michael-shifter

Foto: Fernando Triviño.

Por habitante, la deuda de la ciudad pasó de $733.207 en 2017 a $2.078.337 en 2021, casi triplicándose en un lapso de cuatro años. ¿Tiempo de mesura en el gasto público de la capital del Atlántico?

Barranquilla tiene en los últimos años el gasto total por habitante más alto entre las principales ciudades del país. Por su parte, los ingresos totales por habitante, aunque han mostrado un buen desempeño, muestran un crecimiento inferior al registrado en los gastos. El déficit que ocasionan los mayores gastos frente a los ingresos es financiado con deuda y surge la inquietud sobre su sostenibilidad.

En el periodo 2017-2021, los ingresos totales del distrito de Barranquilla crecieron a una tasa promedio anual real del 1.8 %, mientras que los gastos totales lo hicieron al 5.8 %. El grueso del gasto se fue principalmente a inversión, que registró un crecimiento promedio anual real del 6.0 %, frente al gasto de funcionamiento que lo hizo al 4.8 %. 

El mayor dinamismo del gasto en relación con los ingresos llevó a que Barranquilla presentara un desbalance fiscal en los últimos años. El déficit fiscal barranquillero por habitante pasó de $265.905 pesos en 2017 a $699.253 en 2021 (estos valores a precios de 2021). En este último año, el déficit fiscal por habitante en Barranquilla duplicó al promedio observado en Bogotá, Cali y Medellín. 

El desbalance fiscal se ha financiado principalmente con un mayor endeudamiento. En pesos de 2021 y por habitante, la deuda de Barranquilla pasó de $733.207 en 2017 a $2.078.337 en 2021, casi triplicándose en un lapso de cuatro años.  Este valor era, en 2021, tres veces mayor al promedio alcanzado en las tres ciudades antes mencionadas. En ese último año, la deuda total pasó de 1.7 a 2.7  billones de pesos, según datos de la Contraloría General de la República. 

Endeudarse no es malo en sí mismo, ya que es una de las herramientas que tienen los gobiernos para financiar sus inversiones. Sin embargo, existe siempre la necesidad de garantizar la sostenibilidad. Por ejemplo, la regla fiscal para gobiernos locales establece que la deuda no debe superar el 100 % de los ingresos corrientes anuales. En los últimos años, la deuda barranquillera ha superado este límite. El endeudamiento como porcentaje de los ingresos corrientes pasó del 65 % en 2017 al 189 % en 2021. 

En ese último año, la deuda total de Barranquilla pasó de 1.7 a 2.7 billones de pesos, según datos de la Contraloría General de la República. 

Esta situación ha sido posible porque, para afrontar la pandemia, el Gobierno Nacional expidió Ley 2155 de 2021, que permite a los entes territoriales tener una deuda por encima del 100 %, siempre y cuando cuenten como mínimo con la segunda más alta calificación de riesgo para créditos internos y autorización del Ministerio de Hacienda para crédito externo. Esta medida es transitoria hasta 2023. 

La situación anteriormente descrita sugiere que Barranquilla requerirá un ajuste en el mediano plazo para reducir el déficit fiscal y evitar la insostenibilidad de la deuda. Ello implicará una reducción del gasto y/o buscar alternativas de mayores ingresos.  

Querido lector: la experiencia de disfrutar de nuestros contenidos es gratuita, libre de publicidad y cookies. Apoya nuestro periodismo compartiendo nuestros artículos en redes sociales y ayúdanos a que Contexto llegue a más personas.

Jaime Bonet

Economista de la Universidad de los Andes con una maestría en Economía y un doctorado en Planeación Regional de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Desde 2013 se desempeña como gerente de la sucursal de Cartagena del Banco de la República, en donde ejerce como director del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER).