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En 2024 y para conmemorar la primera década de su fallecimiento, se publicará una nueva obra del Nobel colombiano.

En los medios se ha debatido la conveniencia o no de la edición póstuma, confirmada para 2024, de esta novela corta de García Márquez. Algunas reflexiones sobre su publicación.

Me cuento entre los lectores de Gabriel García Márquez (GGM) a quienes no ha sorprendido en absoluto la noticia de la publicación de su novela corta inédita En agosto nos vemos. 

Era cuestión de tiempo, y ahora comprobamos que no de mucho. Cuando, el 31 de mayo de 2014, 44 días después de la muerte del novelista, Jaime Abello, director de la Fundación Gabo, reveló en Barranquilla que Mercedes Barcha había decidido que la novela no se publicaría, dado que si su marido nunca había querido hacerlo, ello había que respetarlo, me pareció que ésa era una postura sensata y cortés para con el autor. Pero era inevitable preguntarse: ¿hasta cuándo se mantendría en vigor su decisión, habida cuenta de que, como dijo por aquellos días Cristóbal Pera, el editor de las últimas obras del Nobel colombiano, “las novelas de García Márquez se seguirán vendiendo como pan caliente” y que ésta era una poderosa razón para que sus editores se la jugaran a fondo y sin desmayar a fin de que tal decisión fuera revocada? No creía que Mercedes Barcha iba a ceder, pero me preguntaba qué pasaría cuando ella ya no estuviera. 

Mercedes murió el 15 de agosto de 2020 y, menos de tres años después, el viernes 28 de abril último, sus dos hijos, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, junto con la editorial multinacional Penguin Random House y el sello Diana, de México, anunciaron la publicación de En agosto nos vemos, que se hará en 2024, al parecer el día del décimo aniversario de la muerte de GGM. 

El anuncio le ha dado la vuelta al mundo en numerosas lenguas, lo que ya permite prever el impacto que tendrá la aparición del libro. Por supuesto, como suele suceder con la edición póstuma de manuscritos inéditos, los medios han dado cabida al debate sobre la conveniencia o licitud (no jurídica, lo cual no tiene discusión, sino moral o literaria) de dar a la imprenta En agosto nos vemos. Destaco en particular los informes especiales del diario El País, de España, y de la revista literaria digital Wmagazín, que dirige Winston Manrique Sabogal. Vale la pena pasar revista a algunas de las razones que, ya para defender su publicación, ya para cuestionarla, expusieron los expertos allí consultados.  

Los partidarios de la publicación alegan argumentos tales como: 1) la inédita nouvelle, aunque inacabada, resultará valiosa y gratificante porque es la obra de un gran artista; es decir, vale la pena leer todo lo que haya escrito un creador de la talla de Gabriel García Márquez; 2) si GGM no la destruyó es porque en el fondo quería que se publicara; 3) no se sabe si GGM descartó tajantemente la obra o si pensaba retomar el trabajo en otro momento; 4) el esfuerzo de un hombre que batalló con las últimas fuerzas creativas que le quedaban merece consideración; 5) la novela, la única suya donde el personaje protagonista es una mujer, representa un final mucho más digno para el conjunto de su obra; 6) puede ser fundamental para entender plenamente dicho conjunto. 

Examinemos estos argumentos. El primero plantea que, cuando se trata de un gran escritor, incluso sus borradores merecen ser publicados porque aun en ellos podrá apreciarse siquiera algo de sus excepcionales virtudes. No es cierto. En primer lugar, se trata de eso: de borradores. En segundo término, los escritores más geniales también pueden hallarse bajos de forma, como diría Hernando Valencia Goelkel, o dormitar, según la expresión de Horacio; valga el elocuente ejemplo de Neruda, un titán de la poesía que afeó su obra con un aluvión de malos poemas. Ahora bien, los dos capítulos-cuentos de la novela corta de GGM ya anticipados entre 1999 y 2003 no son de un nivel excepcional, pero sí son bastante buenos. Lo que, sin embargo, no garantiza la calidad del libro en su conjunto, ni resuelve el problema de su inconclusión.  

Los argumentos 2 y 3 –no haberla destruido o descartado– proponen que, de un modo u otro, la voluntad de GGM no fue explícitamente contraria a la publicación de la nouvelle. Todo indica, en efecto, que él nunca renunció al proyecto, nunca decidió que era inviable; pero también está claro que, mientras gozó de plena lucidez, no lo declaró concluido ni apto para la imprenta. Para él fue siempre un work in progress.

El argumento 4 –el esfuerzo creativo de GGM– es condescendiente y compasivo. Las condiciones físicas o mentales en que un autor compuso su obra no son atendibles a la hora de leerla y evaluarla.

Un libro debe primero cumplir la exigencia de ser bueno antes que el requisito de aportar una clave para desvelar el sentido de la totalidad de la obra de su autor.

Los argumentos 5 y 6 no consideran el valor intrínseco de la novela, sino su valor ancilar con respecto a su opera omnia. Al respecto diré que no creo que, andando el tiempo, en la obra de un clásico –al menos para el lector común, que es el primordial– importe el orden cronológico en que aparecieron los títulos que la conforman (y si se trata de clasificarla, hay otros criterios más interesantes). Diré también que un libro debe primero cumplir la exigencia de ser bueno antes que el requisito de aportar una clave para desvelar el sentido de la totalidad de la obra de su autor.  

Los que cuestionan la edición del manuscrito lo hacen de este modo: 1) resaltan su carácter inconcluso, inacabado, así como la insatisfacción de GGM en relación con el estado del texto; 2) señalan que, siendo así, la obra puede empañar el valor de su producción literaria entera; 3) alegan que la publicación puede obedecer sólo a intereses económicos.

El argumento 1 es veraz, como ya lo indico al comentar los argumentos 2 y 3 de los pro publicación. Sobre el argumento 2, opino que si la novela tiene una recepción negativa, ello perjudicará parcial y transitoriamente el prestigio del autor, pero no creo que afecte su lugar en la gloria literaria. Con respecto al argumento 3, me parece que sí: que, aunque no haya sido el principal, el factor pecuniario pesó en la decisión de sacar a luz el libro.

En todo caso, el hecho es que En agosto nos vemos se publicará y será la undécima novela de GGM, y su sexta del género nouvelle (aunque cabe también ubicarla en el género denominado ciclo de cuentos). Será asimismo la primera cuyo texto definitivo no será fruto de las decisiones finales, de los trazos últimos y ya resueltamente seguros de su escrupulosa pluma.

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Joaquín Mattos Omar

Santa Marta, Colombia, 1960. Escritor y periodista. En 2010 obtuvo el Premio Simón Bolívar en la categoría de “Mejor artículo cultural de prensa”. Ha publicado las colecciones de poemas Noticia de un hombre (1988), De esta vida nuestra (1998) y Los escombros de los sueños (2011). Su último libro se titula Las viejas heridas y otros poemas (2019).