“Aprendí a dibujar con las portadas de discos de rock y metal”: Marco Mojica

Hace varios años me encontré con el pintor Marco Mojica (Barranquilla, 1976). Acababa de ganar el premio Fernando Botero por su pintura ‘Incidente’, elegida entre 300 propuestas de artistas menores de 35 años. Ya para esa época las obras de Mojica eran apreciadas por coleccionistas y amigos del arte en el país. Sin pensarlo mucho lo abordé y le dije que me fascinaría un cuadro suyo. Me dijo: “Listo, lo pienso y lo hago”. Le expresé que tenía una fascinación por el diseño de las sillas incluidas en su obra. Un par de meses después recibí satisfecha su obra y allí aparecía una de esas sillas en un escenario sobre el que me dijo: “No me preguntes”.

“El adjetivo que se me viene a la mente cuando pienso en el artista Marco Mojica es ‘perspicaz’. Con astucia y actitud crítica, Mojica descontextualiza o recontextualiza objetos y situaciones cotidianas que generalmente pasan inadvertidos para el común de la gente, dotándolos de nuevos significados que toman por sorpresa al espectador. Es precisamente esa capacidad de sorprender, combinada con su pensamiento crítico y su gran sentido del humor, lo que lo convierte en uno de los artistas más destacados del arte contemporáneo en Colombia”, afirma La curadora e historiadora del arte Francine Birbragher, del magazín ArtNexus.

Visitamos a Marco Mojica en su estudio, donde trabajaba con premura para tener a punto unas comisiones y las obras de ARTBO. El espacio parece un lugar de malabarismo en la cuerda floja en donde las cosas pueden salir bien o mal, una zona de riesgo más allá del confort de la galería y su veneración por el artículo terminado y perfeccionado. El desorden de su estudio evidencia una lucha invisible. Marco no se para frente al lienzo con la mente en blanco y cada obra se observa meticulosamente planeada. Trabaja en silencio y sin música, a pesar de reconocer que muchas de sus obras tienen que ver con la música.

Cristina Said: ¿Dónde aprendiste a dibujar?

Marco Mojica: Aprendí a dibujar con las portadas de discos de rock y metal que traía mi hermano, que está en el mundo musical, y con afiches de películas. Este tipo de cosas eran las que a mi me motivaban y siguen siendo grandes motivadores. De hecho sigo pintando imágenes que están ahí.

C.S.: ¿En qué te inspiras, Marco?

M.M.: Yo mantengo muy a raya la inspiración, lo que me motiva no es la inspiración. La inspiración para mí, para mi trabajo, es algo muy romántico. Yo hago un boceto en mi libreta de apuntes de algo que llame mi atención pero nunca en la ejecución de la obra. Me uno a Picasso que decía que la inspiración debe cogerte trabajando. Hay artistas que sí lo necesitan, pero yo no. Hay temas que me entusiasman. Y el arte es uno de esos temas. El arte como experiencia cultural es lo que me mantiene en el radar, mi imaginario siempre está muy alerta al consumo de la imagen y antes de toda esta explosión del internet lo que yo hacía era coleccionar y guardar un archivo de imágenes muy extenso, revistas, fotocopias… yo no sabía que iba a pasar con ellas y de repente las utilizaba.

¿Cuál es tu intención con el arte conceptual?

Yo sé que utilizo unas iconografías que la gente no sabe de dónde vienen, y otras son muy populares. Me ha pasado que una vez hice una pintura a la que no le hice ningún tipo de alteración, solo era la pintura de una instalación. La manera como el espectador se acerca a ella está muy ligada a la parte emocional.

Una cualidad de tu obra es que es muy universal…

Sí, se vuelve universal pero lo más interesante es que se esté haciendo en Barranquilla (risas).Yo no puedo ser ajeno a eso, gran parte de mi discurso es ese.

¿Qué obra vas a llevar a ARTBO?

Están allá arriba en mi estudio (risas). En 2019 hice una exposición en Bogotá que se llamó “Versión Doméstica”. Eran pinturas a partir de piezas icónicas del arte contemporáneo, sobre todo de escultura. Ciertos gestos sin propósito que le cambian por completo la lectura a la obra. La pieza termina con esas pequeñas intervenciones en la pintura. Muchas de estas piezas las hice con intervenciones de animales.

¿No tienes la sensación de que te escondes un poco, que Colombia quiere ver más obras de Marco Mojica?

Yo nunca he sido un artista super comercial y veo con cautela cuando una de mis series se vende mucho. Puedes caer en la trampa de la fórmula, en el monotema del cual después es difícil salir. Eso no significa que esté en contra del mercado, pero cuando empiezas a producir solo para alimentar el mercado la obra se diluye. Irónicamente el mercado del arte necesita que el arte se produzca sin pensar tanto en el mercado, o como decía un amigo galerista: “El mercado del arte es todo lo opuesto al arte mismo”.