Sonidos en palabras: el regreso de Velandia y La Tigra, y dos reseñas musicales

En Contexto, una nueva sección musical.

Velandia y La Tigra, un rabioso y mágico animal 

Velandia y La Tigra, banda de Piedecuesta, Santander, regresó con fuerza el pasado viernes 15 en una velada en el Teatro Colon de Bogotá que resultó ser una especie de manifiesto de honestidad e imaginación. Su repertorio de canciones políticas y sarcásticas, salpicadas de un romanticismo agridulce con su habitual rabia transformada en alegría, salieron a la luz en una experiencia atractiva y verosímil.

Cuando Velandia la agrupación saltó al escenario y los integrantes agarraron sus instrumentos, la mayoría de los asistentes veníamos bajo el deleite anticipado de haber escuchado durante parte del día Proverbios Burros, su más reciente álbum publicado horas antes.

Tras doce años sin nuevo material la banda dio un concierto como si nunca se hubieran ausentado. Aunque durante ese tiempo cada uno de ellos armó su proyecto personal y tomaron caminos diferentes que a veces confluían, sobre escena esa distancia temporal no se ha notado. Más que una agrupación, es un ensamble de un nivel único, capaz de recrear la magia en un estado superior.

Fue una sesión en donde quedó descifrado el código de su éxito. La trompeta de León Pardo, jazzística y fantasiosa, llena de detalles sutiles, fluyó de manera exuberante. La batería aportó una energía descomunal y única, en sintonía con un bajo que hizo traquear los cimientos del histórico teatro.

Velandia y La Tigra son menos enérgicos en vivo en comparación al espíritu performático que suelen proyectar en sus videos. Aquí la oralidad adquiere el centro narrativo y la música es el jinete que cabalga encima de la palabra.  

Reseñas

El amor diverso de Mitski

Por Juan Sebastián Lozano

The Land is Inhospitable and So Are We es el séptimo álbum de Mitski –cantante estadounidense de ascendencia japonesa–, lanzado días atrás. La artista vuelve a sorprendernos y encantarnos con su originalidad; sus letras poéticas y narrativas con humor negro, que miran al amor desde todos los prismas; su música que parece del apocalipsis, pero uno de ángeles y sirenas que nos besan y abrazan y que, de vez en cuando, nos patean. ¿Se trata este de un disco de pop-rock? Sí, pero también es indefinible, único como el arte de Mitski. Mientras las otras chicas pop saltan y lloran en conciertos, ella parece bailar en la montaña, escribiendo un diálogo de Dios y el diablo en su libreta.

En el álbum hay country, shoegaze, pop barroco, pero todo velado por una película en blanco y negro con gritos, ladridos, jadeos, un coro de iglesia afro y risueño de fondo, y música clásica que sobrevuela. Arreglos detallados, un trabajo artístico obsesivo. Y la dulce voz de Mitski cantando sobre el absurdo, las paradojas de la vida, lo doloroso y extático del amor. Sobre amarse a sí misma por encima de todo. “Nada en el mundo me pertenece, más que mi amor”, dice en ‘My Love Mine All Mine’, uno de los puntos altos del disco. Las once canciones nos envuelven en un mundo particular, son melodías pop y también cuentos extraños.

Pierre Daven-Keller, música cinemática no apta para sedentarios 

Por Alberto Mario Coronado V.

Pierre Daven-Keller, músico francés, es Monsieur eclecticismo, sus álbumes son un ‘tutti frutti’ de pop experimental, música electrónica, bossa nova, y temas que bien podrían ser la banda sonora de cualquier filme, como ocurre en Kino Music, su incursión instrumental en campos de la música cinematográfica que parece no deberle nada a grandes como Burt Bacharach o Enio Morricone, pero evoca grandes momentos frente a la silver screen.

Kino Music no es un álbum para oficinistas o sedentarios, su espíritu invita al movimiento, es música bella para volar, navegar, viajar en tren o abordo de la alfombra mágica de una onírica siesta. La etérea ‘La fiancée de l’atome’, con las vocales de la cantante de origen portugués Helena Noguerra; ‘Dakota Jim’, angulosa y sofisticada con su bajo hipnótico –¡un tema para viajar a Marte!–; el himno de domingo ‘Daïquri’, y ‘Farfisa’, una pieza retro con todo el groove de los años 60 son algunos de los paisajes sonoros de un álbum que se merece que lo “guardes en tu IPod”.

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Héctor Romero Díaz

Estudió Narrativa en la Escola Escriptura Ateneu Bacelonès en Barcelona. Co-director del podcast, La Mirada Corrompida. Sus textos sobre cine han aparecido en la revista Latitud y el suplemento Dominical de El Heraldo.

Juan Sebastián Lozano

Escritor y periodista colombiano. Su libro de cuentos, La vida sin dioses, fue publicado en 2021 por Calixta Editores.

Alberto M. Coronado

Periodista y editor cultural. Es Editor general de Contexto. IG: @tropiqueducapricorne_