra (Chile)
Anagrama
Poeta Chileno narra la relación de un padrastro y su hijastro, pero el protagonista de la obra es, en cierto modo, la poesía, que es el lazo que los une, y no la sangre o la convivencia. A medida que se avanza en su lectura se tiene la sensación de estar leyendo una novela y un libro de poemas al mismo tiempo, algo que me recordó a un momento en mi vida, justamente en la adolescencia, cuando leía mucha poesía. Es una novela brillante, recomendada incluso si la poesía no es lo tuyo.
Distancia de rescate
Samanta Schweblin (Argentina)
Random House
De paso hace algunos meses por una librería argentina me recomendaron a Samanta Schweblin, pero justo el libro que buscaba, Distancia de rescate, estaba agotado, así que me compré otra obra de la escritora que realmente no me cautivó.
La obra en mención es una novela corta, unas 100 páginas que se leen en una hora y media o dos. El título proviene de una distancia imaginaria que la protagonista calcula constantemente con base en el tiempo en que podría, de ser necesario, salvar a su hija de cualquier peligro. Es un comentario social sobre la maternidad, la identidad y la realidad de las familias argentinas que residen cerca de campos de cultivos, en especial de la soja. Netflix realizó una adaptación cinematográfica de Distancia de rescate.
Mi año de descanso y relajación
Ottessa Moshfegh (Estados Unidos)
Alfaguara
Mi año de descanso y relajación relata la vida de una mujer joven, bonita y rica que básicamente lo tiene todo, pero a su vez no tiene nada. Su protagonista decide dormir un año entero para enterrar sus sentimientos y despertar como una persona nueva. Paradójicamente es un personaje completamente desagradable y despreciable, pero deseamos su bienestar. El libro tiene un humor negro; es raro y absurdo, pero su finalidad es hacer una crítica social a la percepción negativa de las enfermedades mentales mientras examina la cuestión del privilegio.
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Ana Carolina Altafulla
Abogada y politóloga panameña. Ejerce la lectura alegremente compulsiva de libros. Cinéfila y feminista. Vive con tres gatos.