Margarita Garcia

Rodolfo Márquez van Stenis, más conocido como Rudy Márquez, marcó a toda una generación de amantes de la música romántica. Foto: El Estímulo.

A los 81 años se silenció la voz romántica del cantante y compositor venezolano. Había estado hace unas semanas en una presentación en Barranquilla, en donde ofreció el último show de su vida.

En Medellín, la ciudad de la eterna primavera, donde residía desde hacía algunos años, dejó de existir este 9 de octubre a las 11 de la mañana el cantante y compositor venezolano, caraqueño, Rudy Márquez, cuyas canciones nutrieron la banda sonora de los seres románticos que gozaron la niñez y adolescencia en el decenio de los 70.

El próximo 7 de diciembre cumpliría 82 años. Para nada aparentaba esa edad. Parecía de 70; se le veía fuerte, lúcido, con buen sentido del humor, y hacía gala de una gran caballerosidad. Un genuino buena gente.

En Barranquilla ofreció el último show de su vida. Fue la noche del 31 de agosto, en el estadero Motivos Bar, ubicado en la calle 45 B con carrera 21. Festejó el cumpleaños de la gestora cultural Diana Ramos.
El maestro Rudy llegó a su presentación, pasadas las 11 de la noche, impecablemente ataviado con saco y pantalón azules, ornamentados con el rojo carmesí de una elegante corbata. En el bolsillo superior refulgía un diminuto pañuelo escarlata. Calzaba zapatos negros, relucientes.
Transmitía sobriedad y elegancia, propias de todo un gentleman. Arrancó su accionar con ‘Mi razón’, la canción que lo llevó a conquistar el alma de los amantes de la balada diseminados en diversos países de América Latina.

Yo sé que cuando el tiempo haya pasado / tú quizás hayas encontrado / otro amor en la distancia…

‘Mi razón’ era una adaptación al español, que Rudy Márquez había escrito en 1973, basada en la música de ‘My reason’, éxito que impuso originalmente, en inglés, el egipcio-griego Demis Rousos.

Lo que cantó esa noche Rudy Márquez fue pura pulpa: ‘Sombras’, ‘Tú, Ana María’ y las obras supremas del español Manuel Alejandro: ‘No lo puedes negar’, ‘El amar y el querer’, ‘Mis años con ella’, ‘Juro por mi vida’ e ‘Insoportablemente bella’, entre otras piezas que removieron los hilos de la nostalgia con su voz aterciopelada.
Al final, en medio de la avalancha de fotos, acordé con Rudy hablar al día siguiente en el hotel en el que estaba alojado. “Ve después de las 2, por favor. Me siento un poco indispuesto de salud y quiero descansar toda la mañana”, me dijo en presencia de su esposa, Emilia ‘La Nena’ Márquez.

Nos vimos casi a las 3. Me estaba esperando en el lobby del hotel GHL  en compañía de su esposa y su manager, Jamer Restrepo. Conversamos durante 30 minutos. Me confesó que se encontraba un poco indispuesto por unos dolores en el tórax, pero que eso no era impedimento para que dialogáramos.

“Rodolfo Márquez Van Steins es mi nombre de pila, pero yo mismo me puse Rudy, con una sola ‘d’. Soy el tercero de los cuatro hijos procreados por Juan Márquez, nativo de Puerto Cumerebo, zona marina del estado Falcón, y Bertha van Stenis, caraqueña, de ascendencia holandesa”, me informó.

Me dijo que antes de conquistar el corazón de los seguidores de la balada y el romanticismo como solista, había incursionado en diferentes grupos de  rock. El primero de ellos, fundado en 1961, se denominó Los Demonios del rock. Solo tuvo tres meses de vida, pero participó en varios programas de televisión. Luego formó las bandas Rudy y Los Twist Cats y Los Dangers, hasta que en 1963 fundó el conjunto Los Impala, con el que permaneció durante cuatro años y con el que viajó a España.

“Llegamos a Barcelona en 1966 y de ahí nos trasladamos a Madrid, donde fuimos recibidos por la banda Los Botines, cuyo cantante me acogería, se convertiría en gran amigo mío y años más tarde se transformaría en una figura trascendente en el ámbito de la balada. Su nombre: Camilo Blanes. Y fue él quien me presentó a la que sería mi primera esposa”.

Un joven Rudy luce su poderoso afro en la portada del disco de 1974 “Cariñosamente de… Rudy Márquez”.

Hablamos, por supuesto, del compositor que fue fundamental en el fortalecimiento de su repertorio: Manuel Alejandro, nativo de Jerez de la Frontera, España.

“Llegué a él gracias a la canción ‘No lo puedes negar’, que fue facilitada por uno de los productores de la TH. Luego me puse en contacto con Manuel Alejandro y me mandó otro palo de resonancia interminable: ‘El amar y el querer’. En diciembre de 1976 viajé a España con el propósito de negociar canciones para nuestra compañía de discos, y en enero, la TH pidió que invitara a Manuel Alejandro a Caracas, para formalizar el vínculo. Recuerdo que viajamos en un avión de Viasa, empresa venezolana. Solo veníamos cuatro personas, aparte de la tripulación: Mary Carmen, mi primera esposa; Manuel Alejandro y su asistente, y yo. La pasamos tomando champaña”, me dijo Rudy.

Además de su notable trayectoria como cantautor, Rudy sobresalió por ser productor de la disquera Top Hits (TH). Tuvo mucho que ver en las carreras de artistas de la talla de Pecos Kanva, Los Cazadores y Los Tres Tristes Tigres.

Dos días después de la amena entrevista me enteré por su esposa, Emilia, que en la noche del mismo domingo en que conversamos, luego de aterrizar en el Aeropuerto Internacional José María Córdova de Ríonegro, Rudy Márquez debió ser llevado de urgencia al hospital, debido a que presentó fuertes dolores en el tórax.

El cantautor Rudy Márquez y el periodista Fausto Pérez Villarreal, autor de esta nota, conversan en Barranquilla. Fue la última entrevista dada por el artista venezolano. Foto: archivo particular.

‘Mi razón’ era una adaptación al español, que Rudy Márquez había escrito, en 1973, basada en la música de ‘My reason’, éxito que impuso originalmente, en inglés, el egipcio-griego Demis Rousos.

Desde entonces, no dejé de indagar por la salud del maestro. En los días siguientes mantuve contecto, con mensajes de texto y voz, vía WhatsApp, con ‘La Nena’ Márquez.

El último mensaje de ella lo recibí el pasado sábado 5 de octubre: “Gracias por su preocupación, señor Fausto. A veces no puedo atender el celular, vivo las 24 horas del día pendiente de las necesidades de Rudy. Él sigue estable, pero lamentablemente su condición no es favorable. Gracias”. Cuatro días después, sobrevino la muerte del maestro. De acuerdo con la información de los familiares, divulgada a través de los medios de comunicación, falleció “tras librar una dura batalla contra el cáncer”.

Mirando en retrospectiva, llego a la conclusión de que la voz insoportablemente bella de Rudy Márquez, límpida, plena de frescura y pureza, ha estado siempre ahí, acompañándonos, como la sombra fiel reflejada en la arena cuando en las tardes soleadas paseamos por la playa bajo la ardiente caricia del astro rey.

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Fausto Pérez Villarreal

Barranquilla (1965). Comunicador Social-Periodista, profesor de la Universidad Sergio Arboleda sedes Barranquilla y Santa Marta. Dos veces ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. En 2014 fue finalista del Premio Internacional de Puerto Rico, entregado en Madrid.

 

 

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