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Gustavo Petro y el designado ministro de educación, Alejandro Gaviria. Foto: El Espectador.

Se percibe un voto de confianza para el nuevo gobierno. Las expectativas y las esperanzas de cambio que despertó Petro son muy altas, pero deberá enfrentar una compleja situación económica

La primera Invamer Poll después de la elección de Gustavo Petro, registra una disparada de su imagen –64%, la más alta de su ya larga trayectoria política–, que guarda relación con lo que ha sucedido después de cada elección presidencial, en especial la de Pastrana después de Samper y el proceso 8.000, y la de Uribe tras el fracaso de los diálogos del Caguán del gobierno Pastrana. También se registra un leve repunte del ánimo (el pesimismo se redujo 25 puntos), aunque persiste la sensación mayoritaria de que las cosas van por mal camino.

Justo es reconocer que la forma como Petro ha manejado el triunfo, fue factor clave para aliviar la presión y desinflar la idea de la hecatombe que predicaban los arúspices. Su propuesta del “Acuerdo Nacional” y los encuentros con los líderes de los partidos que lo vendieron como el “coco”, que lo denostaron durante la campaña, han sido en general bien recibidos, pero aún así para muchos es difícil tragar el sapo de que Petro haya puesto a Roy Barreras, un viejo zorro de la política, a armar la coalición de gobierno. Por otra parte, ¿Petro y Uribe sonrientes frente a frente? ¿Quién lo podía imaginar? Pero en la reunión a solas ¿qué habrán cuadrado? ¿Solo hacerse pacito, o algo más? Y en el encuentro en Florencia con el expresidente Gaviria, que en una más de sus volteretas ahora está con el recién elegido, qué habrán acordado? No hay almuerzo gratis. Muchos interrogantes quedan abiertos, pues de eso tan bueno no dan tanto. Y no es para aguar la fiesta.

Petro tendrá que conciliar, modular y priorizar sus propuestas de reforma. Fijar una hoja de ruta y establecer cuáles, cómo, en qué tiempo y con qué plata se van a financiar.

Si bien se percibe un voto de confianza para el nuevo gobierno, las expectativas y las esperanzas de cambio que despertó Petro son muy altas y con la compleja situación económica que va a enfrentar no le va a quedar fácil cumplir con todo lo que ofreció. Tendrá que conciliar, modular y priorizar sus propuestas de reforma. Fijar una hoja de ruta y establecer cuáles, cómo, en qué tiempo y con qué plata se van a financiar. Estamos apenas en el aperitivo y no sabemos en realidad cómo va a ser el nuevo gobierno. Por lo pronto, me desconcierta o me confunde, por decir lo menos, la algarabía de los últimos días. Y con algarabía me refiero a la proliferación de declaraciones y entrevistas de las y los ministros recién nombrados con numerosas propuestas, incluidos nuevos impuestos, que han generado mucho ruido.

No sabe uno si, con conocimiento del presidente electo y del ministro de Hacienda, el de la plata, el míster No, están disparando ideas-sonda para medir el pulso de la opinión, o si están actuando más bien como ruedas sueltas, mientras Petro se toma un merecido descanso, aunque sin perder contacto con representantes de los partidos para acabar de cuadrar la coalición de gobierno y con trinos esporádicos por twitter, como en el caso de la junta de Ecopetrol. El barullo de voces de los últimos días me recuerda el cuento del pacato y desprevenido invitado a una orgía. En la penumbra y en medio de toqueteos que no esperaba y percibiendo situaciones con las que no contaba, prende la luz y grita: “¡Organicémonos!”. Me parece que es lo que está haciendo falta. Y cuidar las comunicaciones, como diría el presidente eterno del saliente presidente Duque. Ojalá el nuevo mandatario no gobierne por twitter, y ojalá sus ministros y ministras no cedan a la libido del micrófono.

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Maria Elvira Samper

Periodista, columnista, redactora y directora de medios colombiana. Inició su carrera como periodista en 1978, destacándose posteriormente como directora de la Revista Semana y del noticiero televisivo QAP Noticias. También se desempeñó como directora y columnista en medios escritos como El Espectador y la Revista Cambio.