Alcaldes y gobernadores del Caribe colombiano protestaron en 2024 por los altos costos del servicio de energía en la región. Foto: Diario del Norte.
En el Caribe colombiano, cualquier empresa de energía, ya sea pública o privada, va a prestar el servicio a una de las poblaciones más pobres del país. El 54 % de los costeños vive en condiciones de pobreza, frente al promedio nacional del 37 %.
La región Caribe lleva varias décadas con problemas en el servicio de energía eléctrica. Han existido distintos modelos para la prestación de este servicio, desde compañías públicas hasta privadas. A pesar de los distintos esquemas, no ha sido posible lograr un servicio regional de energía eléctrica confiable y eficiente. Una posible razón es que las soluciones planteadas no reconocen las condiciones del mercado regional.
Cualquier empresa, ya sea pública o privada, va a prestar el servicio a una de las poblaciones más pobres del país. En promedio, un costeño produce cerca del 70 % de un colombiano promedio. En Córdoba, Magdalena y Sucre ese indicador es el 50 % del promedio nacional. Eso se refleja en un alto porcentaje de población viviendo en condiciones de pobreza monetaria: 54% frente al promedio nacional del 37 % en 2022.
Lo anterior implica que el Caribe tiene una gran proporción de habitantes en los estratos 1 y 2, los cuales tienen las tarifas de los servicios públicos subsidiadas. En la energía eléctrica, este grupo representa cerca del 80% de los usuarios residenciales en el Caribe frente al 65% en el agregado nacional. En Córdoba, La Guajira y Sucre, los estratos 1 y 2 son más del 90 % de los usuarios residenciales.
En cuanto al consumo, en el Caribe los usuarios no residenciales (empresas privadas y entidades públicas) tienen una participación menor. Mientras que en Antioquia, Bogotá y Valle estos usuarios representan cerca del 50 % del consumo total de energía, en Cesar, Córdoba, La Guajira y Magdalena ronda en el 30 %. Por su parte, el consumo de energía en los estratos 1 y 2 en esos departamentos es más del 50 % del consumo total, frente al 22 % en Antioquia, 19 % en Bogotá y 24 % en Valle.
Otro inconveniente en el mercado de energía del Caribe son los problemas de pago. La facturación con atrasos en su cancelación es cercana al 20 % en las empresas que prestan el servicio en la región, mientras que en otras ese indicador no supera el 10 %.
Estas características hacen que las empresas en el Caribe sean más dependientes de los subsidios que entrega el Gobierno. Parte de los subsidios se cubre con las mayores tarifas que pagan los usuarios de estratos 5 y 6 y los no residenciales, y el resto debe ser transferido por el Gobierno Nacional. En la Costa Caribe el porcentaje de subsidios provenientes del Gobierno supera el 65 % y en otras regiones del interior del país son menores al 40 %.
Otro inconveniente en el mercado de energía del Caribe son los problemas de pago. La facturación con atrasos en su cancelación es cercana al 20 % en las empresas que prestan el servicio en la región, mientras que en otras ese indicador no supera el 10 %. A esto se le suman las pérdidas comerciales, las cuales rondan en el 30 % en el Caribe y en el interior del país pueden estar en 10 %. Reconocer esta realidad del mercado de la energía eléctrica en el Caribe es fundamental para la definición del esquema de prestación que se quiera establecer. Para cualquier compañía, pública o privada, operar en condiciones óptimas requerirá un esfuerzo financiero importante.
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Jaime Bonet
Economista de la Universidad de los Andes con una maestría en Economía y un doctorado en Planeación Regional de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Desde 2013 se desempeña como gerente de la sucursal de Cartagena del Banco de la República, en donde ejerce como director del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER).