Rawls

Entre todos los escritores del boom de la literatura latinoamericana, Mario Vargas Llosa es quien más se ha interesado en el estudio de las ideas políticas y de la política misma, la cual ha ocupado un lugar prominente en su vida y en su obra literaria. En el libro La llamada de la tribu (2018) de Vargas Llosa él ha escrito lo que describe en el prólogo como “…mi propia biografía intelectual y política…”. A través de siete autores (Adam Smith, José Ortega y Gasset, F. von Hayek, Karl Popper, Isaiah Berlin, Raymond Aron y Jean-Francois Revel) explica su recorrido ideológico hacia el liberalismo. Esta es su propia elección así que difícilmente puede uno criticarla, pero no dejan de llamar la atención varias cosas. Una de ellas es que Jean-Francois Revel no es un pensador original como el resto. Tal vez tampoco sea un pensador original Raymond Aron, pues este fue sobre todo un magnifico exponente de las ideas de Max Weber. Debo señalar que tengo una inmensa admiración por Aron como pensador y como ser humano. Pero claro, Vargas Llosa diría que el criterio al hacer la escogencia no fue su aporte original sino la influencia que ejerció en su propio desarrollo intelectual.

A mí de la lista de pensadores políticos liberales que dejaron su impronta en la visión ideológica de Vargas Llosa me llama la atención la ausencia de John Rawls (1921-2002). Muchos teóricos políticos, sobre todo en la tradición anglo-sajona, lo consideran el filósofo político más importante del último medio siglo, entre otras porque revivió el campo de la filosofía política normativa, que se encontraba bastante adormecida. Pero sobre todo Rawls es importante por cuanto en su obra A Theory of Justice (1971), propuso una ruptura conceptual en la definición de lo que es una sociedad justa. Para ello primero realiza un experimento mental por medio de la llamada posición original, que es la situación hipotética en la que no sabemos qué posición ocuparemos en la sociedad o qué habilidades tendremos. Bajo ese “velo de ignorancia” ¿qué tipo de reglas escogeríamos para que la sociedad sea justa? La respuesta que da Rawls no es la del igualitarismo, sino que la sociedad justa seria aquella en la cual todas las personas tienen iguales derechos a una extensa variedad de libertades básicas, las desigualdades económicas y sociales deben ser el resultado de posiciones a la cual todos pueden aspirar y todas las desigualdades deben ser tales que sean benéficas para aquellos individuos que están en la peor situación. Esta es una apretada síntesis esquemática de unas ideas que son complejas y han generado una gran discusión en este campo de la justicia y la equidad.

El catedrático de filosofía política de University College London Jonathan Wolff describe el pensamiento de Rawls como liberalismo del bienestar. Tiene sentido, pues Rawls cree en la acción afirmativa, el papel de la educación, sobre todo la más temprana, en la creación de una sociedad más equitativa y un sistema tributario progresivo que mejore la distribución del ingreso y la igualdad de oportunidades.

Pero tal vez, no sea accidental que Vargas Llosa no se haya interesado en las ideas de Rawls, pues aunque su pensamiento es liberal, es un liberalismo de la tradición liberal decimonónica y por lo tanto, para las circunstancias actuales podría ser clasificado como de centro derecha. En contraste, Rawls puede ser pieza fundamental en la creación de una visión política liberal de centro izquierda. Por todo ello sus ideas me parecen muy pertinentes para construir una narrativa democrático liberal en Latinoamérica que sirva para atender los problemas derivados de nuestro pecado original como sociedad: la histórica desigualdad de oportunidades y sus consecuencias.