alvaro-barrios

Foto: Mohamed Nohassi. Unsplash.

Mientras que ChatGPT y herramientas similares son extensas en cuanto a la manipulación y generación de información, no deben considerarse una extensión de nuestro razonamiento crítico.

Recientemente mi hijo me introdujo a la intrigante Conjetura de Collatz, un tema de discusión en su escuela. Esta conjetura, conocida por varios nombres, propone un procedimiento simple: tomar cualquier número entero positivo y, si es impar, multiplicarlo por tres y sumarle uno; si es par, dividirlo por dos. La conjetura es que, independientemente del número inicial, la secuencia siempre terminará en uno tras múltiples iteraciones.

Este enigma matemático, a primera vista, parece trivial, pero su simplicidad es engañosa. Intrigado, recurrí a ChatGPT 4.0 para profundizar en este misterio matemático. Aunque ChatGPT explicó eficientemente la conjetura y subrayó la necesidad de probarla para todos los números hasta el infinito, noté una falta de orientación sobre cómo abordar su prueba. Además, enfatizaba repetidamente la complejidad de la conjetura y la ausencia de una prueba, lo que me pareció desalentador.

Persistiendo en mi curiosidad, le solicité calcular la Conjetura para los primeros cien números enteros positivos. Este análisis reveló una fascinante peculiaridad en los números primos dentro de la secuencia. A pesar de esta observación interesante, ChatGPT continuó insistiendo en la dificultad de probar la Conjetura, incluso después de pedirle que se centrara únicamente en los cálculos y olvidara esas advertencias.

Al explorar los primeros cien números primos y sus trayectorias en la secuencia de Collatz, empecé a apreciar la belleza y complejidad de este problema matemático. La distinción entre números pares, impares no primos y primos era evidente, sugiriendo un nivel de complejidad más profundo en los números primos. Esta exploración, aunque estimulante, fue moderada por las constantes advertencias de ChatGPT sobre la dificultad de la Conjetura. El lector podrá apreciar en Internet la rareza de graficas resultantes de esta secuencia. 

Este episodio me llevó a una hora de diversión y estimulación mental, pero también a una reflexión crítica sobre las limitaciones de la Inteligencia Artificial Generativa. ChatGPT, una herramienta excepcional para extender las capacidades humanas en ciertos aspectos, tiene un límite grave en su tendencia a desalentar al usuario. Esta, derivada de su entrenamiento por parte de OpenAI, podría actuar como una barrera inadvertida para la curiosidad y la creatividad humanas, especialmente para los jóvenes usuarios que pueden llegar depender demasiado de estas herramientas.

ChatGPT, una herramienta excepcional para extender las capacidades humanas en ciertos aspectos, tiene un límite grave en su tendencia a desalentar al usuario.

La experiencia subraya la importancia de educar a las personas en el uso crítico de la Inteligencia Artificial, pero no tanto en los peligros que se advierten sobre el reemplazo de los empleos o el control que lleguen a tener de ciertas actividades humanas.  Mas bien sobre las limitaciones y sobre la necesidad que los usuarios se sienten en la silla de mando, no al contrario.  Mientras que ChatGPT y herramientas similares son extensas en cuanto a la manipulación y generación de información, no deben considerarse una extensión de nuestro razonamiento crítico. De hecho, una dependencia excesiva de estas herramientas podría limitar la creatividad y curiosidad, dos pilares fundamentales del avance intelectual y científico. Son una extensión de nuestras manos, pero no de nuestro cerebro.

Querido lector: nuestros contenidos son gratuitos, libres de publicidad y cookies. ¿Te gusta lo que lees? Apoya a Contexto y compártelos en redes sociales.

Tito Yepes

Economista.

 

 

Depo 25 Bonus 25

Depo 25 Bonus 25