El artista colombiano Óscar Murillo hace una exploración plástica del colonialismo y la religión como elementos opresivos y racialmente excluyentes en el Museo de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.
Una mirada a “Condiciones aún por titular” muestra del artista vallecaucano que se exhibe en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Bogotá.
Esta no es una exposición sino un laberinto de objetos que hacen alusión a una cultura del sometimiento: la religión y el colonialismo. En el patio del museo hay un conjunto de bancas de iglesias del siglo XIX rotas, importadas de Europa, que para el artista son una representación de un orden institucional y opresivo. Hay containers de madera que podrían ser fosas comunes y cubos de hierro fundido. En la sala principal hay lienzos negros colgados y extendidos, telas con mapas pintados con óleo, ‘años viejos’ apilados, andamios oxidados y restos de maíz con cemento.
Al recorrer la instalación, la experiencia se vuelve más oscura. No solo por las imágenes sino por el sonido: se escucha una música festiva de un video que se interrumpe con la explosión de la pólvora que quema a 250 ‘años viejos’. Es el registro del performance que hizo el artista Óscar Murillo en La Paila, Valle del Cauca, durante el Paro Nacional como una acción simbólica en contra de la violencia y la represión policial que vivieron los jóvenes en todo el país.
Extractivismo, colonialismo, esclavitud… algunos de los referentes conceptuales de la obra de Murillo.
Todo esto hace parte de la exposición Condiciones aún por titular en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia. Una muestra comisionada por la curadora barranquillera María Belén Sáenz de Ibarra, quien invitó a Murillo en 2014 a los talleres de la universidad para desarrollar un proyecto a largo plazo: un conjunto de lienzos con pintura negra que fue reuniendo para construir una serie de telas unidas con el calor de una plancha.
Así comenzó este proyecto que se exhibió por primera vez en el museo en 2015 y que está de vuelta en Bogotá, luego de viajar por distintos lugares; estuvo en la Bienal de Venecia, Corea, Arabia Saudita, China y varios países de África. “De la itinerancia del proyecto se ha venido nutriendo en su expresión, en la cantidad de telas que se van cosiendo entre ellas y van cogiendo una energía negra”, le dijo la curadora a Contexto.
Andamios oxidados, objetos en decadencia y telares negros, la energía negra ‘in crescendo’ de “Condiciones aún por titular”. Foto: Laura Sepulveda Henao.
“Oscar Murillo es un artista tremendamente intuitivo, no es un artista intelectual. Se expresa a través de múltiples acciones. Es una obra muy energética” dice María Belén, quién lo ha venido acompañando a lo largo de su proceso artístico.
Estos lienzos son una forma de reunir en un mismo proyecto una denuncia contra el racismo y la exclusión que viven las poblaciones afro no solo en Colombia, sino en el mundo. “Murillo las exhibe como si fueran las banderas del pueblo negro pero no izadas sino a media asta, cosidas, remendadas, cicatrizadas”, cuenta la curadora María Belén.
Murillo (1986) nació en La Paila, Valle del Cauca, pero podría definirse como un artista cosmopolita, migrante y trashumante porque siempre está viajando para mostrar su obra y hacer proyectos globales. Desde los 11 años vive en Londres donde estudió artes plásticas y luego una maestría en el Royal College of Art. Su reconocimiento internacional empezó en 2013, cuando se unió a la galería David Zwirner. Ese mismo año la casa de subastas inglesa Christie’s vendió una obra del artista por casi 400 mil dólares.
En 10 años de carrera, Murillo ha mostrado su obra en más de 50 exposiciones individuales y una centena de muestras colectivas en varios museos del mundo. En 2019 ganó el premio Turner, un reconocimiento de arte contemporáneo que acoge anualmente el Tate Modern de Londres. A pesar de su éxito, la carrera del artista también ha estado atravesada por críticas sobre cómo los coleccionistas de arte inflaron el valor de su obra para especular en el mercado.
Elementos de la imaginería religiosa son mostrados en un precario equilibrio. Foto: Laura Sepulveda Henao.
“Óscar Murillo es un artista tremendamente intuitivo, no es un artista intelectual. Se expresa a través de múltiples acciones. Es una obra muy energética” dice María Belén, quién lo ha venido acompañando a lo largo de su proceso artístico. Su trabajo abarca un espectro muy amplio: pintura, dibujo, escultura, instalación, performance y video.
La visión de la curadora y el artista coinciden en algo fundamental: resaltar cómo persisten sistemas colonialistas y extractivistas que despojan a las comunidades. “Con Óscar buscamos que hubiera una empatía e interés en trabajar temas como la memoria histórica y la crisis humanitaria, conflictos a nivel planetario que se han derivado del pensamiento colonialista”, asegura la curadora María Belén.
Otro proceso artístico de largo aliento es Frecuencias, un proyecto que empezó en 2014 y que consistió en poner lienzos en varias escuelas del mundo para que los estudiantes los intervinieran. Murillo hace una suerte de archivo hecho por niños y adolescentes de 10 a 16 años en 350 colegios de más de 30 países. Luego une los lienzos y los pinta con óleo, traza líneas y garabatos pero deja ver las obsesiones de los jóvenes: sus héroes, equipos de fútbol, frases y fetiches en distintos idiomas.
Condiciones aún por titular es el resultado de un proyecto ambicioso que fue madurando y hoy representa un hito importante no solo para el artista sino para la curadora, quien ve esta exposición como uno de los proyectos más potentes que ha logrado en 20 años de carrera. La exposición estará abierta al público hasta mayo de 2022 en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia.
Ana Luisa González
Literata y periodista cultural. Sus reportajes y entrevistas han sido publicados en medios locales e internacionales como OkayAfrica, Vice News, LAWeekly, Remezcla, Revista Terremoto, Artishock y Revista Semana. @olivasnegras