alvaro-barrios

George Smith cambió una vida ejecutiva en Londres por los parajes y las minas esmeralderas de Boyacá al frente de su empresa, Alpine Green. Fotos: Santiago Harker. A Colombian Emerald Journey.

“La magia e historia de las esmeraldas colombianas las hacen las mejores del mundo”

por | Feb 18, 2021

Por Cristina Said

Fotos: Santiago Harker

Un viaje por las esmeraldas colombianas de la mano de George Smith, el esmeraldero que vino del frío.

Entro con un poco de recelo al lobby del hotel para entrevistar al esmeraldero, pues hablar de esmeralderos en Colombia significaba, en un pasado, hacer referencia a personas con nexos con temidos grupos armados, incluso antes de la aparición de los carteles de la marihuana, la cocaina y la amapola. Sin embargo, hoy la realidad parece ser otra: libre de las actividades ilegales del pasado que llevaron a considerar este negocio oscuro, clandestino y cercano a la mafia —y que durante mucho tiempo desencadenó una cruenta guerra—, hoy las regiones de Colombia donde hay minas de esmeraldas parecen haber dejado atrás ese pasado violento gracias a un acuerdo de paz entre los productores de esmeraldas.

Busco a George Smith, economista e historiador del Trinity College, en Londres; un inglés rubio de tez blanca, de padre inglés y madre colombiana que —me confesará luego— llevaba una aburrida vida de oficina trabajando 12 horas diarias frente a un computador para la firma de banca de inversión Man Group PLC en Londres. Un día de 2013, en un viaje a Colombia por el matrimonio de su hermana, vio la frase “The Only Risk is Wanting to Stay” (El único riesgo es que te quieras quedar), sonado eslogan de la campaña de promoción a Colombia en el exterior, y el mensaje resonó en su cabeza. Así, sin mayores dilaciones, decidió quedarse para conectarse con el país de su madre. El reencuentro con la ‘madre patria’ ocurre en las profundidades de las montañas de Colombia, en las entrañas del departamento de Boyacá, a unas seis horas en auto desde Bogotá, sobre una rama de la Cordillera Oriental. Allí, ocultas en los pequeños pueblos mineros de Muzo y Chivor, donde se encuentran algunas de las minas de esmeraldas más valiosas del mundo, George Smith decide dejar atrás el pasado y emprender una nueva vida.

De los trajes de tweed a las botas pantaneras solo hay un paso y en poco tiempo Mr. Smith ya estaba agachado en el apretujado interior de una mina, con el agua goteando sobre su cabeza, a la espera de la detonación de la dinamita. “El silencio ensordecedor previo a la explosión, el polvo que cae, la emoción de ver qué se ha encontrado. Cada vez que lo experimento soy cautivo de esa piedra y su intenso color verde”, evoca Smith.

Esa epifanía verde, de otro mundo, la describió el poeta chileno Pablo Neruda en 1971 durante su visita a las minas de esmeraldas de Colombia, en el fragmento de uno de sus poemas:

Cuando todo era altura,
altura,
altura,
allí esperaba la esmeralda fría,
la mirada esmeralda…

among-others-blackness-at-moma

Vista del río Minero a su paso por las montañas del distrito minero Coscuez, en Boyacá.

Álvaro Barrios como Marcel Duchamp como Rrose Selavy como L.H.O.O.Q

Un minero se aventura, taladro en mano, entre los socavones de una mina en busca de esmeraldas. A Colombian Emerald Journey.

Álvaro Barrios como Marcel Duchamp como Rrose Selavy como L.H.O.O.Q

La ardua y en ocasiones casi suicida labor de los mineros, además del hecho de ser una piedra exótica, hacen de las esmeraldas una costosa gema.

Álvaro Barrios como Marcel Duchamp como Rrose Selavy como L.H.O.O.Q

La satisfacción del hallazgo de una gema ilumina el rostro de un minero.

Cristina Said: ¿Cómo llegas a este universo de las esmeraldas, en apariencia ajeno a tu procedencia?

George Smith: Victor Carranza, el zar de las esmeraldas, acababa de morir. Leyendo un artículo en The Economist donde decía que el mercado de las esmeraldas debía formalizarse y abrirse como el de los diamantes en el sur de África, hace 100 años, pensé que era un buen momento para entrar en el. Fascinado, me aventuré en este mundo y me enteré que una esmeralda fina colombiana vale más que casi cualquier diamante. Una esmeralda de diez quilates de alta pureza puede costar fácilmente un millón de dólares o más. Decido venderle esmeraldas de alta calidad a inversores asiáticos que tienen portafolios de joyas y piedras preciosas. El negocio resulta ser muy exitoso y crece rápidamente.

C.S.: ¿Qué está pasando hoy en día en la minería de esmeraldas en Colombia?

G.S.: La intensidad de la guerra y la cantidad de muertos y sufrimiento generó un fuerte deseo de paz entre los habitantes de la zona esmeraldera. Los habitantes de la región minera han trabajado continuamente para mantener la paz. Actualmente, por lo menos dos veces al año, los mineros y los dueños de las minas se reúnen con el ejército, la policía, representantes del gobierno y el arzobispo, para definir detalles y resolver ciertas disputas.

La mina principal de Muzo es propiedad de una empresa norteamericana llamada MTC que tiene casi mil empleados. Hoy se han formalizado los trabajos de muchas personas que reciben un sueldo fijo y seguridad social, algo que no existía en la región hace 10 años cuando el trabajo era informal. Esto ha dinamizado la economía regional y nacional al generar una cantidad de empleos directos e indirectos que crean un clima de estabilidad. Aún así, muchos mineros optan por las recompensas y los riesgos de trabajar solos.

En 2020 vimos grandes protestas en toda la región de Muzo porque tradicionalmente los empresarios esmeralderos cuando sacan la carga de los túneles la botan al lado de la mina para que el pueblo venga y se rebusque en esa carga. Es decir ellos vienen y lo filtran la segunda y la tercera vez y de allí salen esmeraldas y esta ha sido una fuente de ingresos informales, durante décadas, para jóvenes y madres cabeza de familia. Esta empresa, MTC, acabó con esta costumbre por razones ambientales y por un tema de maximización de recursos, lo cual generó malestar en la región.

¿Ha traído algún beneficio la operación industrializada en la zona?

Colombia cuenta con un liderazgo en exportación de esmeraldas como insumo para las grandes casas de joyería en el mundo además que ahora existe una serie de condiciones sociales y de inversión que favorecen la industria, es por ello el fortalecimiento de esta actividad en todos los aspectos.

¿Son realmente las esmeraldas colombianas las mejores del mundo?

Son las más deseadas, las más apreciadas, vienen de las minas que tienen mas años de explotación. Es como comparar un vino de Bordeaux con un vino del nuevo mundo de California. Las minas de Muzo han producido esmeraldas por miles de años, son minas con mucha historia y magia que existen desde la época precolombina. Con la llegada de los españoles a América se descubrió que las tribus indígenas precolombinas extraían esmeraldas de una calidad muy superior y fue a partir de ese momento que las esmeraldas colombianas se volvieron únicas. Las minas colombianas son las únicas que producen esmeraldas finas de buen tamaño y su proceso de formación difiere al del resto de esmeraldas en el mundo.

En cuanto al medio ambiente, ¿qué impacto tiene esta explotación?

Todo tipo de minería tiene algún impacto al medio ambiente pero hoy en día se utilizan menos explosivos y se exigen trabajos más artesanales con maquinaria que no es tan dañina para el ecosistema. La forma de explotación predominante es la excavación de largos túneles que atraviesan las montañas. Los túneles son elaborados según una técnica de excavación subterránea selectiva, la cual sigue un camino por donde se cree que pueda haber una franja de mineralización.

Anteriormente se utilizaba la explotación a cielo abierto, en la cual la extracción consistía en la perforación y detonación de la roca y el uso de maquinaria pesada para remover grandes cantidades de tierra. Debido al impacto ambiental que causaba esta práctica se fue quedando atrás y se encontraron métodos más amigables con el medio ambiente.

 

among-others-blackness-at-moma

Jóvenes comparten los hallazgos del día a las afueras de una mina. A fines de la década del 90 sólo el 0.01 % de las 800.000 hectáreas potencialmente ricas en este mineral era explotado.

among-others-blackness-at-moma

La fe religiosa se encuentra presente a lo largo y ancho de pueblos como Muzo.

among-others-blackness-at-moma

Acompañado de uno de sus empleados, George Smith analiza varias de las gemas.

among-others-blackness-at-moma

A pesar de ser una actividad con grandes márgenes de ganancias, el prejuicio en torno al oficio de esmeraldero y trabas en temas de exportación y bancarios dificultan la actividad para empresas legales que se dedican a la explotación esmeraldera. Fotos: Santiago Harker: A Colombian Emerald Journey.

Las minas de Muzo han producido esmeraldas por miles de años, son minas con mucha historia y magia que existen desde la época precolombina. Con la llegada de los españoles a América se descubrió que las tribus indígenas precolombinas extraían esmeraldas de una calidad muy superior y fue a partir de ese momento que las esmeraldas colombianas se volvieron únicas.

¿Cómo es el proceso de exportación de las esmeraldas?

La mayoría de lo que nosotros exportamos es material que nosotros mismos tallamos. Es decir, compramos o producimos nosotros mismos en bruto y hacemos todo el proceso de talla, tratamiento y certificación, todo aquí en Colombia. Los empleados son todos colombianos, es un negocio de solo colombianos, yo soy el único que es mitad británico. Hay otras empresas que sacan las esmeraldas del país en bruto y las tallan en Francia o en Suiza.

¿Y esto por qué?

Porque pagan menos impuestos, pero los mejores talladores se encuentran aquí en Colombia. Es puro nombre decir que si se talla en Suiza o en París… eso para algunas personas tiene un valor agregado. Yo no lo veo. El valor agregado para ellos en realidad es bajar impuestos, entonces nosotros preferimos hacer absolutamente todo aquí en el país y así va a ser siempre.

George, por último, ¿cómo vislumbras el futuro de este negocio?

Es importante tener en cuenta que las esmeraldas siempre han estado de moda, a mí me gustaría que los colombianos aprecien el sector y el gremio, que sea algo de orgullo para el país, que se le quite ese estigma social que alguna vez tuvo. Que uno pueda ir a una cena o compartir con alguien y decirle “yo soy esmeraldero” con toda la tranquilidad del caso y no sea algo mal visto. Me gustaría ver que el gobierno apoye más al sector no sólo de las esmeraldas sino también de la joyería. Las exportaciones en este momento son dificilísimas y es imposible abrir una cuenta como esmeraldero. Se requiere un apoyo bancario también.

Cristina Said

Periodista, especialista en Desarrollo Organizacional y Procesos Humanos de la Universidad del Norte.

Santiago Harker

Fotógrafo colombiano nacido en Bogotá en 1951. Su obra ha sido exhibida en salas de Colombia, Venezuela, México, Estados Unidos, Islandia, Finlandia y Dinamarca. En 1992 publicó su primer libro de autor, Colombia Inédita (Villegas Editores). Entre las numerosas publicaciones que incluyen su trabajo, se destacan: Descubriendo Ecuador (Imprenta Mariscal/ National Geographic) y Canto a la Realidad (Lunwerg Editores, España). Revistas especializadas en fotografía y arte como Verlag Photographie (Suiza), Oasis (Italia), Art News (San Francisco Art Institute, U.S.A.) y Foto Zoom (México), han publicado su portafolio.