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Una postal de Cartagena en 1905 muestra las murallas y la Puerta del Reloj. A principios del siglo XX La Heroica presentaba serios problemas sanitarios.

S. Pearson and Son, la firma inglesa que sentó las bases para sanear y embellecer a la Cartagena de 1915

por | Ago 13, 2021

Por María Teresa Ripoll

La prestigiosa firma de ingenieros presentó una propuesta de saneamiento para La Heroica que aunque por su elevado costo no se pudo ejecutar en su totalidad, fue el primer plan de ordenamiento territorial de Cartagena.

Es muy conocida la postración en que se encontraba el estado sanitario de Cartagena al comenzar el siglo XX. El saneamiento de la ciudad se había convertido para sus habitantes en un problema de difícil solución, porque en gran medida la falta de higiene se derivaba de la dificultad que tenían las autoridades locales para proveer de servicios a la ciudad, por los bajos ingresos con que contaban el municipio y el departamento, entonces los entes responsables de su provisión.

A esto se sumaba el hecho de que la prioridad del gobierno central en las dos primeras décadas del siglo XX estaba orientada a la inversión en infraestructura de transporte, siendo su principal preocupación la integración del territorio, entonces fraccionado en regiones aisladas, más o menos autosuficientes.

Esta problemática se agudizó con la proximidad de la apertura del canal de Panamá, anunciada para agosto de 1914, porque las autoridades norteamericanas del canal habían condicionado el paso de los barcos a la situación sanitaria de los puertos de procedencia, y el de Cartagena, como sabemos, no cumplía con las exigencias de higiene y salubridad requeridas por las autoridades.

Fue en esos días que el gobierno central suscribió un contrato con la firma de ingenieros ingleses, S. Pearson and Son Ltd., para mejorar las condiciones en que se encontraba el puerto de Buenaventura, con el fin de poder acceder al tránsito por el canal. Esta noticia motivó el envío de una extensa carta, firmada por 80 vecinos de Cartagena, dirigida al presidente Carlos E. Restrepo, en la que reclamaban la inclusión de la ciudad en la contratación de obras de infraestructura para la ciudad y el puerto, con ese mismo fin.

La carta del reclamo fue aprobada por el Presidente y el Ministro de Obras, y cinco meses más tarde el Gobernador de Bolívar firmó un contrato con S. Pearson and Son Ltd. para obras de saneamiento y embellecimiento de la ciudad, aprobado por la presidencia el 16 de diciembre de 1913.

 

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Uno de los 27 planos del informe Pearson en el que se detallaban una serie de mejoras para Cartagena en 1915. Fuente: Informe Pearson.

La propuesta de la Casa Pearson en 27 planos

La propuesta de Pearson and Son Ltd. fue entregada a la Legación Colombiana en Londres, el 1 de junio de 1915. Esta consistía en un completo informe sobre las obras más apremiantes que requería la ciudad, dirigido al Ministro de Obras Públicas, y venía acompañado de 27 planos complementarios en los que estaban dibujados en detalle las obras contempladas.

Estas comprendían un conjunto de dragados en el canal de acceso a la bahía y en el canal del Dique, que optimizaban las condiciones del puerto para hacerlo más competitivo; y un conjunto de obras en la ciudad, dirigidas al saneamiento y embellecimiento de la urbe. Estas últimas incluían calles macadamizadas y aceras de concreto, diseño de cloacas con eyectores, alcantarillas para el drenaje de aguas lluvias, planta y maquinaria moderna de energía eléctrica, drenajes, reubicación de los barrios de invasión que bordeaban la muralla, una avenida a lo largo de la costa hasta Bocagrande, entre otras.

No es posible exponer aquí, en detalle, todo el contenido de la propuesta de S. Pearson and Son Ltd.; baste con decir que el Informe Pearson era lo más parecido a un primer plan de ordenamiento territorial para Cartagena, en una coyuntura importante para avanzar en su desarrollo, como era la apertura del canal de Panamá que aumentaría el tráfico marítimo, especialmente en el sur del Caribe.

Había sin embargo un problema: el presupuesto de las obras contempladas hacía imposible llevarlas a cabo con los magros ingresos del municipio y del departamento. Y aunque el gobierno central interviniera en su financiación, no podrían ejecutarse en su totalidad, porque el costo total de las obras presupuestadas alcanzaba la astronómica suma de $ 767.378,00 libras esterlinas. Esta suma equivalía a $ 3.836.890 pesos oro, es decir, el costo de las obras propuestas equivalía al 39.1 % de los recaudos de la nación, que para 1915 habían sido estimados en menos de 9.8 millones de pesos oro, por la caída de las rentas de aduana causada por la gran guerra del catorce.

Algunas de las obras del Informe Pearson se lograron hacer, como la demolición de algunos tramos de murallas, el relleno del caño de la Matuna, la apertura de puertas en las murallas frente al mar, algunos dragados en la bahía. Otras se mantuvieron vigentes y sirvieron de guía en futuros planes de mejoras. Así sucedió 31 años más tarde, cuando el arquitecto José María González Concha fue encargado de elaborar el primer Plano Regulador de Cartagena, en diciembre de 1946. En el acopio de información el arquitecto reconoció haber estudiado “cuidadosamente” el Proyecto Pearson y sus bellísimos planos, coincidiendo en varias de las obras propuestas, que fueron incorporadas al Plan Regulador que entregó el arquitecto en 1948.

La visión de largo alcance de las obras recomendadas en el Informe Pearson fue tan acertada que me llevó a indagar un poco más sobre la trayectoria de esta firma de ingenieros contratistas ingleses. Lo que encontré fue sorprendente.

Algunas de las obras del Informe Pearson se lograron hacer, como la demolición de algunos tramos de murallas, el relleno del caño de la Matuna, la apertura de puertas en las murallas frente al mar, algunos dragados en la bahía. Otras se mantuvieron vigentes y sirvieron de guía en futuros planes de mejoras.

S. Pearson and Son Ltd. fue fundada en 1844 por Samuel Pearson como una firma constructora establecida en York, Inglaterra. En 1880 el control de la firma pasó a su nieto, el ingeniero Weetman Dickinson Pearson (1856 – 1927), quien fuera el responsable de convertir a la compañía en una de las empresas contratistas más exitosas del mundo.

Los primeros trabajos bajo la dirección de W. Pearson, en la segunda mitad del XIX, fueron obras de ingeniería en distintas regiones inglesas, algunas muy complejas para la época, como podían ser un túnel bajo el río Támesis, líneas férreas, grandes represas y sistemas de cloacas en varias ciudades.

El prestigio que adquirió la compañía constructora con estas obras se reflejó en nuevos contratos para expandirse después con construcciones en distintos países del mundo como Estados Unidos, Canadá, Egipto, Sudán, México, Chile, Argentina y Brasil.

Entre 1880 y 1920 la firma completó más de 80 contratos de ingeniería en el mundo, entre los que podemos destacar un túnel bajo el río Hudson y otro bajo el East River, ambos en Nueva York; la represa Sennar en el Nilo Azul, en Sudán; profundización del puerto de Alejandría en Egipto, ferrocarriles en las ciudades de Ávila y Salamanca, en España, entre otros.

Los mayores éxitos de la compañía de Weetman Pearson como contratista de obras los obtuvo durante su larga permanencia en México, a donde llegó en 1888, contratado por el gobierno de Porfirio Díaz para la construcción del gran canal de desagüe del valle de México. En los años siguientes W.D. Pearson se convirtió en el contratista predilecto del régimen de Porfirio Díaz, quien fuera presidente de México por 34 años, entre 1877 y 1911. Los contratos ejecutados en México absorbieron por lo menos el 40% de todos los recursos derivados del endeudamiento público del porfiriato.

La revolución mexicana que empezó en noviembre de 1910, acabó con la contratación de obras, y de no haber diversificado invirtiendo en petróleo, W. D. Pearson no habría tenido suficientes motivos para permanecer en México.

 

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Weetman D. Pearson (1856 – 1927), el magnate petrolero inglés cuya firma de ingenieros estuvo a cargo de las obras de saneamiento de Cartagena a principios del siglo XX.

W.D. Pearson, el magnate petrolero de la Inglaterra victoriana

Si los contratos en obras de ingeniería le habían dado prestigio y riqueza a W.D. Pearson, serían sus negocios petroleros los que lo convertirían en uno de los hombres más ricos de la Inglaterra victoriana.

En el año de 1909 formó la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, de la cual era el principal accionista. El año de 1910 fue para Pearson el de los grandes descubrimientos. Ocurrió en la zona de Tuxpan, Veracruz, en donde descubrió el yacimiento Potrero del Llano no. 4, que producía aproximadamente 110.000 barriles de crudo diarios. El pozo Potrero del Llano 4 convirtió a México en exportador mundial de petróleo.

La compañía petrolera mexicana El Águila abrió una red de mercados en Inglaterra, construyó depósitos en Brasil, Uruguay y Argentina y controló dos terceras partes del mercado doméstico en derivados en México. Se asoció con Edward Doheny para construir una refinería en Louisiana, y con la apertura del canal de Panamá firmaron contratos con las compañías mineras de Chile para despachos de fuel oil.

Antes de la Primera Guerra Mundial, los negocios petroleros de Pearson en México estaban representados en tierras, al obtener concesiones de más de 600.000 hectáreas; 175 millas de oleoductos; almacenamiento para siete millones de barriles de crudo; dos grandes refinerías, una en Tampico y otra en Minatitlán.

Es decir, cuando Weetman Pearson aceptó el proyecto para Cartagena, en 1913, ya estaba involucrado en el negocio petrolero, y México era el tercer productor mundial de petróleo. Una valoración de las inversiones del Grupo Pearson, entre 1913 y 1919, encontró que entre todas, las mayores y las más rentables eran las petroleras.

El monto total de los activos netos del Grupo Pearson, calculado por investigadores después de revisar los avalúos de sus compañías, alcanzaba en 1919 la impresionante cifra de 79.1 millones de libras esterlinas.

Surge el interrogante sobre qué había detrás del interés de W.D. Pearson al contratar obras de infraestructura en Colombia en 1913, cuando la Casa Pearson ya estaba inmersa con mucho éxito en el negocio petrolero en México. Lo que no había trascendido era la aspiración de Pearson de involucrarse en la explotación petrolera en Colombia, que se inició en la década 1910-1920 con la expansión hacia América Latina de las grandes petroleras norteamericanas. Al tiempo que contrataba con el gobierno colombiano la adecuación y saneamiento de los puertos, entre 1913-1915, S. Pearson and Son Ltd. envió a un equipo de representantes de su firma a proponer al gobierno colombiano la adjudicación de una concesión para explorar y explotar yacimientos.

El equipo negociador de Pearson hizo varias propuestas, incluidas algunas muy benéficas para Colombia, y todas fueron rechazadas por el gobierno. Al parecer la presión de las poderosas petroleras norteamericanas, con el respaldo del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, se encargaron de torpedear en Colombia la negociación con los ingleses. La aspiración del Grupo Pearson coincidió con un el inicio de la explotación de petroleras norteamericanas en América Latina, que deseaban evitar la competencia de compañías independientes, como la de Pearson.

Los ingenieros ingleses de la Casa Pearson no se percataron a tiempo de que el poder hegemónico que habían tenido en el pasado como inversionistas en América Latina, se había desplazado gradualmente a inversionistas norteamericanos, en especial en lo referente a la explotación de hidrocarburos.

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María Teresa Ripoll Echeverría

Historiadora. Docente de la Universidad Tecnológica de Bolívar en Cartagena.