Barrios de La Heroica viven un inusitado descenso en su número de residentes y viviendas de uso familiar, las cuales ahora son empleadas para fines turísticos. ¿Cómo poner freno a la gentrificación?

El término gentrificación se usa para describir el proceso mediante el cual cierta zona urbana de bajo valor inmobiliario cambia debido a un proceso de renovación que mejora el sector, atrayendo nuevos negocios y residentes con mayores ingresos, que a menudo van reduciendo a los habitantes tradicionales. Este fenómeno ha estado ocurriendo en las ultimas décadas en Cartagena y las cifras del último censo nacional de población lo confirman.

En el Centro Histórico, conformado por los barrios del Centro, La Matuna, Getsemaní y San Diego, se redujo el número de viviendas censadas y el de residentes. En 2005 fueron censadas 2.623 viviendas y 12.789 residentes, mientras que, para 2018, las viviendas censadas bajaron a 1.394 y los residentes a 2.304. Los cambios en el número de vivienda censadas por barrios en el Centro Histórico entre 2005 y 2018 fueron: de 810 a 627 viviendas en el Centro, de 166 a 19 en La Matuna, de 648 a 373 en San Diego y de 999 a 375 en Getsemaní.

Comparado con otros barrios, la caída en las viviendas censadas en 2018 se presentó solo en el Centro Histórico. Entre 2005 y 2018, las viviendas censadas pasaron de 3.426 a 5.152 en Manga, de 2.281 a 4.451 en Bocagrande y de 458 a 2.124 en El Laguito. Sin embargo, es importante mirar los cambios en el porcentaje de vivienda temporal entre esos años. En El Laguito esta proporción pasó de 23 % al 73 %, en Bocagrande del 9 % al 39 %, en el Centro Histórico del 8 % al 23 % y Manga del 2 % al 8 %.

Esta clasificación de vivienda de uso temporal implicaría que el fenómeno de gentrificación no se limita al Centro Histórico, otras áreas turísticas también experimentan una caída en los residentes. Esta situación se destaca en el barrio El Laguito, donde la mayoría de las viviendas entran en la categoría de uso temporal, lo cual conlleva a que se presenten ciertos problemas al turismo como el ruido o la prostitución.

 

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Un residente del barrio Getsemaní lava el frente de su casa. Considerado por el turismo el barrio de moda en Cartagena, cada vez son menos los residentes originales que lo habitan.

La gentrificación es un fenómeno resultado de la renovación urbana exitosa de cierto sector. Por ejemplo, en San Francisco (E.U.), barrios que eran habitados por obreros de bajos ingresos han sido ocupados por los trabajadores que producen las empresas tecnológicas ubicadas en esa ciudad.

La gentrificación es un fenómeno que pasa alrededor del mundo como resultado de la renovación urbana exitosa de cierto sector. Por ejemplo, en San Francisco (Estados Unidos), barrios que tradicionalmente eran habitados por obreros de bajos ingresos han sido ocupados por los trabajadores de alta calificación que producen las empresas tecnológicas ubicadas en esa ciudad. Otro caso emblemático es Barcelona, donde el casco antiguo, que solía ser un símbolo de pobreza y de clases sociales minoritarias, ha evolucionado para ser el icono más emblemático de la ciudad con unos precios destinados a los turistas, inalcanzables por una mayoría local.

En algunas ciudades se han emprendido políticas urbanas para evitar la gentrificación. No son fáciles de aplicar porque el proceso es el resultado del éxito de la renovación urbana de áreas deprimidas. En Cartagena, por la condición de patrimonio histórico de la humanidad que disfruta el Centro Histórico, es importante adoptar medidas ya que son parte de las recomendaciones realizadas por la Unesco para preservar el valor universal excepcional. Por ejemplo, se sugiere prohibir el englobe de predios que lleve a cambios en el uso y concentración de la tierra, así como definir y preservar el uso del suelo en el área.

Los controles del uso del suelo no deben limitarse al Centro Histórico, sino que podría abarcar los otros barrios turísticos que también han experimentado una reducción de los residentes. Preservar un balance entre los distintos usos del suelo ayudaría a conservar los sectores urbanos con mayores residentes permanentes, lo que contribuye a reducir los efectos adversos que presentan zonas dedicadas únicamente a la actividad turística.

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Jaime Bonet

Economista de la Universidad de los Andes con una maestría en Economía y un doctorado en Planeación Regional de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Desde 2013 se desempeña como gerente de la sucursal de Cartagena del Banco de la República, en donde ejerce como director del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER).