“Somos como las aves, siempre estamos migrando, siempre cambiando”: Zulu Padilla

“Para los pájaros no hay fronteras. Los pájaros no le pertenecen a ninguna nación”. Esta frase podría ser el eje de la exposición fotográfica Todo está migrando del artista barranquillero, radicado en New York, Zulu Padilla. La colección de 11 piezas que combina imágenes de aves migratorias y condones desechados, propone visiones poéticas y sociopolíticas en torno al desarraigo, la sexualidad y la representación. Recientemente, gracias a este proyecto, Padilla fue beneficiario de la Beca de Artes Comunitarias del Consejo de Arte de Brooklyn 2022.

El artista visual y curador descubrió el universo estético de los pájaros migratorios cuando se mudó a Nueva York en 2012. En los últimos años ha fotografiado a cientos de aves en el Prospect Park, un parque de poco más de 200 hectáreas que se encuentra en el corazón de Brooklyn y que es reconocido como una de las estaciones donde los pájaros hacen su parada antes de seguir a los bosques boreales canadienses. “Me enamoraron con su belleza, su libertad, esa sensación de que el mundo es de ellos y no lo contrario. Me enamoró su coraje y cómo siendo tan pequeños emprenden un viaje continental. Cómo atraviesan el Caribe de la manera en que lo hacen, viajando en la oscuridad de la noche, en muchos casos contra viento y marea, literalmente. Arriesgan su vida, muchas veces sin saber qué hay del otro lado, pues muchos lo hacen por primera vez, siguiendo sus instintos”.

La mañana que conversé con él, continuaba en proceso de creación para la inauguración de la exposición en la galería de The Compound CoWork. “Para mí como artista compartir mi trabajo es una gran alegría. También es un espacio de vulnerabilidad desde un aspecto de intimidad, de cómo me veo yo a mi mismo y ese gran sentimiento de dónde está uno en el mapa, dónde está uno en la escala de la creación, y cuál es mi puesto en esta sociedad”.

Pamela Barrios: ¿Cómo describes esta obra?

Zulu Padilla: Es una exposición de fotografías montada sobre paneles de madera en formas orgánicas. Las imágenes son pájaros neotropicales migratorios y fotografías de condones usados, encontrados en el Prospect Park. Para mí, una parte fundamental de la obra es la intersección entre la migración de las aves y la subcultura del gay cruising, dos universos que coexisten en un mismo espacio: el parque.

P.B.: Cuéntame más del gay cruising, ¿cómo se combina con la idea de los pájaros?

Z.P.: El gay cruising es el juego erótico de cazar y ser cazado para el goce y el descubrimiento del cuerpo en espacios retirados, baños públicos, parques, gimnasios o en la naturaleza, donde te escondes del ojo heteronormativo para tener sexo. Los condones de la obra fueron hallados en la parte más bucólica del Prospect Park, en las zonas más apartadas, que a su vez es también la favorita de los pájaros en su migración. Es decir, estos dos fenómenos, aparentemente dispares, terminan cruzándose en el parque. Además, el gay cruising es practicado en el Prospect Park en su mayoría por hombres cis (cisgénero) negros, descendientes del Gran Caribe, y un alto porcentaje de comunidad latina y migrante de todas partes del mundo. Esto resulta muy curioso cuando se contrasta con todas las tensiones políticas, las hostilidades, las dinámicas de migración, de frontera, de prohibiciones y en su gran mayoría de violencia. Este proyecto pone sobre la mesa una reflexión sobre qué tan sostenibles son las fronteras de las naciones en el tiempo, en esta sociedad.

¿Qué representan los condones?

A los condones desechados en proceso de descomposición, la tierra les come el látex, quedando al final solo el aro o el anillo de lo que fue un condón usado, que cumplió su labor de separar o de ser barrera entre dos cuerpos compenetrados. Una de las perspectivas que me seduce es que nada que nos separe es sostenible en el tiempo. La historia de la humanidad y la naturaleza como una metáfora nos lo confirma.

¿Cúal es el espíritu que atraviesa Todo está migrando?

Las aves son básicamente el marco narrativo de la historia que quiero contar, aunque esta historia no sea lineal. Cuando digo que “todo está migrando” me refiero metafóricamente a que nuestra manera de vernos a nosotros mismos está migrando, que es siempre cambiante. El contexto, las condiciones, el devenir de los acontecimientos nos están transformando en todo momento. Vivimos en una negociación constante entre mantener una idea sólida de quiénes somos o aceptar una autopercepción en constante movimiento. Para mí, creer que la identidad es algo estático y definitivo no es más que una ilusión. Si hay una identidad es totalmente mutable, cambiante, fluida, dependiente de las condiciones, la cultura, de quiénes y qué nos rodea.

¿Qué puedes compartir de tu propia historia de migración?

Llegué a Nueva York motivado por el arte, por el deseo de conocer y explorar más, de tomar distancia de las cosas que me han construido para poder ver esos puntos ciegos y seguir descubriendo. Nueva York es una ciudad muy viva y estimulante, muchas culturas colapsan aquí y eso la hace muy jugosa, muy inspiradora. Es ese imaginario de todas las personas que la conforman y crean un universo. Eso lo transforma a uno y uno se define a partir de eso. ¿Cómo voy yo ahí?, ¿cómo yo contribuyo y participo?, ¿qué estoy poniendo sobre el telar?.

¿Qué papel juega Barranquilla en todo esto?

Mi conexión con Barranquilla se centra en el Carnaval que para mí es un ejercicio de transformación del ser. Participo y pertenezco a un colectivo llamado La Puntica No Má’, que siempre desfila en La Batalla de Flores y en los últimos años ha ampliado su impacto en la esfera cultural carnavalera con una serie de eventos tanto gozones como académicos. Barranquilla, especialmente en carnavales, es una gran escuela como sociedad. Es muy fácil sentirse orgulloso y dejarse nutrir por todas las ocurrencias, toda esa cadencia del humor, del lenguaje, del cuerpo, ese ritmo que surge en las fiestas y que permite que haya un balance equilibrado entre muchas culturas.

Me has contado que las aves migratorias pasan por el Caribe en época de Carnaval, al igual que tú, que siempre viajas para las fiestas. Incluso en los últimos años te has performado como pájaro.

Todo está conectado. Parte del ciclo migratorio de las aves neotropicales pasa por el Caribe y Suramérica durante el Carnaval, yo dudo que sufran en esa época (risas). Tengo el pálpito de que viven en la divinidad explayados en el universo sensacional que es el goce. Los pájaros son un gran modelo para explorar y, sin duda, ser un pájaro en Carnavales hace parte de esa exploración.