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Con la excepción de la Guerra de los Mil Días, Gaitán no consideraba que nuestro siglo diecinueve hubiese sido particularmente violento. Los años 1902-1945 fueron de baja violencia y hasta de relativa paz. La Violencia, uno de los motivos del pintor Fernando Botero.

Fernando Gaitán Daza, un investigador que ayudó a comprender el fenómeno de la violencia en Colombia

por | Sep 26, 2023

Por Astrid Martínez Ortiz

Fallecido hace dos décadas, la obra de este economista es de referencia obligada para un análisis de la violencia, el conflicto,  y los caminos hacia la paz en nuestro país.

“Colombia, ha sido, a veces, un país violento”. Esta afirmación de Malcolm Deas es un manifiesto en contra de una vasta producción intelectual que buscó entender la especificidad de la violencia en Colombia en base a generalizaciones ahistóricas, carentes de demostración empírica sólida, de análisis comparativos internacionales, que concluían en su carácter endémico, y que condujeron a inadecuadas políticas públicas. 

Esa producción fue objeto del análisis crítico de Fernando Gaitán Daza cuyo fallecimiento en 2003 truncó una vida plena de reflexiones originales sobre las causas de la violencia en Colombia y el surgimiento del crimen organizado en el país. Economista de la Universidad Nacional de Colombia, se formó en medio del movimiento estudiantil y la militancia en el partido comunista, escribiendo en su periódico La voz proletaria, y yendo a las fuentes clásicas del pensamiento económico, como era la usanza en la facultad de ciencias económicas desde mediados de los años setenta. En esa escuela se denigraba de los manuales y se acudía a las obras que inspiraban la teoría económica del desarrollo, el análisis de la dinámica del capitalismo y de la distribución de la riqueza y del ingreso. Se reclamó marxista en el método de análisis, pero también heredero de los grandes economistas.

Inauguró con otros autores como Jesús Antonio Bejarano1 y Malcom Deas, la corriente de análisis que puso en cuestión los estudios de los sociólogos y politólogos que proponían hipótesis sobre las causas objetivas de la violencia en Colombia, como la pobreza y la exclusión, sin un apoyo suficiente en la evidencia empírica ni contraste con otras experiencias nacionales. Los dos autores mencionados derivaron en corrientes un poco diferentes. Una corriente de economistas que produjo varios estudios que buscaban pruebas de causalidad, basados en datos y métodos econométricos, y otros, de varias disciplinas, que, reconociendo la necesidad de la evidencia, mantenían la perspectiva de la singularidad del caso colombiano y de la multicausalidad que defendieron los “violentólogos”2 de los años ochenta3.

Gaitán describió la organización criminal como empresa jerárquica, con división del trabajo y economías de escala, y la violencia como la lucha por el dominio del mercado. 

La obra de Fernando en los primeros años noventa está aún marcada por el debate de las causas objetivas de la violencia en Colombia.  Trabajaba en el Departamento Nacional de Planeación cuando le fue encomendado colaborar en el análisis de sus determinantes4. De esos años son sus análisis de la relación entre violencia y pobreza, desigualdad y propiedad rural, que exponían la falta de evidencia de estas correlaciones en el interior del país, y en la comparación internacional. Fueron ensayos especulativos, como el más famoso de sus trabajos5. A finales de esa década escribió una “visión alternativa” sobre las causas de la violencia y la impunidad, y reaccionó contra el retorno del enfoque de las causas objetivas, presente en un estudio del Banco Mundial dirigido por Caroline Moser, abogando por la necesidad de jerarquizar las causas de la violencia, entender la debilidad de la justicia en Colombia, y diseñar las políticas públicas coherentes con ese análisis

Los hechos violentos de finales de los años ochenta, que cobraron la vida de jueces y candidatos a la presidencia e innumerables víctimas civiles en las ciudades, debido a la expansión del narcotráfico en Colombia, suscitaron el interés de comprender el poder de penetración de las actividades ilícitas en distintas esferas de la vida económica, social y política del país. La debilidad de la justicia, más que la ausencia del Estado, en algunas regiones, adquirió relevancia en la explicación de las causas, al igual que el nuevo panorama geopolítico creado en el mundo, por el derrumbe de la antigua unión soviética, y, en el país, en el marco local de la acción de las guerrillas criollas.

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Portada del libro “Violencia y crimen”, selección de ensayos de Fernando Gaitán y otros autores.

En sus últimos años, desde el año 2000, la obra de Gaitán Daza se orientó a la comprensión de la empresa ilícita y del crimen organizado.7  Participó, junto con grupo de profesores de las facultades de economía y derecho de la Universidad Externado de Colombia, en la producción de varios documentos que exploraron las características de las redes criminales y las competencias de la justicia y la policía para enfrentarlas. Así se alejaba por completo de la hipótesis de las causas objetivas de la desigualdad y la pobreza como explicación de la violencia, para destacar las motivaciones de los criminales, la codicia y el crimen organizado como las razones de la violencia colombiana. Describió la organización criminal como empresa jerárquica, con división del trabajo y economías de escala, y la violencia como la lucha por el dominio del mercado. Pero no todos los externadistas compartieron su interpretación económica. Los profesores de la facultad de Derecho criticaron la falta de rigor sociológico y penal del concepto de crimen organizado. Desde la sociología, ofrecieron su contribución al análisis de la criminología, y destacaron la necesidad de construir una teoría sociológica del delito y de abordar un análisis integral, que comprenda el concurso de varias disciplinas8.  Fernando fue un autodidacta y como otros intelectuales del país de un perfil similar –originales y brillantes–, y debido a que no tuvo la experiencia de exponerse al mundo en otros contextos nacionales y culturales que lo retaran con otras preguntas, no logró desarrollar del todo su potencial. Pero dejó obra y estilo –él diría que metodología. A veinte años de su muerte, la relectura de sus trabajos, de los artículos de los que fue coautor y de los ensayos acerca de su producción intelectual9, revela la pertinencia y actualidad de sus reflexiones10, así como también la existencia de una agenda abierta para el análisis de la violencia, el conflicto, la impunidad y los caminos hacia la paz.  Esta nota es para celebrar su vida y su obra, y para invitar a una incursión en su legado. Encontrarán espacios casi literarios, bien escritos y bien pensados, que indagan sobre la naturaleza de la violencia en Colombia, críticos e independientes, que anticiparon las dificultades que enfrentaría el país en medio del narcotráfico y los acuerdos de paz en las dos décadas que siguieron a su fallecimiento, y que pueden aún contribuir a la comprensión de la violencia y el crimen y a mejorar la calidad de las políticas públicas en el país.
Referencias

Bejarano, J.A.  et al (1997). Colombia, inseguridad, violencia y desempeño económico en las áreas rurales. Universidad Externado de Colombia. 

2 Comisión de estudios sobre la violencia. (1987). Colombia: violencia y democracia. Universidad Nacional de Colombia 

Martínez, A. (2001). Análisis económico de la violencia en Colombia. Una nota sobre la literatura. Cuadernos de Economía. Vol XX, n. 34 y Nota editorial de Martínez, A. editora (2001). En Economía, crimen y conflicto. 

Montenegro, A. (1994). Justicia y desarrollo económico. Revista de Planeación y desarrollo, vol.XXV, DNP.

Gaitán, F. (1995). “Una indagación sobre las causas de la violencia” en Deas, M y Gaitán F. (1995). Dos ensayos especulativos sobre la violencia en Colombia, FONADE. 

Gaitán, f. (2000) Multicausalidad, impunidad y violencia: una visión alternativa y Gaitán, F. y Montenegro, S. (2000). Un análisis crítico de estudios de la violencia en Colombia. Los dos artículos en Martínez (2006) op cit. 

Inspirado, inicialmente, en Becker, G (1968) Crime and Punishment: An Economic Approach, Journal of Political Economy, marzo- abril, pp169 a 175. Gaitán se inspiró, también, en la obra de Beccaria, C. (De los delitos y las penas), a quien reconoció como pionero del análisis económico del crimen, pero cuya obra, decía, no conocían los economistas.  

Silva, G. (2006) De la desviación a la divergencia: introducción a la teoría sociológica del delito. En Martínez. A Comp. (2006).

Martínez, A. Compiladora. (2006). Violencia y crimen. Ensayos en memoria de Fernando Gaitán Daza. Universidad Externado de Colombia. (Artículos de Fernando Gaitán, Isaac Beltrán, Armando Montenegro, Santiago Montenegro, Bernardo Pérez, Eduardo Salcedo, Germán Silva y Damian Zaitch).

10 Para entender, por ejemplo, las dificultades de la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC (2016), Gaitan ya había advertido en sus críticas al Plan Nacional de Rehabilitación del presidente César Gaviria, la posibilidad del surgimiento de cultivos oportunistas, ilustrando con lo sucedido en Tailandia con el programa de sustitución de cultivos, para erradicar la producción de amapola.

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Astrid Martínez Ortiz

Investigadora de Fedesarrollo.

 

 

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