Generación de empleo formal en Barranquilla, la hoja de ruta para superar la crisis socioeconómica derivada de la pandemia.
40.5 % de los barranquilleros dijeron considerarse pobres durante el confinamiento, según la encuesta virtual de los programa Cómo vamos en el país. El dato es un reflejo de la grave situación derivada de la crisis social y económica generada por la pandemia. Generación de empleo y atención a población vulnerable, la solución.
AUTOPERCEPCIÓN DE POBREZA
De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana —EPC 2019 del Programa Barranquilla Cómo Vamos, 20 % de los barranquilleros encuestados afirmaron considerarse pobres. Al comparar el resultado con el del año 2018, se observa un aumento de 5 puntos porcentuales. A nivel nacional, ciudades capitales como Bogotá (14 %), Medellín (18 %), Cali (16 %) y Bucaramanga (9 %) registraron porcentajes de pobreza subjetiva inferiores. En la región, las otras dos ciudades capitales donde se aplicó la EPC 2019 fueron Cartagena y Montería, las cuales registraron autopercepción de pobreza del 27 % y 23 %, respectivamente. Teniendo en cuenta estas cifras, puede afirmarse que, aunque la ciudad presentó un panorama menos alarmante que el de las otras ciudades de la región, el porcentaje de personas que se consideran pobres en Barranquilla se ubica por encima del de ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga.
Por otra parte, la reciente encuesta virtual realizada por los programas Cómo Vamos en el marco de la cuarentena, evidenció que el 40.5 % de los barranquilleros encuestados se consideran pobres. Por su parte, Bogotá (28.6 %), Medellín (32.4 %), Cali (30.2 %) y Bucaramanga (34.9 %) presentaron menor pobreza subjetiva en esta medición. Por el contrario, en Santa Marta la cifra alcanza el 40 %, en Cartagena el 43.9 % y en Montería el 46.1 %. Vale la pena mencionar que, esta medición de pobreza subjetiva se realizó en un contexto altamente convulsionado por la crisis socioeconómica generada a raíz de la pandemia por COVID-19. Además, los resultados de la encuesta virtual no son comparables metodológicamente con los de la EPC.
POBREZA MONETARIA Y MULTIDIMENSIONAL
Según el Dane, el indicador de pobreza monetaria se construye a partir de la medición del ingreso per cápita corriente de la unidad de gasto, es decir, el ingreso corriente de un hogar dividido por el total de integrantes del mismo; y se compara con el costo monetario de adquirir una canasta de bienes alimentarios y no alimentarios mínimos para la subsistencia. En otras palabras, la incidencia de pobreza monetaria mide el porcentaje de la población que tiene un ingreso per cápita del hogar por debajo de la línea de pobreza según el dominio geográfico.
Recientemente, el Dane publicó los resultados en materia de pobreza monetaria. Este año la medición presentó una actualización metodológica asociada a la actualización de las líneas de pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema, a partir de la información de la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares (ENPH) 2016 – 2017. Barranquilla AM (Área metropolitana) registró incidencia de pobreza monetaria del 25.6 % en 2019, lo cual indica un aumento de 0.7 % comparado con el año 2018. No obstante, comparada con las demás ciudades capitales de la región, la capital del Atlántico presentó menor incidencia de pobreza monetaria, considerando los altos niveles registrados por Riohacha (49.3 %), Santa Marta (44 %), Valledupar (40.8 %), Sincelejo (36.5 %), Montería (35.7 %) y Cartagena (34.3 %). En el ámbito nacional, Barranquilla registró una menor incidencia que Bogotá (27.2 %) y Bucaramanga AM (31.4 %), pero se ubicó por encima de Cali AM (21.9 %) y Medellín AM (24.4 %).
Ahora bien, aunque dentro del grupo de ciudades capitales de la región, Barranquilla fue la menos golpeada por la pobreza monetaria, el mismo informe del DANE señala que, el 37.3 % de los barranquilleros se encuentran en situación de vulnerabilidad, es decir, más de la tercera parte de la población de la ciudad ha superado la situación de pobreza, pero no ha ingresado a la clase media consolidada. Este aspecto representa un desafío para la ciudad considerando el alto riesgo que poseen estas personas de caer nuevamente en situación de pobreza.
A diferencia de la medición anterior, la pobreza multidimensional comprende este fenómeno a través de cinco dimensiones: condiciones educativas del hogar, condiciones de la niñez y la juventud, trabajo, salud, condiciones de viviendas y acceso a servicios públicos. Estas 5 dimensiones involucran 15 indicadores, y son considerados pobres los hogares que tengan privación en por lo menos el 33 % de estos.
En concordancia con lo anterior, a partir de la información del Censo Nacional de Población y Vivienda (CNPV) 2018, el Dane calculó la Medida de pobreza multidimensional municipal de fuente censal. Según esta medición, en Barranquilla el 17.4 % de los hogares se encontraba en situación de pobreza multidimensional. Las demás ciudades capitales de la región registraron mayores porcentajes de hogares en situación de pobreza: Cartagena (19.9 %), Santa Marta (24.4 %), Montería (27.1 %), Sincelejo (30.4 %), Valledupar (30.5 %) y Riohacha (45.1 %). No obstante, ciudades como Bogotá (9 %), Medellín (12.8 %), Cali (11.9 %) y Bucaramanga (14.2 %) presentaron menores porcentajes de pobreza multidimensional.
A pesar del leve incremento en la incidencia de pobreza monetaria 2019, comparado con el panorama de las demás ciudades capitales de la región, el balance de la Barranquilla en esta materia es favorable.
Aunque dentro del grupo de ciudades capitales de la región, Barranquilla fue la menos golpeada por la pobreza monetaria, el mismo informe del Dane señala que, el 37,3% de los barranquilleros se encuentran en situación de vulnerabilidad, es decir, más de la tercera parte de la población de la ciudad ha superado la situación de pobreza, pero no ha ingresado a la clase media consolidada.
¿QUÉ ES LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y CÓMO SE MATERIALIZA?
Siguiendo a Robert Dahl, participar es “tener voz en un sistema de debate público”*. En otras palabras, para este teórico de la ciencia política, la participación no se limita al ámbito electoral, sino que, implica oportunidades de participación en otras dimensiones de la vida pública. En ese sentido, la participación ciudadana es entendida como el empleo por parte de la ciudadanía de mecanismos, tanto formales como informales, para incidir sobre la toma de decisiones que afectan su bienestar y la vida en sociedad (Red de Ciudades Cómo Vamos, 2015)**.
Los programas Cómo Vamos hemos venido desde hace años consultando a la ciudadanía sobre su participación en organizaciones o grupos sociales, ofreciendo un panorama general sobre la capacidad de participación potencial por medio de este tipo de canales. En 2019, el porcentaje de barranquilleros que manifestaron haber participado en organizaciones, espacios o redes fue 18 %, mientras que 82 % afirmó no haberlo hecho. En Cartagena, el porcentaje de personas que afirmó haber participado alcanzó el 30 % y en Montería se ubicó en 18 %. A diferencia de estas ciudades, en Bogotá, Medellín y Cali el porcentaje de participación en organizaciones, espacios o redes se ubicó en 48 %, 40 % y 32 %, respectivamente. Estos datos evidencian el enorme reto que representa la participación ciudadana dentro de los procesos sociales y políticos de la ciudad.
RETOS Y OPORTUNIDADES EN TIEMPOS DE PANDEMIA
A pesar del leve incremento en la incidencia de pobreza monetaria 2019, comparado con el panorama de las demás ciudades capitales de la región, el balance de la ciudad en esta materia es favorable. Sin embargo, el alto porcentaje de personas en situación de vulnerabilidad (37.3 %) y el aumento del porcentaje de barranquilleros que se perciben como pobres (20 %) debe alarmar a las autoridades y la ciudadanía, teniendo en cuenta el deterioro económico y social generado por la pandemia.
La administración distrital debe concentrar esfuerzos en la generación de oportunidades de empleo formal y la atención prioritaria para la población pobre y vulnerable, con el propósito de reducir el impacto social de la crisis. Por otra parte, la ciudadanía no puede convertirse en un simple espectador. Por el contrario, el escenario actual representa una oportunidad para avanzar en el fortalecimiento de la participación ciudadana mediante espacios formales e informales, capaces de contribuir a la materialización de iniciativas públicas y privadas y realizar seguimiento a las acciones de las autoridades.
Los resultados de la EPC 2019 muestran que, de los barranquilleros que manifestaron haber participado en espacios sociales o redes, el 34 % lo hace a través de las juntas de acción comunal o los grupos de vecinos, evidenciando el gran potencial que poseen estas organizaciones para el fortalecimiento de la democracia y la gobernanza local.
*Dahl, Robert. (1993 [1971]). La poliarquía. Participación y oposición. México: Red Editorial Iberoamericana.
**Red de Ciudades Cómo Vamos. (2015). Informe de Calidad de Vida Comparado en 14 Ciudades de Colombia 2011-2013. Boletín N°6. Bogotá, Colombia.
Katherine Diartt
Politóloga de la Universidad del Norte y Magíster en Gerencia pública y gobernanza del London School of Economics. Es directora del programa Barranquilla Cómo Vamos.