El Camellón de los Mártires y al fondo la Torre del Reloj, símbolos de la riqueza histórica y arquitectónica de Cartagena. Foto: archivo particular.
En Cartagena, el Camellón de los Mártires fue construido como un lugar sagrado. Todos los cartageneros tienen un antepasado que murió o huyó del fatídico Sitio de 1815. Una oportunidad para generar vínculos con un símbolo de la ciudad.
La Torre del Reloj es el nuevo símbolo con el que identificamos a Cartagena. Años atrás, por mucho tiempo, fue la garita. Con la garita Cartagena podía confundirse con San Juan de Puerto Rico, pero hoy, con la Torre del Reloj, es inigualable. No existe una torre igual o parecida, republicana, construida sobre una muralla colonial.
La Torre del Reloj es una puerta que abre un espacio urbano muy especial en nuestro centro amurallado. Actualmente este espacio ha cobrado mucho interés y se está usando como escenario para diversas actividades. En especial el Camellón de los Mártires. Este interés es una oportunidad para que los cartageneros y habitantes generemos un vínculo con este patrimonio al conocer su historia, la razón por la cual se construyó, lo que representaba, su significado original, y así también podamos darle uno nuevo, contemporáneo. Que al usarlo le demos contenido al escenario y así integremos el valor patrimonial a las actividades actuales.
Cuando el artista cartagenero Luis Felipe Jaspe terminó de construir cada una de las piezas que conforman este espacio, comenzó a utilizarse como sitio de encuentro social, de reuniones; allí, al final de la tarde, los habitantes caminaban para disfrutar la brisa marina. Hace 100 años estos usos le merecieron el sobre nombre de ‘La Sala de Cartagena’. Estaba conformado por el Mercado Municipal (1904 – hoy Centro de Convenciones), el Camellón de los Mártires (1886), el Parque Centenario (1911) y la Torre del Reloj (1888). El centro de gravedad de la ciudad amurallada que antes estaba en la Plaza Mayor (hoy Parque de Bolívar) se movió al Camellón, y se facilitó una integración espacial y social entre los barrios del Centro, Getsemaní y la Bahía.
Cuando el artista cartagenero Luis Felipe Jaspe terminó de construir cada una de las piezas que conforman este espacio, comenzó a utilizarse como sitio de encuentro social, de reuniones; allí, al final de la tarde, los habitantes caminaban para disfrutar la brisa marina.
El Camellón de los Mártires fue construido como un lugar sagrado. Diría que todos los cartageneros tenemos un antepasado que murió o huyó del fatídico Sitio de 1815. El apodo de ‘La Heroica’ viene de ese acontecimiento. Para recordar a todos los patriotas se construyó el Camellón. Son 10 bustos de los 9 fusilados por Pablo Morillo el 24 de febrero de 1816, pero representan a los cientos de mártires que en diversas circunstancias fueron sacrificados.
También esta ‘la Noli’, que simboliza el papel de la mujer en la lucha independentista y personifica la libertad. Noli me tangere: no me toques. Hoy este monumento esta más vigente que nunca: las mujeres y la libertad no se pueden tocar.
Integrar este patrimonio y su significado a los eventos que ahí realizamos es una oportunidad para promover su cuidado, fortalecer la ciudadanía y mejorar la marca del centro histórico como destino turístico con contenido cultural. Cartagena es una ciudad rica en arte y arquitectura y sus autores fueron cartageneros como Jaspe, Caballero, Acosta y tantos otros artistas y maestros artesanos. Vale la pena difundir esta historia, generar un vínculo emocional con el recinto amurallado y ampliar el orgullo de ciudad.
También la historia nos permite generar contenido para quienes visitan la ciudad y quieren entender de qué se trata la belleza que admiran en calles y plazas, darle significado y contenido al lindo escenario que contemplan. El Ipcc lanzó una iniciativa que apunta en este sentido, vale la pena apoyarla y ampliar su impacto a los eventos que se realizan en los espacios patrimoniales. Contemos que fueron hechos por cartageneros, porque somos talentosos protagonistas, y nuestro actual símbolo, la Torre del Reloj, es la mejor muestra de esto.
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Juan Carlos Lecompte
Arquitecto. Director fundación La Cartagena de Jaspe.