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Curramba tuvo su propio Rey vallenato. Alberto Pacheco Balmaceda se coronó en 1971 con el máximo reconocimiento a los músicos de este género musical.

Crónica del músico que con 35 años derrotó en franca lid a Luis Enrique Martínez y a Emiliano Zuleta Baquero en el Festival Vallenato de 1971.

Mientras descansaba en su habitación del modesto hotel Los Cardones, en el centro de Valledupar, Alberto Pacheco Balmaceda fue sorprendido por un fulminante ataque cardiaco que le provocó la muerte. Era la medianoche del 29 de septiembre de 1983. Tenía agendada una maratónica presentación musical en la capital del Cesar. El reencuentro con el público que 12 años atrás lo vio coronarse como el primer Rey vallenato barranquillero.

“Alberto Pacheco atravesaba por una situación económica bastante estrecha”, asegura el investigador musical Félix Carrillo Hinojosa. “En la parte sentimental también estaba tocado”.

Amira Callejas, su viuda, aseveraría después que Alberto estaba afectado de cirrosis hepática por su afición a las bebidas alcohólicas. Según ella, esa había sido la causa que precipitó el fallecimiento del cuarto Rey en la historia del Festival Vallenato. Pacheco tenía 48 años 3 meses y 6 días cuando se cortó el hilo de su existencia.

Había nacido en Barranquilla el 23 de junio de 1935. Más allá de la popularidad que lo acompañaría hasta el final de sus días, Pacheco fue un autodidacta que siempre se preocupó por ampliar sus conocimientos musicales.

El acordeón fue su mundo. Lo aprendió a manipular mucho después de haber obtenido gran destreza en la interpretación de la guitarra, con la que se familiarizó desde niño gracias a la constante instrucción de su abuela.

“Mi vocación por la música es hereditaria” –declaró Pacheco en una entrevista concedida al locutor valduparense Jaime Pérez Parodi, a comienzos de 1980–. “Mi abuela materna tocó el piano la mayor parte de su vida. Fue ella quien despertó en mí la afición por los instrumentos musicales”.

En su libro El abc del vallenato, el escritor Julio Oñate señala que “Muy joven todavía, Alberto Pacheco se iba al sitio obligado para los serenateros de la vieja Barranquilla, el ‘Chop Suey’, un famoso restaurante y bar de categoría que estaba ubicado en la Avenida Olaya Herrera con calle 72. Ese era el centro de lo más granado de la época en materia de tríos y conjuntos de cuerdas, y era punto de reunión de grandes figuras de la farándula. En el ‘Chop Suey’ también estaba el notable compositor barranquillero Rafael Mejía Romani, quien con su trío Serenata constituía una de las principales atracciones del momento”.

Con esa agrupación y en ese sitio, Alberto Pacheco dio sus pininos musicales. Incluso, hizo parte de la agrupación ante la ausencia de alguno de sus integrantes.

Alberto Pacheco derrota a ‘El pollo vallenato’ 

Pacheco ganó el Festival Vallenato el 30 de abril de 1971 en la cuarta edición de la célebre festividad del Valle del Cacique Upar y la Provincia de Padilla. Con 35 años de edad derrotó en la finalísima a ‘El pollo vallenato’, Luis Enrique Martínez y a Emiliano Zuleta Baquero, dos auténticos maestros en la ejecución del acordeón.

“Este es el triunfo más importante de mi carrera –dijo Pacheco, efusivo, a los periodistas de diferentes medios del país que lo entrevistaron en la madrugada de aquel primero de mayo. “Espero que en La Arenosa estén contentos y orgullosos de mí”.

Los temas que Pacheco interpretó, secundado por Rodolfo Castilla, en la caja, y Adán Montero, en la guacharaca, fueron el paseo ‘El pobre Juan’, de Rafael Escalona; ‘La cacería’, puya de Sergio Moya Molina, y dos temas de su inspiración: el merengue ‘Francisco el Hombre’ y el son ‘Viejo Valledupar’.

Exactamente como ocurrió en el certamen de 1969, cuando Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza venció en la final a Andrés Landero, un considerable número de asistentes que se congregó delante de la tarima ‘Francisco El Hombre’ protestó de manera ruidosa y agresiva ante el veredicto de José Barros, Antonio María Peñaloza, Alejandro Durán, ‘Colacho’ Mendoza y Alberto Méndez, miembros del jurado.

“Luis Enrique es mi compadre y amigo; es un extraordinario digitador, pero en esta final Alberto Pacheco ha sido el mejor”, dijo después Alejo Durán. Sin embargo, las palabras del negro grande no apaciguaron la tormenta que generó el fallo. Las protestas se diseminaron más allá de los territorios del Cesar y no fueron pocos los que aseguraron, a rabiar, que hubo mejores acordeoneros que Pacheco. Antonio María Peñaloza sintió la presión del público en carne propia y debió recurrir a un arma de fuego para disuadir a los que intentaron agredirle.

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Un recorte de prensa de 1971 relata los sucesos que rodearon la coronación de Alberto Pacheco como Rey Vallenato. Foto: Archivo El Tiempo.

“Luis Enrique es mi compadre y amigo; es un extraordinario digitador, pero en esta final Alberto Pacheco ha sido el mejor”, dijo Alejo Durán sobre la decisión que dio ganador al barranquillero como Rey vallenato.

El compositor fonsequero Luis Francisco Mendoza, conocido mejor como ‘Geño’, escribió una letra que más bien constituyó una protesta: ‘Festival Vallenato’. Uno de los estribillos de ese paseo, eternizado por el venezolano Nelson Henríquez, dice así:

Luis Enrique Martínez
‘El Pollo’ Vallenato que siempre lo ha sido
volverá a ese ruedo
la tierra e´ Pedro Castro
orgullo vallenato
injusto ha lastimado
al pueblo fonsequero
y no tendrá palabras pa´ exigirle,
si el nuevo rey es un barranquillero
y no tendrá palabras pa´ exigirle
su nuevo rey es un barranquillero.

El protagonista de esta crónica, junto al cantante y compositor Pedro García Díaz y el cajero Pablo López, fundó el conjunto Los Universitarios, con sede en Bogotá. Grabaron varias canciones para el sello Sonolux, entre las cuales se destacaron ‘Canto al Tolima’, ‘A mí no me consuela nadie’ y ‘El pobre Juan’. Con Los Universitarios, Pacheco viajó a Checoslovaquia y a la Unión Soviética. Más tarde realizaría otro periplo por Europa con el colectivo folclórico que dirigía Delia Zapata Olivella, del cual hacía parte el Ballet de Sonia Osorio. Alberto Pacheco se convirtió en uno de los primeros acordeoneros en difundir nuestros aires en el exterior.

A mediados de 1966 compuso el paseo ‘Departamento del Cesar’, canción que tendría gran auge a partir del 21 de diciembre de 1967, cuando fue creado el ente territorial segregado del Magdalena Grande. Su paseo ‘Canto a la vida’, publicado con su conjunto en el sello Machuca e interpretado por Jorge Araque, fue finalista en la categoría Canción Inédita del Festival Vallenato de 1976.

El Festival Vallenato ha coronado reyes ilustres y reyes grises e intrascendentes. Sin duda, Alberto Pacheco forma parte de los primeros.

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Fausto Pérez Villarreal

Barranquilla (1965). Comunicador Social-Periodista, profesor de la Universidad Sergio Arboleda sedes Barranquilla y Santa Marta. Dos veces ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. En 2014 fue finalista del Premio Internacional de Puerto Rico, entregado en Madrid. Su más reciente libro se titula Richie y Bobby en el corazón de Barranquilla