Margarita Garcia

Simpatizantes nazis en un evento en Barranquilla. En la fotografía se aprecia en el atrio haciendo el característico saludo a Emil Pruefert, líder del grupo regional dedicado a la propaganda nazi. Lo acompañan los hombres identificados como Kaiser, Emil Rathje, Johst, Whedekind y Jost. Foto: Archivo General de la Nación.

La reciente obra del historiador Julio Lázaro Montes indaga en la vida de los alemanes radicados en Barranquilla y su simpatía con el nazismo.

Julián Andrés Lázaro Montes, historiador colombiano, estudió en la Universidad del Atlántico y luego cursó estudios de maestría y doctorado en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España). Hace menos de una década que se vinculó como investigador de planta del Instituto Internacional de Estudios del Caribe de la Universidad de Cartagena, y al mismo tiempo ejerce la docencia en el programa de Historia de esta Universidad. Tiene a su haber varios capítulos de libros, como también artículos en revistas internacionales de reconocida trayectoria en los ámbitos académicos.

Su campo de investigación es la historia contemporánea del Caribe colombiano y en los últimos años ha concentrado su interés y sus esfuerzos en el estudio de las migraciones europeas que se radicaron en Barranquilla, en especial la alemana. La ventaja que le ofrece el trabajar los inmigrantes extranjeros es que se trata de grupos pequeños (al menos si pensamos en las corrientes de europeos que llegaron a los Estados Unidos, Argentina, Brasil y otros países americanos). Y esa escala reducida del objeto de análisis permite conjugar variables como la economía, sociedad, política y cultura, lo que le permite a Julián Lázaro aproximarse a la historia total.

Bajo el prestigioso sello editorial Planeta acaba de ver la luz pública su libro Negocios y esvásticas en Barranquilla. Economía, cultura y vida política de los inmigrantes alemanes, 1919-1945, un volumen de 416 páginas, lo que sin duda constituye un desafío para una época que se ha ido acostumbrando, por los criterios del mercado, a la lectura rápida y concisa. 

Portada del libro de Julián Andrés Lázaro Montes, publicado por Editorial Planeta.

Estudios previos al de Lázaro señalan que Barranquilla fue la segunda ciudad colombiana, luego de Panamá hasta que fue parte de nuestra nación, en la que más extranjeros se radicaron. Este hecho, más sus orígenes, se han convertido en factores que han llevado a desarrollar una especie de intuición sociológica (que aún espera estudios) sobre una sociedad democrática, al menos en comparación con su vecina, Cartagena. Desde las historias contadas por cronistas de aquella ciudad (Pedro María Revollo, Miguel Goenaga, Fernando E. Baena y José Ramón Vergara), siguiendo con las investigaciones de Theodore Nichols, Manuel Rodríguez y Jorge Restrepo, Sergio Paolo Solano y Jorge Conde, Eduardo Posada, Adolfo Meisel, Joaquín Viloria, Gustavo Bell, Milton Zambrano, Adelaida Sourdís y otros más, de los extranjeros solo se han visto sus actividades empresariales y la divulgación de conocimientos laborales modernos, lo que sin duda es de mucho mérito. 

Pero acerca de sus actividades políticas es poco lo que se ha estudiado. Se sabe uno que otro aspecto de Juan B. Elbers para conseguir la concesión de la navegación a vapor por el río Magdalena. También se registran pocos datos de la participación en política de Santiago Duncan (escocés) y John Glenn (canadiense) en el levantamiento de 1830 que terminó con la hegemonía política de los seguidores de Simón Bolívar. Otros datos se agregaron a las acciones y conflictos entre Julius Hoenisberg y Martín Wessels y un grupo de empresarios barranquilleros en torno a la concesión del ferrocarril de Bolívar que por los años de 1870 unió a Barranquilla con el mar. 

Desde otras perspectivas también se reconoce que a comienzos del siglo XX algunos anarquistas y anarcosindicalistas españoles, italianos y peruanos hicieron presencia en la esta ciudad portuaria y que desarrollaran actividades políticas entre sectores de artesanos y trabajadores fabriles. Del peruano Nicolás Gutarra quizá sea de quien se tiene más registro al frente de la Liga de Inquilinos, hasta que fue expulsado del país a mediados de la década de 1920.

Sobre los alemanes en la época de ascenso del nazismo, en 1986 Silvia Galvis y Alberto Donadio publicaron el libro Colombia nazi, 1939-1945. Tres lustros después, en el 2001, Enrique Biermann publicó el libro Distantes y distintos: los emigrantes alemanes en Colombia, 1939-1945.  De distintas formas ambos libros abrieron las puertas de un camino que ha recorrido Julián Lázaro, provisto del utillaje necesario que le otorga su formación de historiador profesional.

El 1 de mayo, conocido como “Tag der Arbeit”, (Día del trabajo) era una fecha especial en la Alemania nazi, pues se usaba para promover su ideología y controlar a la población. En la foto, un edificio en la calle 20 de julio adornado con las banderas nazis el primero de mayo de 1936. Foto: Wikipedia.

El rigor de la investigación

El libro de Julián Lázaro es resultado de una investigación rigurosa. El autor no escatimó esfuerzos y tiempo en la lectura de una copiosa historiografía internacional y nacional sobre el tema de las migraciones, las actividades empresariales de los inmigrantes, los acervos culturales que cargaban consigo y las acciones políticas que emprendieron en los lugares en los que se radicaron. Y esas lecturas las complementó con la búsqueda y consulta de una significativa cantidad de acervos documentales de archivos y de recolección de tradición oral.

Aunque el periodo analizado corresponde a la primera mitad del siglo XX, uno de los argumentos centrales es que existió una continuidad entre los alemanes que llegaron durante el siglo XIX y los que vinieron después de la Primera Guerra Mundial (1914-1919), creando los primeros las condiciones para la llegada de esa segunda y selectiva oleada migratoria. 

El primer capítulo es una recreación de las actividades empresariales de los alemanes en Barranquilla durante el largo tiempo transcurrido desde Juan B. Elbers (1824) hasta las actividades industriales del siglo XX, pasando por el comercio, la banca, los transportes y la aviación. Aunque algunos de estos aspectos los conocíamos por investigaciones previas de otros historiadores, la ventaja de la exposición de Lázaro es mostrar a la comunidad de empresarios alemanes actuando en conjunto, lo que sin duda crea el contexto para ver la acción política mancomunada de esta, que es el objeto central del libro.

Clubes sociales, colegios, prensa, hojas volantes, programas radiales, símbolos y rituales se desplegaron en la ciudad con el fin de inclinar a sus habitantes hacia las simpatías con el nazismo.

El segundo capítulo constituye una novedad al estar dedicado al análisis de cómo se fue construyendo la simpatía nacional socialista de la colonia alemana radica en Barranquilla y el respaldo, también expresado en simpatías, entre sectores de la élite y políticos raizales de esta ciudad. Considero que el análisis de esa doble dimensión de simpatías constituye una de las fortalezas del libro, porque no hubiese sido lo mismo la inclinación nazi de los alemanes radicados en la Puerta de Oro sin ese apoyo nativo y el despliegue que halló en los medios y sectores de las autoridades.

El capítulo tercero también constituye una novedad al relacionar las formas de sociabilidad de la colonia alemana y las formas de divulgación de las ideas nacional socialistas y de acción política en Barranquilla. Clubes sociales, colegios, prensa, hojas volantes, programas radiales, símbolos y rituales se desplegaron en la ciudad con el fin de inclinar a sus habitantes hacia las simpatías con el nazismo.

El cuarto capítulo amplia el espacio de análisis al estudiar las políticas internacionales de los gobiernos de Colombia, la adscripción del país con los aliados y el rechazo al nazismo. Esto tuvo un fuerte impacto sobre la colonia alemana de Barranquilla debido a las medidas de confinamientos y expropiaciones, así como también por las acciones  políticas de liberales y comunistas, y de otras colonias de extranjeros que  para nada simpatizaban con el nazismo.

El libro cuenta con la ventaja de no cerrar con conclusiones que recapitulan sobre lo escrito en los capítulos. Tiene un desenlace abierto en el que Lázaro muestra a una colonia germana que salió desfavorecida luego de la  Segunda  Guerra Mundial (1939-1945), y que ya no lograría mostrar la misma fortaleza en las actividades económicas y en la influencia social y cultural que  había tenido durante el siglo XIX y las tres primeras décadas del XX. 

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Sergio Paolo Solano 

Historiador. Profesor del Programa de Historia de la Universidad de Cartagena. Doctor en Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana de México.