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Simón Bolívar en su lecho de muerte en la Hacienda de San Pedro Alejandrino en Santa Marta.

A pocos días de su muerte Simón Bolívar ordena que quemen sus archivos, pero una acción de “heroica desobediencia” en el Mar Caribe evita tan lamentable pérdida.

Cuando Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco llegó al final de su servicio a la patria, estaba decepcionado, triste y agotado por una terrible enfermedad, más del espíritu que del cuerpo: «He arado en el mar», se quejó amargamente, refiriéndose a sus años de lucha, a sus esfuerzos por crear una gran nación libre y soberana.

Bolívar quería apartarse de tanta ingratitud, dejar atrás las manipulaciones de los poderosos terratenientes, apartarse de la burguesía hambrienta de poder y sobre todo marcar una prudente distancia de aquellos antiguos héroes que ahora se apoderaban de las conquistas del pueblo, burlándose de aquellas ilusiones amasadas en 11 largos años de guerra sin cuartel. Bolívar quería irse y cabalgó hacia la muerte que le esperaba en Santa Marta… Como era costumbre en aquellos tiempos, por una parte avanzó la pequeña comitiva de viajeros, y por otra el arreo de mulas con el equipaje. Y Bolívar, víctima de aquel lamentable estado de ánimo, tomó decisiones desacertadas y le giró instrucciones a su Edecán, el General Daniel Florencio O´ Leary. Le ordenaba, entre otras cosas, entregarle 10 baúles llenos de archivos personales de Bolívar al señor Juan Bautista Pavageau, lo cual se hizo el 28 de septiembre de 1830. Ahora bien, lo extraordinario de esta historia, fue que en su testamento, Bolívar ordenó que fuesen quemados sus archivos, siendo desobedecido y rescatados estos papeles para los archivos de la nación por Daniel Florencio O´Leary y Juan de Francisco Martín.



Juan Bautista Pavageau nació en Santo Domingo en 1788. Era hijo de padres muy ricos, lo cual le facilitó una excelente educación, viajes y la posibilidad de alternar con sus iguales de este continente y Europa. Incluso, llegó a conocer a la Emperatriz Josefina, esposa de Napoleón Bonaparte. Siguiendo la tradición familiar, Juan Bautista logró hacer una muy grande fortuna personal, pero todo se vino abajo con la caída de Napoleón y la situación en Jamaica se hizo insoportable. Fue entonces cuando Juan Bautista Pavageau y Simón Bolívar se conocieron. La amistad fue profunda entre aquellos hombres y Pavageau, sin ser político, se interesó en las luchas bolivarianas y logró recursos para que Bolívar armase una expedición. Al poco tiempo, Bolívar le retribuyó el favor, ayudándolo a establecerse en Colombia… De nuevo le sonrió la fortuna a Juan Bautista Pavageau, quien se asoció con Juan de Francisco Martín…. Sólo volvieron a verse cuando Bolívar avanzaba hacia la muerte y Pavageau puso a disposición del Libertador toda su fortuna, lo que fuese necesario para costear su viaje a Europa. 



Una vez muerto El Libertador, Pavageau continuó en Cartagena prestando excelentes servicios al Consulado de Francia. Ante la disyuntiva de quemar los archivos de Bolívar, en momentos en que el pueblo confundido y manipulado, renegaba del héroe, Pavageau, decidió entregar el archivo a O’Leary, quien marchó al exilio, escribió sus memorias, salvando para la posteridad importantes documentos que nos hablan de una época y de las manipulaciones del poder… Recordamos que los archivos personales de Bolívar debían ser entregados al señor Juan Bautista Pavageau.

En su testamento, Bolívar ordenó que fuesen quemados sus archivos, siendo desobedecido y rescatados estos papeles para los archivos de la nación por Daniel Florencio O’Leary y Juan de Francisco Martín.

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Bolívar dicta su testamento el 10 de diciembre de 1830, pero muere el día 17.

Tal como dejamos dicho en líneas anteriores, los papeles de Bolívar, embalados por Manuela Saenz en 10 baúles, debían seguir una ruta con destino de París llevados por el comerciante Juan Bautista Pavageau, de conformidad con la disposición del Libertador dada a éste señor el 28 de septiembre de 1830. Pero enfrentándose al inevitable hecho de la muerte, Bolívar dicta su testamento el 10 de diciembre del mismo año, para finalmente morir el día 17.

Como señalamos en la entrada titulada “El Archivo en el testamento de Bolívar” este dispuso entre sus últimas voluntades:

“Novena_ Ordeno: que los papeles que se hallan en poder del Sr Pavageau se quemen.”

Sus albaceas comenzaron a dar cumplimiento a las disposiciones testamentarias el 22 de diciembre, con la realización del inventario de los bienes del célebre difunto. Pero la cláusula novena no podría cumplirse de inmediato, porque el señor Pavageau ya había salido de Cartagena llevando consigo los 10 baúles con destino de Jamaica desde el 15 diciembre de 1830, tan solo cinco días después de la entrega del Testamento, y dos días antes de la muerte de Bolívar. Lo anterior se puede corroborar con lo dicho por uno de los compañeros de viaje del señor Pavageau, el general Tomas Cipriano de Mosquera, en su obra “Memoria sobre la Vida del General Simón Bolívar, Libertador de Colombia y del Perú”, cuando dice:

“El 15 de diciembre partimos de Cartagena mi hermano el Presidente, el señor Pavageau y yo, para los Estados Unidos, con la triste convicción de no volver a ver al Libertador; el señor Pavageau conducía consigo varios baúles que contenían la secretaría privada del Libertador de Colombia.” 1

Más aun, el mismo general Mosquera informa el nombre del barco, el puerto del que zarparon y la fecha exacta de la salida:

“El “Medina” salió de Bocachica el 16 de diciembre…” 2

Apenas seis días después de haber sido otorgado el Testamento, y tan solo uno antes de la muerte del libertador, los diez baúles y su depositario ya habían iniciado el viaje marítimo que sería la causa fundamental de la salvación providencial de tan valioso repositorio.

El historiador colombiano Carlos González Rubio detalla las circunstancias que hipotética, pero lógicamente, debieron privar en los viajes de los mensajeros en esa época y las noticias que tendrían los tres viajeros (Pavageau y los dos hermanos Mosquera) sobre Bolívar y su Testamento al momento de zarpar el barco. Es a este acucioso investigador que se debe el esclarecimiento de las condiciones que se suscitaron para que los papeles de Bolívar se salvaran de la quema, pues por mucho tiempo se creyó que los referidos baúles fueron sacados de Cartagena en mayo de 1831, cuando el señor Juan de Francisco Martín y el general Daniel Florencio O´Leary partieron de esa ciudad bajo pena de destierro.

Pero si a la providencia debemos que la carga de diez baúles saliera de Cartagena incólume, otro tanto hay que agradecer al pecado de la desobediencia, pero en este caso “practicado” en las Antillas.

Referencias

1 González Rubio, Carlos: LOS BAÚLES CONFIADOS A PAVEGEU. Revista de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, 19 de abril de 1958, Volumen XVII, Numero 54, pág. 32 a 35.

2 Carta de Tomas Cipriano de Mosquera al diario “The Mercantile”, en González Rubio, art. cit.pág. 38.

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