Gabo y todo el universo de creadores del Grupo de Barranquilla esperan a comensales y amigos de la cultura desde este diciembre. Foto: Fundación La Cueva.
El mítico bar, restaurante y centro cutural La Cueva reabrió sus puertas tras casi dos años de cierre. Su nueva directora, Carolina Ethel, habla de lo que se viene para la fundación cultural en los próximos meses. Además de un Carnaval de las Artes presencial, se planea homenajear a las creadoras del Grupo de Barranquilla.
Como la brisa –cuando es puntual–, La Cueva llegó este año en diciembre. El “bar cultural y galería de sabores” volvió a abrir el pasado Día de las Velitas tras un año y nueve meses de cierre por la pandemia. Lo hizo con una fiesta, como las que se celebraban cuando pasó de tienda a cantina, de refugio de cazadores a tertuliadero de intelectuales en su mayoría hombres, epicentro del Grupo de Barranquilla que se dio a conocer en el país en 1955, con Gabriel García Márquez a la cabeza.
Hoy, su objetivo es seguir albergando y proyectando el legado artístico y la memoria cultural de la ciudad a través de la diversión y el encuentro, dos palabras que causan alarma en la pandemia. Además de una nueva carta en el restaurante, la sede de la Fundación La Cueva estrena directora ejecutiva, Carolina Ethel, que llegó hace dos meses de España para asumir el cargo después de un recorrido internacional de 14 años como gestora cultural. Ethel ha estado vinculada a La Cueva desde sus inicios en 2004, cuando reabrió tras 35 años gracias a los esfuerzos de su antiguo director, Heriberto Fiorillo –ahora director consejero–, y del empresario Antonio Celia Martínez-Aparicio.
En entrevista con Contexto, Carolina aclara que la Fundación La Cueva “nunca se ha cerrado. Se abrió en 2002, empezó su vida y sus proyectos, y en 2004 inauguramos esta sede”, dice refiriéndose a la esquina entre los barrios Boston y El Recreo, en la carrera 43 No. 59-03. Este mismo sitio, declarado Patrimonio Nacional por el Ministerio de Cultura en 2002, es uno de los pocos centros culturales que se mantienen vivos en la ciudad.
Las instalaciones del bar y restaurante reabren con nuevos platos en su menú y una interesante oferta cultural.
En 2020 cerraron las puertas a mitad de marzo. Por entonces, en entrevista con Semana, Fiorillo recordaba que eran “más que un restaurante” y necesitaban apoyo del Estado para continuar. Sus empleados y los músicos que se presentaban de miércoles a sábado habían quedado en ascuas por la crisis sanitaria. Sólo cuatro personas de la Fundación trabajaban, desde casa.
“Ya no somos cuatro sino tres personas fijas en la Fundación y colaboradores ocasionales en los proyectos”, cuenta la nueva directora. “Seguimos buscando respaldo institucional y privado para poder fortalecer nuestro capital de trabajo, hacer crecer el equipo, sacar adelante los proyectos actuales y poder ampliar el impacto de lo que hacemos”.
Con ese respaldo, en 2021 hicieron “seis viajes del programa ‘La Cueva por Colombia’”, y para la convocatoria del Premio Nacional de Cuento recibieron “1.056 historias de todo el país y de colombianos en el exterior. El ganador, que junto con los finalistas se llevará 25 millones, será anunciado el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes”, dice Carolina.
Heriberto Fiorillo, director consejero, Carolina Ethel, su nueva directora ejecutiva, y el chef Charlie Otero, las mentes creativas detrás del día a día de La Cueva.
Ojo al 2022
Además de los mencionados, otro hijo de la Fundación es el Carnaval Internacional de las Artes, probablemente el que mejor ha recuperado el concepto del tertuliadero con su lema “La reflexión como espectáculo”. El evento cumplirá 16 ediciones cuando se realice del 24 al 27 de marzo de 2022, en formato presencial y virtual. Sobre los invitados, Carolina prefiere no dar nombres todavía, pero anticipa que con Heriberto Fiorillo quieren “darle mucho espacio a los creadores locales y nacionales, porque sabemos que el parón de la pandemia los ha afectado sobre todo a ellos, a quienes nos debemos”.
El próximo año planean celebrar varios aniversarios: los 20 años de la Fundación La Cueva, los 50 de la muerte del escritor Álvaro Cepeda Samudio (uno de los visitantes más conocidos del bar y el responsable de que empezara a comerciarse allí más cerveza), las seis décadas del cuadro La Violencia de Alejandro Obregón (que llevó un elefante de circo cuya pisada decora la entrada del lugar) y el primer siglo del natalicio de la poeta Meira Delmar, no siempre vinculada al Grupo.
“Sabemos que estamos en deuda con las creadoras”, comenta a propósito Carolina Ethel, y recuerda que en los años cincuenta La Cueva era “un sitio de hombres, donde ocasionalmente pasaron algunas artistas como Cecilia Porras”. De hecho, un cartel difundido en los sesenta decía:
Señora:
Si no quiere perder su marido
No lo deje ir a
“La Cueva”.
Centro de Intelectuales y Cazadores.
Carolina recalca: “Aunque existen creadoras maravillosas alrededor del Grupo, esa historia no la hemos contado. Estamos trabajando en un proyecto para incluir el relato de las mujeres creadoras de la ciudad, la región y el país. Meira, Marvel Moreno, Fanny Buitrago… Les debemos ese homenaje. Ya estamos hablando con instituciones y empresas para que sea un proyecto común”.
Un grupo de comunicadores y periodistas que en días recientes fueron invitados a La Cueva para una degustación de su nueva carta.
Arroz chino con lisa, falafel de frijoles cabecita negra, mazorca desgranada en versión del chef y unas salchichas inspiradas en las butifarras son algunos platos de la nueva carta de La Cueva que evocan la cocina tradicional, las migraciones y la comida callejera de Barranquilla.
La Cueva decidió retornar con una fiesta de velitas que incluyó una presentación, ‘Los habitantes de La Cueva’, con los personajes de la narrativa de García Márquez y los protagonistas de los orígenes del restaurante-museo. Durante diciembre, de jueves a sábado, tendrán música en vivo con bandas locales del programa ‘Artes en Movimiento’ del Ministerio de Cultura. El Día de los Inocentes revelarán su agenda de inicios de 2022.
La nueva carta, obra del chef Charlie Otero y su equipo, está pensada en los sabores criollos pero también en su influencia con la cocina italiana, del Líbano y China. Arroz chino con lisa, falafel de frijoles cabecita negra, mazorca desgranada en versión del chef y unas salchichas inspiradas en las butifarras son algunos platos de la nueva carta, que evocan la cocina tradicional, las migraciones y la comida callejera de Barranquilla.
Se vuelve a respirar música, arte, teatro, literatura, gastronomía y sobre todo encuentro en La Cueva. Gracias al amor de sus amigos, los viejos y los nuevos, el lugar que se llamó El Vaivén en 1954, cuando lo descubrió Alfonso Fuenmayor, no lo ha arrastrado el viento de la desgracia que asoló a Macondo.
Kirvin Larios
Es autor del libro de relatos Por eso yo me quedo en mi casa (2018). Ha publicado textos en El Espectador, El Tiempo, El Malpensante, Arcadia, Bacánika y en la Revista de la Universidad de México. Poemas suyos están incluidos en las antologías Nuevo sentimentario (2019), Como la flor. Voces de la poesía cuir colombiana contemporánea (2021) y en la revista Círculo de Poesía. Estuvo a cargo de la página cultural del diario El Heraldo.