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James Achilles Kirkpatrick en compañía de su familia completa. Foto: William Darlymple.

Esta es la historia de amor entre el capitán británico James Kirkpatrick y la princesa india Khair un-Nissa, un romance que trascendió las fronteras de la raza y la religión en el siglo XVIII.

La historia de amor que van a escuchar merece un lugar junto a la de Romeo y Julieta, la de Pedro Abelardo y Eloísa, o la de Dido y Eneas. Me refiero al poco conocido pero trágico amor entre el capitán James Achilles Kirkpatrick y la princesa Khair un-Nissa. En 1798, según cartas de la época, el capitán Kirkpatrick sintió que la flecha del famoso arquerito del amor lo atravesaba cuando vio por primera vez a la princesa Khair un-Nissa, cuyo nombre significa ‘la más excelente entre las mujeres’. Como tantos amores prohibidos, el de Kirkpatrick y Khair un-Nissa todavía ejerce perdurable fascinación y compasión. 

En el libro White Mughals: Love & Betrayal in Eighteenth-Century India (2002) (Mogoles blancos: amor y traición en la India del siglo 18; sin traducción al español), ganador del prestigioso Premio Wolfson de historia, William Dalrymple desempolva una historia de amor y de intrigas políticas en la India británica del siglo dieciocho prácticamente inexplorada. Es una obra maestra de narración histórica. El libro es relevante para lectores colombianos porque permite pensar nuestras sociedades multiculturales y raciales más allá de polaridades y dicotomías absolutas. En estos tiempos en que tanto la izquierda como la derecha intentan imponer visiones simplistas, monolíticas y muchas veces equivocadas de la historia, la mirada equilibrada de Dalrymple se abre paso firme hacia el pasado como un cuchillo afilado que corta un glaciar. 

¿Cómo fue la relación entre británicos y los pobladores de varios reinos e imperios de la India en la primera etapa del imperialismo británico? ¿Acaso fue una relación de completa oposición e inconmensurabilidad cultural? ¿Se impuso siempre la visión civilizadora y cristiana?

 

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Portada del libro White Mughals: Love & Betrayal in Eighteenth-Century India

Dalrymple descubre en su libro cosas extraordinarias sobre las vidas de estos soldados y comerciantes que desembarcaron cada vez más numerosos en la India luego de la conquista de Bengal en 1757. El general Stuart, uno de los precursores de otros excéntricos imperialistas británicos que vendrían después de él, viajaba con su bibi (esposa india), era amante de los vestidos de las mujeres, se había convertido al hinduismo, no comía carne, y se bañaba todas las mañanas en el Ganges cuando despuntaba el alba. Sus nuevas costumbres le valieron el apodo de Hindoo Stuart, así como la estudiosa curiosidad de otros hombres de la Compañía. 

‘El general es un pez extraño,’ recordó William Gardner, un británico no menos excéntrico que se había convertido al Islam. ‘Me escribió que lo acompañara a Chukla Ghat, allí donde los hindúes se bañan–¡particularmente las mujeres! (…) ¡Saluda a cada hindú con Jey Sittaramjee [gloria a Sita y Rama]!’

De este modo, Dalrymple revela unas relaciones más complejas entre colonizados y colonizadores, entre blancos y gente de tez oscura, entre cristianos y musulmanes. Sus descubrimientos a veces no encajan del todo en las teorías raciales del siglo diecinueve o en las premisas dicotómicas del ‘wokismo’ contemporáneo. Un gran número de británicos se arropaban en lujosas sedas de Ahmedabad, se perdían en los laberintos del Corán y, a la luz de las velas, se iban quedando ciegos mientras recorrían las aventuras de Arjuna y el Señor Krishna en las páginas del Bhagavad Gita. Incluso el Gobernador de Bengal Warren Hastings fue un notable aficionado a los tratados de las religiones védicas. 

El romance entre Kirkpatrick y Khair-un-Nissa fue un escándalo de proporciones imperiales que cruzó los límites religiosos, políticos y raciales de la época. En comparación, la historia de Romeo y Julieta parece provinciana.

La historia de amor entre el capitán James Kirkpatrick y la princesa Khair-un-Nissa no fue entonces única. Y si fue única y delicada fue porque arrojó los intereses británicos en una compleja telaraña, en cuyo centro, el ministro Aristu Jah urdía una trama en la que los ingleses caían presos de las cortesanas persas y las intrigas en los reinos de la India. 

El romance entre Kirkpatrick y Khair-un-Nissa fue un escándalo de proporciones imperiales que cruzó los límites religiosos, políticos y raciales de la época. En comparación, la historia de Romeo y Julieta parece provinciana. El linaje de Khair-un-Nissa se remontaba al Profeta mismo. Toda su familia se había casado y reproducido de forma endogámica. El amorío puso también en riesgo los intereses británicos en la India. Ambas partes incitaron tanto a Kirkpatrick, un experto en conocimientos persas, como a Khair-un-Nissa, una experta en el arte de la seducción, a apagar el fuego de la pasión. No fue fácil. Cuando todo parecía superado, Khair-un-Nissa quedó embarazada… 

Lo que siguió fue la conversión de Kirkpatrick al Islam, el matrimonio a pesar de una amplia oposición, y el trabajo del irlandés como doble agente, incluso en contra de sus empleadores, la Compañía británica del Este de la India. 

A través de la historia de amor de Khair-un-Nissa y Kirkpatrick, Dalrymple ofrece una nueva mirada no solamente sobre la India británica sino también sobre la forma en que podemos concebir las relaciones interculturales y raciales a lo largo del pasado. No diré una sola palabra más sobre esta historia de amor, no sea que entregue una clave aquí y allá y, entonces, como dijo Alfonso Reyes, me pase como a esas personas maleducadas que se la pasan ahuyentando toda las sorpresas gustosas de la vida.

 

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Luis Gabriel Galán Guerrero

Doctor en historia de la Universidad de Oxford, St. Anne’s College.