La planta del cannabis fue una de las primeras en ser domesticada a través del cultivo humano. Por milenios el ser humano ha cultivado la planta para potenciar sus propiedades terapéuticas, espirituales y lúdicas; pero también su uso como fibra. Foto: Esteban López. Unsplash.
La marihuana ha acompañado al ser humano por cinco milenios, pero nuevos avances científicos y el descubrimiento de sus ventajas medicinales han creado una nueva cultura en torno a la polémica planta.
1. Marihuana milenaria
La marihuana tiene más de 5.000 años de andar rodando por el mundo y cuando se pregunta por su origen todas las flechas apuntan a Asia Central. Desde mucho antes de la aparición del Código de Hammurabi o de que se concibiera la Epopeya de Gilgamesh, ya la humanidad conocía de sus propiedades analgésicas, antihistamínicas, gastronómicas, y hasta había sido incorporada a rituales mágico-religiosos. Inventariada en los herbolarios del chamán y procesada en las rudimentarias retortas de los sabios alquimistas, a lo largo de la humanidad ha existido una constante comunión con la planta.
El Pen-ts’ao ching, la farmacopea más antigua de la historia, dejó constancia de que el cannabis era usado en la China de 2700 a. C. para tratar el dolor reumático, el estreñimiento, los desórdenes reproductivos femeninos (como la endometriosis) y la malaria.
2. La ciencia del cannabis
The Scientist es un documental de origen Israelí que narra cómo a principios de 1960 se realizó la primera observación de rigor científico al ensayar el consumo del THC –tetrahidrocannabidol, la sustancia psicoactiva que se encuentra en la planta de cannabis–, en sujetos humanos. Cada uno de los participantes comió de una tarta que contenía 10 mg. del ingrediente activo. El efecto fue distinto de persona a persona. Alguien expresó que se sentía en otro mundo y solo deseaba relajarse sobre un sofá y disfrutar la experiencia. Otro individuo explicaba no sentir nada, pero extrañamente no podía parar de hablar y cada 10 o 15 segundos soltaba una carcajada. No obstante, todos estaban tranquilos, más abiertos y atentos a las conversaciones y a la integración social.
En poco tiempo cualquier efecto o sensación cesó. La sustancia en prueba había demostrado no ser nociva en ningún sentido. Sin embargo, al igual que el alcohol y otras sustancias psicoactivas, el THC –en menor grado– tiene la capacidad de alterar la conciencia.
El Phd en química medicinal Raphael Mechoulam, padre de la investigación moderna del cannabis medicinal, sería el encargado por primera vez en la historia de aislar y caracterizar en los laboratorios del Weizmann Institute of Science, en Israel, la estructura y síntesis total de la molécula Delta-9 tetrahidrocannabinol (THC), el principal y único ingrediente activo de los tantos tipos de cannabinoides que contiene la cannabis sativa. Igual que la cafeína es el componente activo del café; la del té, la teofilina y el de la hoja de coca, la cocaína, el THC es el principal compuesto activo de la planta y responsable de todos los efectos que conocemos: la risa, la desorientación, la lentitud, el hambre, en resumen, “la traba”.
Pero más allá de sus fines recreativos, los más de 113 compuestos que se estudian con fines curativos han abierto la puerta para miles de estudios en los que se ha probado la estabilización de pacientes con cáncer, y no solo como paliativo del dolor, sino como método de sanación integral. Si alguna vez la humanidad creyó en el poder medicinal de la moringa o el de la sábila, detrás de la marihuana existe un inmenso potencial que podría permitir hallar salidas terapéuticas a muchos problemas de salud conocidos.
El médico israelí Raphael Mechoulam, “padre” del cannabis, aisló y caracterizó los compuestos de la planta y a sus 91 años es uno de los defensores de sus usos terapéuticos.
Más allá de sus fines recreativos, los más de 113 compuestos del cannabis que se estudian con fines curativos han abierto la puerta para miles de estudios en los que se ha probado la estabilización de pacientes con cáncer, y no solo como paliativo del dolor, sino como método de sanación integral.
3. “Los seres humanos somos ‘marihuaneros’ por naturaleza”
Esta fue la conclusión a la que llegó el médico endocrinólogo barranquillero Joaquin Armenta, a quien el diario El Tiempo le ha publicado varios textos que explican la relación cannabis-cerebro y cómo cada sustancia o compuesto que consumimos con fines curativos o recreativos, ya se encuentra –por decirlo de algún modo– “reseñado” en nuestros sistemas endógenos.
“Eso indica la endocrinología y neurofisiología”, afirma Armenta, quien también explicó que nuestro cuerpo genera sus propios cannabinoides y que al igual que la dopamina o el cortisol, estos se generan al interior de nuestro organismo. La producción endocannabinoide se conoce como anandamida y su nombre proviene del sánscrito antiguo ananda que significa felicidad.
Las disertaciones en torno al cannabis medicinal fueron organizadas el pasado 20 de abril por Tiremos Línea, un espacio de tertulias académicas y culturales del centro cultural Casa Amarilla, en Barrio Abajo, en donde más 300 usuarios del cannabis se reunieron para asistir a las conferencias que trataban de los usos recreativos y medicinales de la planta con motivo del día internacional del cannabis, el famoso 4:20. Aunque para algunos pueda tratarse de una minoría irrelevante, en el encuentro se trataron temas como el marco jurídico que encierra el porte y uso del cannabis en Colombia; cannabis, psiquiatría, trastornos y tratamientos, y sobre la industria y los negocios del cannabis medicinal.
Carlos Vives Jr., hijo del reconocido músico samario, supervisa una plantación en Bonda, a las afueras de Santa Marta. Vives es director de genéticas de Avicanna, una de las empresas de cannabis medicinal más importantes de la región.
4. Vieja planta, nuevas cosechas
Cada vez más se realizan distintos eventos enfocados al tema del cannabis en Barranquilla y otras ciudades de Colombia que sirven para alimentar el debate sobre esta planta.
El pasado 18 de abril tuvo lugar en el norte de la ciudad un taller de autocultivo de cannabis que contó con la ayuda, en su coordinación, de Fernando Henao, un abogado caleño que fue editor por dos años de la revista de contenido exclusivo sobre cannabis más importante de Hispanoamérica, Revista Cáñamo, de España.
La entrada más barata para acceder al taller costaba $85K e incluía un pack de 3 semillas del banco Black Tuna Seeds, un emprendimiento cannábico liderado por Carlos Vives Jr., director de genética de Avicanna, una de las empresas de cannabis medicinal más importantes de la región.
A sus 28 años, Carlos Vives Jr, a diferencia de su padre, no es músico; estudió administración y negocios. Le dicen Charly y es conocido como genetista de cannabis. Se expresa con fluidez sobre genotipos, fenotipos, fitomejoramiento, y marcadores de ADN. Habló largo rato de botánica y biotecnología cannábica. Para eso lo invitaron al taller, a ofrecer una masterclass. Es un tipo de complexión rolliza que fuma de su propia cosecha y que si se quitara la larga barba seguro dejaría expuesto el rostro de un adolescente. Es lo que en el medio se conoce como un Master Grower. Pero no es el único.
Allí conocí a Ricardo Arévalo, otro Master Grower con el que fue más difícil de hablar que con el hijo de Carlos Vives, ya que, entre los apasionados por el autocultivo, Arévalo es una suerte de celebridad por estar entre los pioneros de la ciudad en ejercer el activismo en defensa del consumo recreativo y el autocultivo. Ricardo me comenta que es consultor y director en el área de cultivo de la industria del cannabis medicinal. Es cofundador de Killa Cultiva, un grupo de cannabicultores profesionales cuyo objetivo se enfoca en promover el autocultivo y la investigación con fines curativos. Ha sido campeón de copas cannábicas y actualmente asesora a ingenieros agrónomos de Cannabis Medical Company By Frank Lamadrid SAS.
Modernas instalaciones de una “fábrica” de marihuana medicinal bajo techo. Foto: Richard T. The CBD (www.thecbd.co)
5. Una nueva cultura del cannabis
Fumar hierba no está entre mis destrezas. Por esta misma razón colaboré con gusto y con gusto encontré que hay variedades con más CBD que THC y también a mucha gente que a través de la información se empodera y día a día defiende su derecho como usuarios del cannabis.
No se trata de una cultura del cannabis como un movimiento rastafari. Se trata de empresarios, activistas, gente de a pie que lo único que tienen en común es que hay que seguir avanzando hasta que desaparezcan los estigmas y el rechazo hacía la planta, y ven en el autocultivo una herramienta para combatir el narcotráfico y la violencia que éste genera.
Temblores ONG, la fundación que estuvo al tanto de los procesos judiciales en el estallido social de 2021, acaba de lanzar la Biblia de la dosis personal en la que explica paso a paso cómo salir bien librado en caso de un “mal viaje” con las autoridades. Allí están los Diez Mandamientos y los siete pecados capitales de los usuarios del cannabis y otros psicotrópicos. https://www.temblores.org/herramientas-diseno-legal
También encontré información muy útil con la gente de Échele cabeza y sus testing de sustancias en rumbas y conciertos que promueven la disminución de riesgo en el usuario. En su portal pueden hallar información valiosa sobre las distintas sustancias y sus composiciones, artículos de opinión que tratan con seriedad y sin tapujos el mundo de los psicotrópicos.
Esta generación de empresarios del cannabis medicinal que conocí hace poco, nada tiene qué ver con la semblanza que nos quedó de la bonanza marimbera. La mayoría no pasan de los 40 y son personas que aplican la ciencia y los procesos legales del cannabis. Todos apuntan a participar de esta nueva economía que poco a poco se abre camino. Ahí está la Ley del cannabis medicinal impulsada por el senador liberal Juan Manuel Galán. La Ley busca la regulación de la planta en el territorio nacional para el desarrollo de usos terapéuticos, medicinales y científicos.
Los estudios que patrocinan las trasnacionales ya tienen adelantado todo tipo de aplicaciones prácticas para los derivados de la planta. Los modelos de negocio no se limitan a fármacos y cosméticos. Hay propuestas de bebidas con cannabis que esperan salir al ruedo como afirma la Constellatio Brands, dueña de la cerveza Corona y Modelo. En Brasil hay ensayos positivos de cueros a partir del cáñamo, fibras, bioplásticos y todo un arsenal de productos que aguarda tras la puerta de la legalización por la que ya han transitado muchos países.
Leydon Contreras Villadiego
Filósofo de la Universidad del Atlántico y gestor cultural. Ha colaborado para medios locales y nacionales como El Heraldo y revista Huellas de la Universidad del Norte, El Magazín de El Espectador y la revista Amauta de la Universidad del Atlántico.