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Foto: Brittany Bendabout. Unsplash.

Dólar disparado, elevado gasto público, y la incapacidad del Gobierno actual de corregir el rumbo, el panorama económico con el que arranca Colombia el 2022.

El dólar ha superado la barrera de los 4.000 pesos desde el 15 de diciembre pasado. Aunque las causas de la devaluación son varias, sobresale el déficit de la balanza comercial del país. Si la balanza externa en 2020 mostró un déficit de 7.131 millones de dólares, en 2021 el monto de las exportaciones fue 11.671 millones de dólares menores a las importaciones, que es un deterioro muy serio y preocupante. Ese déficit externo representa el 4.4 % del PIB.

Cuando un país presenta un desequilibrio externo es evidente de que está gastando más de lo que está produciendo o sea que el sector público y/o el sector privado están en déficit. El culpable esta vez es el gobierno pues el déficit fiscal proyectado hasta hace un mes era de 8.6 % del PIB, el más alto en los últimos 115 años de historia nacional (ver gráfico). El ministro de hacienda, José Manuel Restrepo, adujo que gracias a que la economía crecerá al 9.7 %, que es más deseo del gobierno que realidad, el déficit se reducirá al 7.6 % del PIB, todavía el más alto de los últimos 115 años.

El gobierno está aprovechando su último cuarto de hora para gastar a la lata en contrataciones de sus acólitos a todo lo ancho y largo de la administración, lo cual agrava aún más el déficit fiscal.

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Fuente: Greco, Banco de la República y cálculos propios.

El gobierno está aprovechando su último cuarto de hora para gastar a la lata en contrataciones de sus acólitos a todo lo ancho y largo de la administración, lo cual agrava aún más el déficit fiscal.

Otro elemento que descuadra las finanzas públicas es el fortalecimiento del dólar frente a las economías emergentes, siendo la economía colombiana una de las más endeudadas y percibida como de mayor riesgo. El Espectador informó que “la deuda externa colombiana llegó a US$165.168 millones en agosto, lo que equivale a 52.3 % del PIB”, nivel que acentuó la devaluación del peso.

El déficit de la cuenta de capitales ha agravado el desequilibrio externo: las salidas por utilidades de portafolio (TES del gobierno y acciones) son mayores a las entradas de inversión directa, arrojando más incertidumbre a sus tenedores.

La devaluación se debe entonces a los grandes desequilibrios macroeconómicos que fueron creados por la pandemia y por los subsidios a los ricos otorgados en la reforma tributaria de 2019, pero sobre todo a la incapacidad del gobierno para remediarlos.

*Columna publicada en el diario “El Espectador” en su edición del 10 de enero de 2022.

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Salomón Kalmanovitz

Economista. Realizó estudios de filosofía y economía en la Universidad de New Hampshire, y de postgrado en el New School for Social Research de Nueva York. Analista económico y editor de la revista Tiempo & Economía.