ajonjoli-campesinos

Foto: Juan Niño. Unsplash.

Una reseña del libro “Ensayos sobre la historia de Cartagena de Indias”, texto de obligada referencia para quienes deseen profundizar en el estudio de la historia cartagenera.

Los trabajos que reúne este libro se distribuyen en cuatro períodos separados como Arqueología, Colonia, Siglo XIX y Siglo XX. La diversidad de temas, preguntas y métodos de investigación favorece aproximaciones variadas a la vida y a las sensibilidades de la sociedad en un inmenso arco temporal.

Los arqueólogos Aristizábal, Bernal y Langebaek, aportan la primera novedad: Barlovento, un lugar habitado desde 3.500 antes del presente, no era simplemente un conchero, como se había creído. Las excavaciones en Serena del Mar sugieren pues que habían surgido aldeas de primeros pobladores correspondientes al período Formativo, relacionadas entre sí y con una densidad demográfica baja pero creciente hasta la llegada de los españoles. Enseguida, con 25 hallazgos seleccionados de las excavaciones en el Palacio de la Gobernación, Mónika Terrien sugiere una narrativa de ocupación y contactos desde hace 800 años. Así, el umbo o rodela de los escudos marcaría la conquista, y la cerámica con concha triturada el desabastecimiento sufrido por las comunidades originarias a causa del cerco a inicios del siglo XVI. Ambos trabajos sin duda aportan nuevo conocimiento.

A la Cartagena colonial se llega en este libro con los barcos cargados de negros esclavizados que salían con ese rumbo del puerto subsahariano de Cacheu desde 1580 hasta 1640. David Wheat conecta la dinámica africana de la esclavización con el mercado de Cartagena en una historia Atlántica, ampliada entre África, Europa y América.

Angela Granger y Adolfo Meisel recalan en Cartagena con su maleta de métodos de la New Economic History para caracterizar el mercado de esclavizados: género, edades, habilidades y estados de salud determinan precios. Contrariamente a los supuestos, los propietarios parecen más motivados por una racionalidad económica que por el consumo conspicuo.

En esta Cartagena reverberante, movida por el situado para la defensa, Sergio Paolo Solano relaciona salarios de trabajadores urbanos y precios de los alimentos, tanto como en su artículo anterior en la Revista Historia. Maribel de la Cruz Vega detalla cómo las rutas internas y externas configuraban conexiones globales, legales e ilegales cuyas dimensiones alimentaban debates de funcionarios imperiales y comerciantes locales sobre libertades y corrupción.

En esta ciudad en la que desde siempre se hibridaron creencias y prácticas en cuerpos y almas, el Tribunal de la Inquisición, señala Nicole von Germeten, se singularizó por investigar más casos de brujas y brujos que cualquier otro de América, sin que se llegara a ejecuciones por este delito. Y un siglo después, cuenta Jaime Bernal, con la Real Expedición Filantrópica de la vacuna y sus protocolos de cuidado de los cuerpos, Cartagena fue parte importante del incipiente sistema de salud pública.

Al siglo XIX entramos cuando los movimientos realistas en la región Caribe y en Pasto amenazaban la república entre 1822 y 1823. Daniel Gutiérrez resalta la respuesta retórica y no militar del gobierno de Santander, quien desde el periódico El Patriota incitaba a ver como enemigos a quienes no fueran incondicionales del gobierno. Y el artículo de Roicer Alberto Flórez Bolívar muestra cómo el código penal de 1832, generalmente desatendido en Cartagena, fue usado discrecionalmente para perseguir a algunas figuras públicas. Los dos artículos dan claves sobre la persistencia de las contiendas políticas en términos emocionales y morales –tolerancia e intolerancia, aprecio y desprecio– en el primer siglo republicano.

En esta ciudad en la que desde siempre se hibridaron creencias y prácticas en cuerpos y almas, el Tribunal de la Inquisición, señala Nicole von Germeten, se singularizó por investigar más casos de brujas y brujos que cualquier otro de América.

Como otras ciudades del país, Cartagena entró al siglo XX con servicios públicos precarios. El espíritu de progreso estimuló proyectos modernizantes y de saneamiento del puerto. María Teresa Ripoll expone cómo, con apoyo de la nación y bajo la responsabilidad del municipio, se contrataron compañías privadas que para los trabajos.

Los artistas del XX debieron luchar por su reconocimiento en una sociedad racista, clasista y dependiente. Escritores negros y mulatos, cuenta Francisco Javier Flórez Bolívar, dieron una lucha antirracista al calor de la cual construyen una nueva identidad basada en la doble consciencia de ciudadano y de sujeto racializado. Los artistas plásticos, de acuerdo con Isabel Cristina Ramírez, debieron salir del país e inscribirse en las grandes corrientes para legitimarse y ser reconocidos. En la producción musical, dice Jorge Nieves, tras auges y descensos, sobresale la Champeta como único género genuinamente cartagenero, que no es copia ni reflejo mimético sino una suerte de clave identitaria. Vidas y obras de los artistas se entretejen en reclamaciones de alteridades modernas. Alberto Abello, lamentablemente desaparecido, cierra el recorrido con las huellas de la ciudad en la obra de García Márquez.

Esta colección de ensayos interesante, aunque desigual, enriquece la historia del territorio y poblamiento, de travesías y conexiones, economía y contiendas políticas, morales y culturales en siglos, a través de vidas de trabajadores, médicos, gobernantes y artistas.

Ensayos sobre la historia de Cartagena de Indias
Haroldo Calvo, Adolfo Meisel y Diana Ricciulli (eds.), Universidad Tecnológica de Bolívar, Cartagena 2022.

Margarita Garrido

Historiadora de la Universidad del Valle, y PhD en Historia Moderna de la Universidad de Oxford. Ha publicado libros y numerosos artículos sobre cultura política colonial y republicana.