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Las quemas en el Parque Isla Salamanca agravan el problema de la contaminación del aire en Barranquilla y amenazan un área protegida rica en flora y fauna.

No pinta bien el panorama de la calidad del aire en la capital del Atlántico. Quema de combustibles fósiles, de bosques, y contaminación por vehículos de transporte, las causas.

La contaminación del aire es uno de los mayores problemas que enfrenta la humanidad y Barranquilla no escapa a esta realidad. A pesar de tratarse de un tema al cual no se le ha dado la trascendencia requerida, dadas las consecuencias graves y devastadoras para la salud, el deterioro en la calidad del aire tiene consecuencias peligrosamente silenciosas que pueden hacerse persistentes y agravarse con el tiempo, llegando a presentarse en las personas cuadros agudos con distintos grados de severidad que pueden llevar incluso a desenlaces fatales.

En la atmósfera de la ciudad hay partículas tóxicas presentes y documentadas en tamaños menores a 10 micras, o material particulado 10 (PM 10); de 2.5 micras de diámetro, o material particulado 2.5 (PM 2.5), que pueden ingresar a las áreas más pequeñas de nuestras vías respiratorias y llegar al torrente sanguíneo, produciendo problemas también a distancia en el organismo. Las PM 2.5 son las partículas más peligrosas y tienen efectos que pueden causar muerte por envenenamiento aún a muy bajas concentraciones. Estas partículas pueden causar, prolongar o hacer más severas las enfermedades alérgicas respiratorias como el asma o la rinoconjuntivitis alérgica; la enfermedad pulmonar obstructiva crónica –EPOC–, la bronquitis crónica, el cancer, así como problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares, además de facilitar la presencia de infecciones respiratorias. Personas de todas las edades pueden verse afectadas y las edades más extremas en el ciclo de vida –recién nacidos y ancianos– tienen un riesgo aún mayor.

La contaminación aérea y el cambio climático provocado por el calentamiento global están interrelacionados. Sus principales causas son antropogénicas: quema de combustibles fósiles, quema de bosques y contaminación movil (transporte), todas las cuales están presentes en Barranquilla, dejando de ser desde hace décadas un tema único de los países industrializados. La Organización Mundial de la Salud estima que el 91 % de la población mundial respira un aire contaminado. Nos vemos afectados día y noche con cada respiración: las vías respiratorias se inundan de contaminantes inorgánicos y biológicos con consecuencias como las arriba mencionadas.

A nivel nacional la zonas más afectadas por niveles de contaminación atmosférica son el Area Metropolitana del Valle de Aburrá, las localidades de Puente Aranda, Carvajal y Kennedy, en Bogotá, la zona industrial ACOPI en el municipio de Yumbo (Valle del Cauca) y Ráquira (Boyacá). Este último municipio debido a los alrededor de 300 hornos existentes para la elaboración de artesanías.

En Barranquilla contamos con monitoreos de material particulado y de contaminantes biológicos. Los primeros, por parte del Establecimiento Público Ambiental (EPA) Barranquilla Verde, y los segundos coordinados por el autor de este artículo.

Dada la alta humedad que existe en nuestra ciudad es común la presencia de uno de los contaminantes biológicos más importantes en el aire de espacios interiores: las esporas de hongos. En varios estudios se han documentado la presencia de altas concentraciones de hongos en la atmósfera de nuestra ciudad a lo largo de todo el año, así como se ha encontrado una alta concentración de esporas de hongos de distintas especies en el 39 % de las casas estudiadas, principalmente de pacientes asmáticos. Otro contaminante biológico presente todo el año en la atmósfera de la ciudad son los pólenes provenientes de pastos, árboles y malezas. Estas biopartículas producen afecciones en quienes son alérgicos a los mismos.

Para realizar una gestión eficiente de la calidad del aire y tomar decisiones asertivas que coadyuven a la reducción de la contaminación atmosférica es de vital importancia conocer el comportamiento de los contaminantes mediante el monitoreo, con lo cual se cuenta en Barranquilla desde el año 2018: el Sistema de Vigilancia de Calidad de Aire de Barranquilla Verde, conformado actualmente por tres estaciones de monitoreo de contaminantes criterio tales como el material particulado PM10 y PM2.5, Monóxido de Carbono (CO), Ozono (O3), Dióxido de azufre (SO2), junto a variables meteorológicas. Gracias a ello se cuenta con información en tiempo real sobre el estado de la calidad del aire en el distrito de Barranquilla.

Dentro de los contaminantes medidos, el material particulado PM10 y PM2.5 representan la principal problemática, puesto que tenemos concentraciones más altas en comparación con los niveles permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Localizada en el sur de la ciudad, frente a una de las vías de mayor tráfico de la ciudad, la Vía Circunvalar, se encuentra la estación de monitoreo de la Escuela de Policía, donde se demuestran concentraciones elevadas de PM10 con un promedio de 51µg/m3 en 2018, y 49 y 50 µg/m3 en 2019 y 2020, respectivamente. Se estima que el alto tráfico y el efecto del viento proveniente de la zona industrial portuaria de la ciudad son la causa de estas altas concentraciones.

 

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La Organización Mundial de la Salud estima que el 91 % de la población mundial respira un aire contaminado. Foto: DDP. Unsplash.

En 2020, año de la pandemia, cuando hubo mundialmente una gran disminución de la actividad urbana, no se encontró la esperada disminución de contaminantes en Barranquilla. Esto debido al impacto de los incendios provenientes del departamento del Magdalena en la Isla de Salamanca.

Las otras dos estaciones se encuentran al norte de la ciudad. Una está localizada en el área residencial de Las Tres Ave Marías, cercana a la Vía 40 y a la Isla de Salamanca, en la que se han presentado concentraciones de PM10 entre 36-38 µg/m3. La otra es la estación móvil, que ha registrado concentraciones entre 40-46 µg/m3.

En cuanto a PM2.5 se observaron concentraciones en la escuela de policía entre 16-18 µg/m3, 12-18 µg/m3 en las Tres Ave Marías y 14-17 µg/m3 en la estación móvil. Los valores permitidos por la OMS de exposición crónica a PM 2.5 son de 10 µg/m3 como media anual.

En 2020, año de la pandemia, cuando hubo mundialmente una gran disminución de la actividad urbana, no se encontró, sin embargo, la esperada disminución de contaminantes en Barranquilla. Esto debido al impacto de los incendios provenientes del departamento del Magdalena en la Isla de Salamanca y las islas de su jurisdicción, la Isla 1972 y la Isla 1954, en las cuales se presentan quemas constantes para el desarrollo de las diferentes actividades agrícolas en el territorio, impactando la calidad del aire en Barranquilla, donde se registraron valores máximos sobre los 100 µg/m3 durante el incendio forestal de la Isla de Salamanca en junio. Casi simultáneamente se presentó la intrusión de partículas provenientes del desierto del Sahara a través de ondas tropicales, lo que llevó a la autoridad ambiental EPA Barranquilla Verde a realizar una declaratoria por contaminación atmosférica en la ciudad, ya que en ese momento los niveles de PM2.5 se incrementaron hasta en 98 µg/m3.

Además de los factores endógenos comunes a las grandes urbes, en Barranquilla hay que hacer un especial énfasis en factores exógenos que afectan la calidad del aire como las quemas en la Isla de Salamanca, que se presentan desde hace muchos años y que han continuado, afectando así la salud de la población. Este parque es sitio Ramsar de importancia mundial, además de ser declarado por la UNESCO Reserva Mundial del Hombre y la Biosfera. Esta hermosa reserva ha sido por muchos años una de las zonas de cobertura vegetal más afectada por los incendios forestales. Es un área rica en fauna y flora, especialmente manglares, cuyas quemas producen una contaminación que, debido al sentido de las brisas, afecta a los residentes de Barranquilla. En el año 2020 rendimos un informe ante la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado de la República en el debate político que se le realizó al entonces Ministro del Medio Ambiente y al Director de Parques Nacionales. Cada vez que se presentan estas quemas impactan la calidad del aire en diferentes grados, alterando siempre el nivel de los contaminantes atmosféricos. Este panorama invita a que sigamos debatiendo con base en las sucesivas evidencias, y a tomar, conjuntamente con la necesaria acción del Gobierno Nacional, las mejores medidas para la prevención de la repetición y persistencia de estos factores.

Alfonso Mario Cepeda Sarabia

Médico Alergólogo. Investigador Senior Colciencias. Comité Científico de Aerobiología y Contaminación de la Sociedad Latinoamericana de Alergia, Asma e Inmunología. Monitoreo aerobiológico de la atmósfera de Barranquilla.