Escena de «Squid Game», nuevo fenómeno de masas de Netflix.
“El juego del calamar”, la serie surcoreana dirigida por Hwang Dong-hyuk, es el nuevo fenómeno global de Netflix. ¿Por qué no perdérsela?
Otra genialidad coreana se toma Netflix y los ojos del mundo globalizado. Ya somos una patria de televidentes, o computelevidentes, rendidos ante una nueva producción de la que todos hablan: El juego del calamar (Squid Game), quizás un nuevo clásico que en pocas semanas al aire es número 1 en más de 80 países y disparó las acciones de Netflix.
En la serie, un Thriller de supervivencia ambientado en Seúl, un grupo de 456 personas es invitado a un concurso de juegos infantiles en el que podrán ganar miles de millones; la cuestión es que los jugadores se someten a este por extrema necesidad, lo que tendrá nefastas consecuencias en sus vidas torturadas.
La excelente producción ha generado todo tipo de comentarios en Internet, análisis y memes, subproductos de fans conmovidos con la historia y los personajes. Squid Game es un acierto audiovisual como lo fue Breaking bad, La casa de papel o hace un tiempo The Sopranos; un verdadero Hit. Más bien un Homerun, la han sacado del estadio como producto masivo con un concepto llamativo y poderoso.
La idea de El juego del calamar no es nueva, la explotación de ricos a pobres a través de juegos macabros ya estaba presente en historias exitosas como Los juegos del hambre y varias más. El director de la serie coreana dice que se basó en los cómics japoneses Battle Royale y Alice in Borderland para construir la trama. Pero en este caso, la gracia y tal vez el éxito se debe a que los juegos a los que son sometidos los parias del sistema capitalista son sencillos, juegos infantiles, lo que hace más tétrica la difícil competencia. Las víctimas del divertimento de una élite aburrida y ludópata, en este caso son los endeudados, vagos y delincuentes de Corea del Sur; los que están asfixiados por el modelo económico y no tienen otra salida que someterse a juegos por miles de millones y así asegurar su vida y las de sus castigados familiares.
“Squid Game” es también una crítica aguda al control que ejerce sobre nosotros el sistema financiero, a cómo somos una cifra más en nuestras contaminadas ciudades contemporáneas, presos de la angustia económica, de las deudas, de la obligación de trabajar, trabajar y trabajar.
En la serie hay una caricaturización de los realitys que todos hemos visto, la feroz lucha por el botín económico de gente que se somete a pruebas difíciles, a veces inhumanas, a convivencias extremas, para divertir a un gran público sediento de pasiones desbordadas, sufrimiento, y sexo en vivo y en directo. Realidad cruda detrás de la ‘realidad’ virtual de una pantalla, delante de los ojos de vidas aburridas que escapan de sus rutinas con las emociones fuertes de individuos tal vez más arriesgados y necesitados que ellos.
Squid Game es también una crítica aguda al control que ejerce sobre nosotros el sistema financiero, a cómo somos una cifra más en nuestras contaminadas ciudades contemporáneas; presos de la angustia económica, de las deudas, de la obligación de trabajar, trabajar y trabajar y producir muchas veces a costa de lo que sea. Pisoteando a los demás. El capitalismo tardío nos obliga a la feroz competencia, el dinero corrompe todo valor humano, como pensaba Marx; esto parece decirnos la serie. Destaco también la simbología de la producción: cuadrados, círculos y triángulos que nos hablan de la pirámide social; el triángulo sagrado con el ojo en el medio que todo lo ve –el ojo de la élite, por decirlo así–, que tiene control sobre la masa de proletarios deudores. La condición de animales en competencia que somos, así nos consideremos muy humanos racionales.
La serie mezcla una narrativa ágil, que nos engancha o nos engancha, una profundidad humana y filosófica y una atractiva simbología que la hacen un producto muy exitoso; un juego entre lo infantil y el feroz mundo adulto atractivo para todo público. En mi opinión no es necesaria una segunda temporada, pero si llega, bienvenida sea.
El juego del calamar
Hwang Dong-hyuk
Netflix
2021
Juan Sebastián Lozano
Periodista colombiano, escribe sobre libros y música. Su primer libro de cuentos, La vida sin dioses, será publicado próximamente por Calixta Editores.