Al oído del alcalde Alejandro Char

Alejandro Char asumirá por tercera vez las riendas de la ciudad de Barranquilla. Lo hace después de contar con un inmenso respaldo de votantes que refleja sus logros, su carisma y su aceptación, que no parecen verse afectados, al menos localmente, por los cuestionamientos que le hacen a él y a su grupo político. Llega, además, con el respaldo absoluto del Concejo elegido, institución que desde la Alcaldía ha sido  manejada en la última década para que no hayan debates, ni contrariedades, ni oposición, y con el respaldo unánime de gremios y de la mayor parte de la prensa radial y escrita. Ha sido costumbre de las últimas administraciones de la ciudad de Barranquilla no ser permeables a la retroalimentación, ni a la autocrítica, y no manejar nada bien el disenso.

Este gran respaldo le da a Char la posibilidad de transitar un camino libre de obstáculos políticos, sin oposición a la vista. El Alcalde electo, empero, anuncia planes y políticas diferentes a las que han caracterizado a las últimas cuatro administraciones, lo que plantea un cambio interesante de enfoque. Ha expresado, por ejemplo, un énfasis en lo social, lo cuál ha sustentado en visitas a barrios con dificultades y altos niveles de pobreza, proponiendo programas de mejoras de vivienda, e inclusive de apoyo a la economía popular. 

Este positivo giro lo ha complementado con anuncios sobre dos serios temas largamente negados por la administración distrital, como son el transporte público y la seguridad. En el primer caso, sin dar detalles, se ha comprometido a buscar una solución definitiva a los problemas de Transmetro. En el segundo anunció un fortalecimiento institucional, elevando a la categoría de Secretaría la actual oficina de Seguridad y apoyándola con consejeros con amplia experiencia policial. Falta por ver si adopta las recomendaciones integrales basadas en estudios sobre la criminalidad en Barranquilla que muestran que este complejo problema requiere una mirada distinta al enfoque tradicional.

Varios de estos temas han sido señalados como retos para su próxima administración dado el estado en que las recibe. Además de la seguridad y el transporte masivo, preocupan la pobreza, que abarca al 36 % de los habitantes del Area Metropolitana en medio de una alta informalidad laboral, el déficit fiscal y la deuda, así como la finalización de obras inconclusas. En esta coyuntura cabe recordar y reiterar la sugerencia de compromisos que antes de las elecciones hicieron Fundesarrollo y el capítulo local de Protransparencia, que pasó desapercibida en parte porque los principales medios de la ciudad y los gremios no le prestaron mucha atención, quizá porque piensan que en la ciudad todo va de maravilla.

Reconociendo los avances en varias materias, especialmente en infraestructura, estas dos importantes instituciones de la ciudad llaman a atender grandes retos sociales y económicos para la construcción de una Barranquilla más productiva e inclusiva. Para ello proponen adoptar indicadores y compromisos claros en materia de pobreza monetaria y extrema, incluyendo la vulnerabilidad en la materia; seguridad; educación; movilidad; criterios de prioridad y eficiencia en la inversión, y mejorar los niveles de transparencia en la contratación pública.

En el documento titulado Consenso por Barranquilla, proponen en el próximo período de gobierno: 1. Bajar la pobreza monetaria en 5 puntos porcentuales y la extrema en 1 punto para alcanzar niveles sostenibles del 25 % y 4 %, respectivamente. 2. Mejorar la seguridad alimentaria incrementando hasta el 95 % el número de hogares que comen 3 veces al día. 3. En materia de seguridad, disminuir en un 15 % las extorsiones, robos y homicidios para que las tasas de estos delitos se ubiquen en 25.1 %  y 24.5 %, respectivamente. 4. En educación, aumentar con respecto a 2023 en un 10 % los colegios oficiales clasificados en niveles satisfactorio y avanzado en cada una de las competencias de las pruebas Saber 11. 5. Para el caso de la movilidad, llevar el número de pasajeros transportados por Transmetro a por lo menos 100.000 diarios, y dejar estructurada la ampliación del sistema y un proyecto de sistema de Metro para Barranquilla.

Finalmente, pero no por ello menos importante: 6. Implementar el acompañamiento de Transparencia Colombia en todos los procesos de contratación del Distrito. Adicionaría una ñapa, clave para resolver el problema de la factura de energía y que está en manos de la administración distrital: bajar las tarifas del alumbrado público a sus justas proporciones. Que los barranquilleros en sus residencias y negocios tengan un merecido alivio en la factura.

Algunos temas requerirán cambios y decisiones impopulares, más que entre la ciudadanía, en algunos sectores políticos, pero el alcalde Char tiene un capital político de sobra para implementarlas. Al final será la ciudad la beneficiada.

El diseño e implementación de políticas públicas en estas temáticas y con esas metas requiere apoyarse en estudios y estrategias, tal y como lo hizo Char en su primera administración, cuando implementó recomendaciones de Fundesarrollo en materia de finanzas públicas, bajo la dirección de Elsa Noguera, quien había trabajado en esa entidad. Buena parte del éxito en materia fiscal se debe a las gestiones adelantadas en esa primera administración. 

Celebramos este cambio de enfoque en la nueva administración de Alejandro Char, necesario para resolver problemas que muchos barranquilleros padecen. Ojalá vaya acompañado de los compromisos realizados y de una apertura a la crítica constructiva.