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Shonny y el Hijo del Búho, dúo de músicos barranquilleros, exploran otras sonoridades más allá del “Caribe alegre y tropical”. Foto: Jambeau.

El dúo presentó “Mudar la piel”, su más reciente álbum en el que traen un sonido más evolucionado. Contexto conversó con los músicos barranquilleros.

Sofisticado, glamoroso, punk neoromántico, tales son algunos de los calificativos que se me vienen a la cabeza cuando escucho la música de Shonny y el Hijo del Búho. Más que una banda, o dúo, estos dos barranquilleros encarnan un concepto estético único en la escena musical de nuestro Caribe… ecos renovados de la bossa nova, el jazz, el soft noise, recorren su repertorio.



La voz de Shonny, por momentos, etérea, al mejor estilo de Elizabeth Fraser (Cocteau Twins), arrulla y, al mismo tiempo, perturba.



Con su sabiduría de ave filosófica, El Hijo del Búho equilibra este ondulante viaje sonoro: ¡El sonido es su fuerte! Musico, productor y cazador de nuevas sonoridades, complementa este ensamble perfecto en esta, tal vez la más arriesgada y hermosa propuesta artística gestada por estos lares.

Conversamos con ellos… 

“No concibo mi música sin sensualidad”: El Hijo del Búho
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“‘Mudar la piel’ es un trabajo de reconocimiento y aceptación”, afirma sobre su última producción discográfica el Hijo del Búho. Foto: Jambeau.

John Better: Su sonido es una propuesta glamorosa en medio de la escena musical del Caribe colombiano. ¿Cómo ven su música en este ambiente?

El Hijo del Búho: Siento que no representamos el “Caribe alegre y tropical” que Barranquilla proyecta internacionalmente. Somos una mirada romántica, nostálgica y sutilmente oscura del trópico. Eso, evidentemente, reduce el espectro de posibilidades de participación en los festivales y eventos musicales que Barranquilla ofrece, pero hay espacios hermosos en los que hemos tenido cabida: el Carnaval de las Artes, Navijazz, y ferias de arte y emprendimiento.

J.B.: Mudar la piel es su nuevo álbum, ¿Qué dejaron atrás y qué es lo nuevo que traen?

E.H.D.B.: Dejar atrás en el arte es paradójico, porque el arte es una huella. Mudar la piel es un momento de reconocimiento y aceptación, una reconquista del yo. Las letras del álbum cuentan los diferentes estadios de ese proceso, mientras la música es el sentimiento mismo de las palabras. En lo sonoro hubo mucha inspiración en un viaje que hicimos a Europa en 2019. Especialmente en Berlín hubo un punto de giro brutal en la discoteca Berghain. Oímos una fusión de música electrónica que nos estalló la cabeza y que nos hizo replantearnos el sonido. Bromeamos cada vez que sentimos que hacemos algo genial diciendo: “Berlín 2023”. Berlín nos inspiró demasiado. Lo que viene después de Mudar la piel es mucho más minimal, menos introspectivo, y más una mirada hacia el mundo.

Te haces llamar El Hijo del Búho en honor a tu padre, conocido periodista de la ciudad. ¿Qué influencia tuvo tu padre en tu carrera?

Mi familia toda me ha apoyado incondicionalmente en la música. Mi padre es un melómano y una biblioteca andante: almacena en su cerebro una infinidad de datos musicales que siempre me dejan boquiabierto. Coleccionaba LPs en un estudio con aire acondicionado y un equipo de sonido que, en la época, era un lujo. Ese espacio era para mí un templo. Recuerdo que a mis cinco años me quedaba solo en casa por las tardes. Una de mis diversiones favoritas era poner LPs de salsa brava y bailar como un loco. Él detectó mi conexión con la música y la de mis hermanos y aparecía con instrumentos musicales de la nada. Este vínculo con la música, sin duda, se lo debo a mi padre.

¿Una canción de otro autor que versionarían?

Muero por hacer una versión trip hop de ‘Love Song’ de The Cure, pero no sé si Shonny resuene con eso (risas). Creo que es algo que haré como solista.

¿Crees que eres sensual, que tu música es sensual?

No concibo mi música sin sensualidad. A la música que no le siento sensualidad, me parece inerte.

El concepto visual del proyecto está muy bien cuidado. Desde la ropa hasta los vídeos, ¿quién se encarga de ello?

Shonny es la curadora visual del proyecto. Es quien hace la investigación previa de cada pieza que sacamos. Le apasiona el arte, lo visual. Yo me siento muy conectado y bien respaldado con su visión. Por supuesto, hago comentarios y sugerencias, pero quien tiene la última palabra es ella.

¿Cinco discos imprescindibles en tu “almateca”?

Real Gone – Tom Waits.
Amor Vincit Omnia – Robi Draco.
Riding with the King – Eric Clapton & BB King.
Bad – Michael Jackson.
Las Estrellas de la Fania Vol. 2 – Fania All Stars

“Lo femenino de mi música está en los pequeños grandes detalles”: Shonny
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Eros y Thanatos, para Shonny la creación musical es un ciclo de vida y muerte. Foto: Jambeau.

John Better: Tu voz, por momentos, es un arrullo, brisa, agua que corre. ¿Quiénes y qué músicas vienen impresas en ella?

Shonny: Me costó asimilar esa suavidad y ligereza, así que me fui a buscar en Celina y Reutilio, Rita Indiana, Cher, Elis Regina, Amy Winehouse, Earth, Wind & Fire, Wild Belle y otros más, un balance, agregándole fuerza y vitalidad a mi voz para que me permitiera explorar otros matices. De esa búsqueda florece mi color.

J.B.: ¿Quién eres cuando cantas?

S.: Sonrío sólo con escuchar la pregunta. Ni siquiera yo me he la he hecho, no me interesa ser alguien. ¡Me interesa ser! ¡Yo soy! Desde la niña que se sube y se baja emocionada y con mucha inocencia, hasta la mujer que ruge y proyecta con su voz, su energía y su cuerpo, la fuerza y la entrega del corazón.

¿Qué te dicen voces como las de Esther Forero, Emilia Herrera, Petrona, Totó, Adriana Lucía?

De las cantaoras lo admiro todo: la fuerza, la simpleza y la profundidad tanto de sus voces como de sus mensajes. Me dicen: “¡Esta es la verdad. Esto es lo que es!”, sin tanto parapeto.

¿Cada cuánto mudas de piel?

Mensualmente, con cada ciclo menstrual, literalmente. Vivo al cien por ciento cada fase. Aprendí a usar la energía de cada una para mi vida, mis procesos y proyectos creativos. Entendí que se trata de un ciclo de vida-muerte-vida; entonces estoy constantemente en esas. Creo que como mujeres, entender e integrar esa energía nos ayuda a florecer.

Una frase de una canción que sirva de bálsamo en tiempos tan hostiles.

“Respira, en cualquier momento Y olvida, todo pensamiento. ¡Ay! Respira y suelta el lamento. Respira, ven y vuélvete el viento”.

‘Respira’, de Natalia Doco. Hacer una pausa para respirar conscientemente y soltar es la manera más sencilla de restaurar nuestra energía y eso se nos olvida a veces muy, muy fácil. Si nosotros estamos en balance, la manera en la que percibimos el mundo es distinta. ¡Esta canción es infaltable en mi Playlist!

¿Cómo percibir lo femenino en tu música?

Siento que cada persona lo percibe distinto. Pero está muy presente en algo muy simple: los detalles. Se siente en las melodías, en las cadencias, los matices, en lo impredecible, lo cambiante, en las texturas de la voz, la guitarra, los instrumentos, en las letras. Y en el escenario también se siente, con la fuerza y la sensualidad del performance.

¿Harías trap, reggaetón, cosas como las que hace Rosalía últimamente?

¡Absolutamente sí! Yo hago música, no le pongo género. Estoy abierta a crear y a experimentar; me genera incluso curiosidad descubrirme en otros universos sonoros. Lo importante siempre, hagas lo que hagas, es que te sientas tú, en cualquiera de tus versiones. Para mí la música se trata de explorar y también de divertirse. No de limitarse y, mucho menos, de ser estrictos.¡Just play! ¡Amo y admiro muchísimo a Rosalía! Me encanta y me inspira.

Quédate en silencio un instante: descríbenos qué oyes.

El latido de mi corazón, de la tierra, de la vida, qué siempre está activa, en movimiento. Un latido que es sutil e infinito a la vez.

Cántanos algo del nuevo disco….

El nuevo disco ya está en las plataformas; mejor te canto una del álbum que viene, ¡Spoiler Alert!:

“Acércate al sol, deja que te bese. Que pinte de dorado tu piel y tu corazón. Vuela, vuela…”


Mudar la piel en Spotify

John Better

Poeta y escritor barranquillero autor, entre otros, de los libros China White (2006), Locas de Felicidad (2009) y las novelas A la caz(s)a del Chico Espantapájaros (2016) y Limbo (2020).

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