El espacio que hoy ocupa el llamado Canal del Dique fue primero mar, después desembocadura del río Magdalena y después un canal. En toda esta evolución, el mar ha estado en diferentes niveles.

Se conoce que, desde hace unos 5.500 años, la región está habitada. Los hallazgos en el complejo cultural en Puerto Hormiga (5.400 Antes del presente) y Monsu (5.350 Antes del presente), definieron que la cerámica encontrada corresponde a la más antigua de América (G. Reichel-Dolmatoff, 1965). De los estudios del arqueólogo Carlos Angulo Valdez (1978), se identificaron hallazgos culturales con una edad aproximada de 4.100 Antes del presente en Rotinet, al borde del embalse de El Guajaro (J. Villalón, 2016). Además, de una prospección aerofotográfica se identificaron 105 señales como factibles sitios arqueológicos, varios de estos fueron sepultados con los dragados de rectificación del Canal entre 1982 y 1984 (G. Macchi, 2001).

Más recientemente, teniendo en cuenta la existencia del complejo cenagoso, como remanente de una antigua desembocadura del río Magdalena, en 1650 se realizaron durante 7 meses trabajos de limpieza y conexión entre el río Magdalena y la ciénaga La Matuna (J. Mogollón, 2001), que es lo que hoy se conoce como Canal del Dique. Para acceder a Cartagena, había un tramo por tierra en la ruta Gambote-Arjona-Turbaco (G. Bell, 1989). Entre 1844 y 1984 se hicieron rectificaciones en el Canal. Con la realizada entre 1950 y 1952 se conectó con la bahía de Cartagena y con la de 1984 se amplió el caudal de 360m3/s a 550m3/s. El Canal fue reemplazado como medio de transporte entre 1894 y 1950 por el ferrocarril entre Cartagena y el río Magdalena en Calamar (E. Lemaitre, 1995)

Después de 1950 se consolidó la construcción de carreteras entre la costa y el interior del país. Para J.V. Mogollón, la lucha de Cartagena durante 300 años finalmente se consiguió en 1952, cuando ya era tarde, porque el transporte fluvial perdió competitividad con las carreteras. En 1957 se inauguró la refinería de Ecopetrol en Mamonal, y se inició por el Canal el transporte de combustibles entre Barrancabermeja y Cartagena, y desde 1984 el de carbón.

Los cursos de agua con su variación estacional de niveles y caudales en contacto con el mar, tienen una función ecológica importante para el sustento de los bosques, ciénagas y la fauna asociada que beneficia a los pobladores. El sistema actual presenta baja producción agrícola y de la pesca, retroceso de las ciénagas y sedimentación de sus caños de conexión, deforestación y degradación de muchos hábitats naturales, pero persisten especies importantes de alto valor ecológico, como las aves migratorias. En 2002 se creó en el tramo final del Canal el Santuario de Flora y Fauna El Corchal “El Mono Hernández” de 1.961 hectáreas, donde se protegen cinco especies de mangle y de bosque pantanoso de corcho, con su fauna asociada.

Del sistema se abastecen de agua el acueducto y la industria de Cartagena y varias poblaciones de Atlántico y Bolívar, así como las fincas agrícolas, ganaderas y piscícolas. También tienen dependencia los Distritos de Riego del Sur del Atlántico y Repelón (1970) y el de María La Baja (1962) y las camaroneras próximas a la bahía de Barbacoas.

A continuación se hace una relación de los problemas por sedimentación e inundación que se han presentado y que corresponden a las soluciones que se desean implementar.

 

El sistema actual presenta baja producción agrícola y de la pesca, retroceso de las ciénagas y sedimentación de sus caños de conexión, deforestación y degradación de muchos hábitats naturales, pero persisten especies importantes de alto valor ecológico, como las aves migratorias.

En noviembre de 1984 y noviembre de 2010 ocurrió la rotura del dique-carretera de la margen derecha del Canal, que causaron inundaciones en el Sur del Atlántico en un área de 40.000 hectáreas donde habitan 100.000 personas.

Por la sedimentación que aporta el Canal hacia las bahías de Cartagena y Barbacoas y al Parque Corales del Rosario, el Ministerio del Medio Ambiente emitió la Resolución 260 del 31 de marzo de 1997. En cumplimiento de esta, se realizaron varios estudios desde 1999 y a raíz de la inundación catastrófica ocurrida en 2010 – 2011 en el Sur del Atlántico, se inició en 2013 el proyecto de restauración y control de inundaciones, liderado por el Fondo Adaptación, que se resume a continuación:

  • Se diseñaron y ejecutaron las obras preventivas a mediano plazo para el control de inundaciones en el departamento del Atlántico.
  • Se diseñaron las obras a largo plazo (Fase III) relacionadas con el Macroproyecto del Canal del Dique, para un caudal medio de 260 m3/s, que consta de la estructura de regulación de caudales, esclusa para la navegación y pasaje de peces en Calamar; esclusa para la navegación en Puerto Badel; restauración del complejo de ciénagas a través de las conexiones Canal-ciénagas y ciénaga-ciénaga para aumentar el intercambio de agua y garantizar la migración de peces. Cuentan con aprobación ANLA (Resolución 00832 del 5 junio 2018).
  • Con la solución planteada esperan obtener la eliminación de los caudales y aportes de sedimentos hacia las bahías de Cartagena y Barbacoas y evitar la intrusión de la cuña salina. También se beneficiara el Parque Corales del Rosario.
  • Actualmente, ANI, Cormagdalena y Fondo Adaptación están realizando la estructuración jurídica, financiera y de riesgos, de una APP, para la construcción y operación durante 10 años.

El Macroproyecto no contempló el embalse de El Guajaro (1965). Se hace necesario que la CRA realice el protocolo para la operación de las compuertas, con respecto a la estructura de regulación de caudales que se instalará en Calamar.

Finalmente, el Sistema del río Magdalena en su último tramo lo componen el Canal del Dique y el complejo de ciénagas Grande de Santa Marta – Pajaral con todos los caños que se derivan por la margen derecha del río. Por los manejos que se realizan río arriba está afectado por la contaminación (minería del oro, aguas servidas, fertilizantes, basuras), y como las obras contra inundaciones construidas próximas a sus orillas no respetan la libertad fluvial, durante las crecientes se presenta la concentración de los caudales e indeseados incrementos de los niveles.

Por lo anterior se debe entender que con o sin el Macroproyecto del Canal del Dique se debe garantizar que la Vía de la Prosperidad del Magdalena cuente con cruces por todos los caños para evacuar parte de las crecientes por la margen derecha del río, para evitar que se causen problemas en Barranquilla y, además, para que contribuyan a la recuperación ecológica con agua-sedimentos, del denominado Delta Reciente del Magdalena.

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Manuel Alvarado Ortega

Ingeniero Civil con experiencia, académica y en investigación nacional e internacional en proyectos de hidráulica de ríos y costas por más de 45 años. Entre otros, ha sido el editor de tres libros sobre el Canal del Dique. Actualmente es consultor.