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“Las mujeres más bellas del mundo son hombres”, obra de Gustavo Turizo.

En el mes del orgullo gay, cinco artistas queer del Caribe colombiano que redefinieron los límites entre el arte y el dilema.

Mucho antes de que se hablara de manifestaciones queer o LGBTQI+, artistas del Caribe colombiano como Celso Castro Daza, Fernando Castillejo, Álvaro Barrios, Gustavo Turizo, Alfonso Suarez, o La Loba (Víctor Ladrón de Guevara),  ya trabajaban el concepto homoerótico y de género desde trincheras personales, en tiempos donde el tema de las sexualidades diversas no era tan bien visto. 

Actualmente, nuevos artistas como Rubén Barrios nadan libremente en propuestas que tratan abiertamente temáticas como el travestismo, el teatro queer o la fotografía. 

La siguiente es una pequeña muestra de artistas costeños que en este mes de la diversidad nos enorgullecen con sus valientes obras.

El fallecido artista barranquillero Gustavo Turizo.

Gustavo Turizo

Dos icónicas obras de Turizo aún son recordadas en el mundo del arte contemporáneo colombiano: Las mujeres más bellas del mundo son hombres y Marica el último. La primera es un homenaje a los grandes transformistas de finales de los años ochenta y la década del noventa: dos enormes travestis elaboradas en un retablo se levantaron majestuosas en museos nacionales y europeos. Una referencia a estrellas de la época como La Loba, La Pato, La John Pantoja, entre otras starlettes que amenizaron el cabaret trans de aquellas lejanas y perdidas noches. En Marica el último, Turizo levantó una delicada instalación con un centenar de polveras que encontró en un pulguero del mercado público de Barranquilla. Polvos compactos de la marca Bosques de Niza fueron intervenidos por el artista. Al abrirlas, el asistente ya no encontraría bajo las afelpadas bellotas el mágico polvo de cara, si no una pequeña y vistosa pieza de arte: una serie de hombres barbudos ataviados en prendas femeninas y maquillaje sutil. Gustavo Turizo es recordado por una horda de artistas que ven en él a un pequeño provocador que de vivir aún seguiría decorando el mundo con su furiosa pintura.

Sin título, 2001. Obra del artista valduparense Celso Castro Daza.

Celso Castro Daza

A mediados de 1995 un pequeño escándalo sacudió a Valledupar. Debido al fallo de una tutela, 15 obras (de un total de 30) del artista plástico Celso Castro Daza, fueron descolgadas de la sala del Instituto de Cultura y Turismo de esa ciudad. Su entonces director, Tomás Darío Gutiérrez, y  Mauricio Pimiento Barrera, exgobernador del Cesar, argumentaban que se trataba de una obra pornográfica que atentaba contra la ética y las buenas costumbres del pueblo vallenato. Los 15 cuadros de la muestra fotográfica censurados mostraban desnudos masculinos y algunos de ellos exhibían erecciones que en palabras de los mencionados estaban más cerca de una película porno que del verdadero arte. 

El artista fue muy claro en afirmar que lo último que deseaba era hacer escándalos con su propuesta: “El desnudo es un espejo. Y con mostrar a un hombre desnudo no estoy llevando la bandera del homosexualismo. Para nadie es un secreto que hay crisis en la sociedad machista”, dijo por entonces Castro quien finalmente terminó exhibiendo su obra en inmediaciones de la plaza Alfonso López, muy cerca al monumento  La revolución en marcha de Arenas Betancourt.

“La Julieth Pantoja”: Víctor Ladrón de Guevara, conocida también como La Loba, una de las leyendas del Carnaval Gay, artista, estilista y poeta, actuando en el concurso Modelo Gay en 1991.

La Loba

Poeta y performer, La Loba es una leyenda del show travesti de la escena costeña. Quizás el último eslabón de un arte escénico que cada día resulta más baladí  y sin exponentes. Sus performances se remontan a la década de los noventa. Fue una renovadora de la fono mímica travesti y su histrionismo resultaba épico para quienes pudieron asistir a sus memorables shows de doblete en bares ya inexistentes como Troya o Baco. Hay quienes recuerdan sus presentaciones con ardor: “Yo la vi bailar dentro de un círculo de fuego”, “Saltaba entaconada por todas las mesas del bar”, recuerdan algunos sobrevivientes de antaño acerca de los ires y venires de esta Loba que todavía hoy tiene bríos para aullar. Hace poco formó parte de “La noche de las luciérnagas”, un espacio de teatro cabaret que se celebra cada año en Bogotá. 

“Aunque todo acto es político, nunca he tenido intención política con mi personaje o alter ego. Ella misma es políticamente incorrecta. Vestirme de mujer ha sido mi trinchera. Mi frente de batalla. Mi activismo está en el escenario y mi mérito activista habita el imaginario de la ciudad”, aúlla la performer.

Vestirme de mujer ha sido mi trinchera. Mi frente de batalla. Mi activismo está en el escenario y mi mérito activista habita el imaginario de la ciudad”, aúlla La Loba.

“Alta tensión”, obra de  Fernando Castillejo.

La artista plástica Maria Isabel Rueda con Fernando Castillejo.

Fernando Castillejo

Los dibujos homoeróticos de Fernando Castillejo son alto voltaje. Alguna vez alguien dijo que a sus “negros” lo único que les hacía falta era sudar el lienzo. Maestro de Bellas Artes, el artista barranquillero ha hecho del cuerpo masculino su territorio. El hombre afro habita sus cuadros. Hombres de periferias y ciudades de canícula que respiran sexo y también un poco de inocencia. En estos dibujos el deseo es el combustible y el contacto de los cuerpos o la pupila del observador el detonante para que exploten y quemen lo primero que encuentren a su paso. Es una obra romántica popular que se ha hecho lugar entre los amantes del arte nacional. 

“Desde los primeros dibujos en mi proceso artístico se ha revelado el particular interés por la figura humana masculina. La belleza soterrada del hombre popular caribeño, fruto del mestizaje, siempre me ha provocado una fascinación profunda”, afirma el artista.

“Ballbusting / Patea con las dos”, obra de Ruben Barrios. 

Rubén Barrios 

Este joven artista representa la nueva sangre del arte más iconoclasta y explicito que deja nada la imaginación. Artista visual e interdisciplinar de la ciudad de Barranquilla, su proyecto artístico se enfoca en los estudios de género y queer a partir del análisis de las cargas simbólicas y las construcciones sociales y culturales con las cuales se asocian a los objetos cotidianos y sus relaciones con la corporalidad del individuo.

“En mis proyectos el cuerpo se propone como una extensión y una serie de metáforas en torno a aquellos elementos cotidianos categorizados como femeninos o masculinos que contribuyen a la construcción de la corporalidad absoluta”, anota el joven artista.

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John Better

Poeta y escritor barranquillero autor, entre otros, de los libros China White (2006), Locas de Felicidad (2009) y las novelas A la caz(s)a del Chico Espantapájaros (2016) y Limbo (2020).