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Virgilio Barco, en una fotografía de Hernán Díaz. Biblioteca virtual del Banco de la República.

El próximo 17 de septiembre se cumple el primer centenario del natalicio del político liberal. El exministro Rafael Pardo Rueda nos entrega esta semblanza del hombre cuya presidencia trascendió por la lucha contra la pobreza, el diálogo con las guerrillas y la guerra contra el narcotráfico.

Entré al gobierno por recomendación de don Mario Latorre y Fernando Cepeda. Como a la semana de haberme posesionado conocí a Virgilio Barco.

Empecé a trabajar en el PNR, el Plan Nacional de Rehabilitación, el programa presidencial destinado a hacer presencia estatal en las zonas marginadas del país y que en el gobierno de Virgilio Barco llevó el Estado a las zonas más deprimidas del país, especialmente aquellas que sufrían los efectos de los enfrentamientos armados. Viajé a Washington, al Banco Interamericano de Desarrollo, que había manifestado interés en financiar parte del Plan. Al saber el BID que el Plan tenia un componente político, en el sentido amplio de ese término, decidió retirar la oferta de financiación.

Volví al país con el rabo entre las piernas. Al volver al Palacio me encontré con Cesar Gaviria, que a la sazón era el Ministro de Hacienda, y me dijo que podía contar con el presupuesto suficiente. Al mes viajamos a Cartagena a la Casa de Huéspedes con Virgilio Barco y se terminó de estructurar el PNR. Resultado de esto, Barco me metió a la junta de Ecopetrol. La misión no podía ser otra: lograr plata de Ecopetrol para las carreteras del PNR.

El PNR se había originado en el gobierno anterior, el de Belisario Betancourt, gracias a la Ley 35 de 1982. Pero tuvo poco presupuesto, algo más de 44.000 millones en todo el gobierno.

Barco mantuvo el nombre pero le añadió tres asuntos. Primero, que en el equipo del PNR las decisiones de inversión se debían tomar en los llamados Consejos de Rehabilitación donde estaba toda la comunidad representada. Segundo, le aumentó el presupuesto notablemente, de manera tal que llegó a 354.000 millones (DANE, Boletín de Estadística 476. Noviembre de 1992. PNR una década de presencia estatal en regiones marginadas), y tercero, amplió la cobertura municipal.

Barco hizo carreteras que hoy en día son esenciales. Con la financiación de Ecopetrol, empresa del Estado, se hicieron vías para conectar a las regiones marginadas: la carretera Pitalito – Mocoa, la autopista del Magdalena Medio, Neiva – San Vicente del Caguán, la Marginal de la Selva, la Marginal de los Llanos, la de San José de Guaviare a Villavicencio, entre otras.

Para ilustrar la seriedad de Presidente respecto al PNR, guardo en mi memoria una anécdota de Barco. La secretaria del Presidente me llamó un día para que me presentara en el despacho presidencial. Cuando llegué estaban presentes el Ministro de Gobierno, Cesar Gaviria, y Alberto Santofimio. Santofimio me dijo que había que cambiar al delegado del PNR del Tolima. Al salir, pregunté qué debíamos hacer. Barco respondió: “Nada, no deje entrar a los políticos en el PNR”.

Luego asumí la Consejería Presidencial para la Paz. Durante el proceso con el M-19 hubo muchos momentos difíciles para Barco: el hundimiento de una reforma constitucional que incluía la extradición que le había metido el Congreso, el asesinato de Luis Carlos Galán, la reunión en México donde se conoció del asesinato de José Antequera y donde había quedado herido Ernesto Samper, el asesinato de Afranio Parra por un policía y el traslado de Pizarro del Tolima a Santo Domingo, entre otros.

Para ilustrar el punto de dichas dificultades, cuando íbamos a presentar el indulto al M-19 advertimos que estaba vigente el Estado de Sitio. Entonces a alguien se le ocurrió que en lugar de ir al Congreso, podíamos aplicar el Estado de Sitio y dar el indulto a este grupo de alzados en armas. Llevamos la iniciativa al Presidente. Pero Barco hizo una reflexión muy válida: “A usted y a mí nos van a recordar por haber hecho la paz con el M-19, pero llevemos al Congreso la ley para reglamentar el indulto. No nos pueden recordar como un gobierno que arbitrariamente perdonó al M-19. El Congreso puede ser una tortura, lleno de debates, de incertidumbres, etc., pero es lo que nos preserva a usted y mí”. Recuerdo que repuse que los narcos habían buscado una amnistía o indulto, y que el Congreso era un riesgo. Barco se mantuvo en su idea. Después se supo que Pablo Escobar tenía un carnet del M-19 esperando ser, infructuosamente, indultado. 

La muerte de candidatos presidenciales, entre ellos Luis Carlos Galán, así como de cientos de policías, periodistas y civiles, muchos de ellos en atentados con carros bomba, afectaron profundamente a Virgilio Barco.

Barco cambió las comisiones de paz vigentes durante Betancur, que estaban compuestas por civiles no vinculados al gobierno, por un Comisionado de Paz que le respondía directamente al Presidente. Reemplazó entonces las Comisiones de Verificación y la verificación pasó a depender del Comisionado de Paz. Garantizaba así la seriedad de cualquier gestión y respondería a los ciudadanos por las mismas. Por eso, al culminar el proceso, pronunció la frase “Bienvenidos a la Democracia”. Se debía a él mismo y a su persistencia. A ningún otro. A su talante.

Respecto a su gobierno, vivió unas crisis que no desearía tener ningún primer mandatario.

Enterró el Frente Nacional y estableció un gobierno de partido. Un esquema que en ese tiempo se llamaba Gobierno – Oposición. Tenía la oposición que detentaba el partido Conservador, que a la sazón tenía el 45 % del Congreso.

Al llegar al poder asesinaron al Magistrado Hernando Baquero Borda. Desde ese momento declararon la guerra los extraditables y llenaron al país de sangre por muchos años. Asesinaron candidatos presidenciales, entre ellos Luis Carlos Galán, así como cientos de policías y periodistas. Muchos civiles murieron por las bombas que colocaban. En esos cuatro años el país estuvo plagado de magnicidios y atentados. Todos los casos afectaron mucho a Virgilio Barco.

Se frustró un plebiscito porque el Consejo de Estado lo declaró inconstitucional. Después, Barco autorizó la séptima papeleta que fue el preludio a la Constitución de 1991.

Durante su gobierno hizo las primeras medidas de apertura económica, decretó el retorno de la extradición, y le dio facultades a las Fuerzas Militares para hacer allanamientos. Hizo la paz con el M19 y sentó las bases para hacer la paz con el EPL, el Quintín Lame, así como con la Corriente de Renovación Socialista, y las milicias de Medellín.

Rafael Pardo Rueda

Político y economista colombiano. Ha sido senador de la República, ministro de Defensa, candidato por el Partido Liberal a la Presidencia de la República en 2010, ministro de Trabajo del gobierno de Juan Manuel Santos, y candidato a la Alcaldía de Bogotá. Entre 2015 y 2018 fungió como Alto consejero para el postconflicto, los derechos humanos y la seguridad.

 

 

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