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¿Las encuestas de percepción sobre la educación en Colombia reflejan la realidad del sector?
Son datos y hay que darlos: percepción del sistema educativo Vs. indicadores.
De acuerdo con el sociólogo francés Pierre Bourdieu1, la percepción ciudadana hace referencia a la forma en que interpretamos individualmente las diversas dimensiones de la realidad. Cada persona elabora un modelo mental de la sociedad en función de las representaciones que ha construido desde su infancia a partir de fuentes tales como la familia, los medios de comunicación, pares, profesores y la sociedad en su conjunto. Desafortunadamente, dicha percepción está en muchos casos lejos de ser objetiva y suele estar determinada por ideologías y creencias que rara vez se contrastan con fuentes confiables. La continua complejidad de la realidad social se interpreta, con frecuencia, desde la simplicidad e impulsividad de nuestras opiniones. Un ejemplo de esta distancia entre percepción e indicadores podemos verla en el campo de la educación.
Como se ha evidenciado recientemente en diversos informes2, los resultados académicos de los estudiantes colombianos evaluados en la prueba Saber 11° (2021), siguen revelando una alta desigualdad entre niveles socioeconómicos y regiones de nuestro país. No obstante, según encuestas de opinión como el Latinobarómetro (2020) y la Gran Encuesta de Opinión en Educación –GEOE– (2022), existe entre la ciudadanía una percepción mayoritariamente positiva sobre la calidad y equidad del sistema educativo, siendo incluso más favorable entre los grupos poblacionales y regiones con más bajos indicadores.
Los datos revelan, por ejemplo, que en el nivel socioeconómico más bajo (NSE1) el porcentaje de estudiantes que terminan el bachillerato con un desempeño insuficiente en sus competencias básicas (Lectura, Matemáticas, Ciencias y Sociales) es del 56 %; y en el nivel socioeconómico más alto (NSE4), este porcentaje es sólo del 8 %. Aun así, los datos del Latinobarómetro mostraron que el 43 % de los ciudadanos de los grupos poblacionales menos favorecidos percibe como justo el sistema educativo del país, mientras que, en los niveles socioeconómicos altos, sólo un 19 %, tiene una percepción positiva.
En la GEOE el porcentaje de encuestados de grandes ciudades y zonas rurales que consideró que la calidad del sistema educativo se ha mantenido o ha mejorado, fue similar entre ellos (57 %); a pesar de que los datos más recientes revelan que el porcentaje de estudiantes de colegios urbanos con nivel insuficiente en sus competencias básicas es del 29 %, mientras que en las zonas rurales es del 53 %.
Los juicios sobre las condiciones del sector educativo fundamentados sólo en la percepción, nos alejan de tener un panorama claro sobre las variables que es necesario intervenir para solucionar los problemas del sector.
Los resultados de las encuestas también muestran diferencias de percepción entre las regiones del país. Por ejemplo, el Latinobarómetro mostró que en Bogotá y la región Oriente, 7 de cada 10 ciudadanos tienen una opinión negativa sobre las condiciones de equidad del sector educativo, aunque según los datos, es justamente en estos territorios, en donde hay un menor porcentaje de bachilleres con nivel insuficiente en sus competencias básicas. Por el contrario, en regiones como el Caribe y la Amazonía, donde (según la GEOE) 6 de cada 10 personas valoran positivamente el avance del sector educativo, el porcentaje de egresados de la media con falencias en sus competencias se encuentra entre el 37 % y el 46 %.
Si bien las encuestas de opinión pueden ayudar a generar consensos y legitimidades, los juicios sobre las condiciones del sector educativo fundamentados sólo en la percepción y desligados de la información objetiva, nos alejan de tener un panorama claro sobre las variables que es necesario intervenir para solucionar los problemas del sector.
Por esto, es necesario promover que el ciudadano se informe y reflexione críticamente sobre su realidad. Sólo así se puede acortar la distancia entre percepción e indicadores objetivos. La participación directa de los ciudadanos en el diseño de políticas públicas educativas3 es fundamental, por ello se hace necesario desarrollar iniciativas que contribuyan no sólo a conocer la percepción subjetiva que tenemos los colombianos de los fenómenos; sino sobre todo, a promover en nosotros una participación informada que nos posibilite llevar a cabo un ejercicio de ciudadanía activa4.
Referencias
1 Bourdieu, P. (2018). Cultural reproduction and social reproduction. In Knowledge, education, and cultural change (pp. 71-112). Routledge.
2 ICFES (2022). Brechas en aprendizaje son más amplias en Educación Básica y Media. https://bit.ly/3NUB8HJ
3 Gil-Pérez, D. y Vilches, A. (2005). La participación en el debate educativo como deber ciudadano. Comentarios y sugerencias en torno al documento “Una Educación de Calidad para todos y entre todos”. Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias, 2, 251-268.
4 Said-Hung, E., Borjas, M., Valencia, J., Palacio, J. E., y Guzmán, C. (2012). Determinantes sobre la percepción ciudadana de la educación en Colombia. Teoría de la Educación. Educación y Cultura en la Sociedad de la Información, 13(3).
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Jorge Valencia
Economista de la Universidad del Atlantico, Magíster en Educación de la Universidad del Norte.
José Aparicio
Psicólogo de la Universidad del Norte, Doctor en Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.