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Foto: Eliott Reyna. Unsplash.

Para acabar con la deserción escolar y mejorar la calidad de la educación en el país es necesario implantar mejores planes de enseñanza de lectura en los primeros años de escolarización.

La educación en Colombia está en crisis. En la región Caribe la calidad de educación es baja en comparación con el resto del país, según las Pruebas Saber (ICFES), que evalúan el desempeño general alcanzado por los estudiantes del país según sus competencias. 

El Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE, 2019) de la UNESCO muestra que uno de cada tres niños en la educación primaria en Colombia no sabe leer. Precisamente algunos pensamos que el principal problema reside precisamente en que los estudiantes no aprenden a leer en el momento adecuado. Este es el elefante en el salón.

Un rendimiento bajo en lectura significa, a corto plazo, habilidades básicas bajas al finalizar los ciclos educativos; a largo plazo, ingresos inadecuados y baja calidad de vida. Lamentablemente, a pesar de que año tras año estos hallazgos de las Pruebas Saber son corroborados, se hace poco para corregir este grave problema recurrente. En los planes de desarrollo educativos se habla de mejorar la calidad de la educación, pero no se menciona el problema de la baja lectura, la principal razón de la baja calidad educativa.

Además de las condiciones socioeconómicas, existen muchas razones por las que la capacidad de lectura es baja en los primeros grados, entre ellas: retrasos en el desarrollo infantil inicial, a menudo debido a la poca inversión en la educación de la primera infancia; el tiempo de instrucción es mínimo, los años académicos son cortos y pocos días escolares disminuidos por los días perdidos por huelgas y otros asuntos administrativos; la práctica es limitada, los planes de estudios son ambiciosos y no permiten profundizar; se utiliza una pedagogía inadecuada, los maestros no están capacitados correctamente para enseñar a leer; y por último, la falta de materiales didácticos efectivos, muchos libros de texto utilizados para enseñar a leer son inadecuados .

Estos factores inciden en que sea común ver a estudiantes de tercer grado que no pueden procesar un volumen aceptable de texto y, por lo tanto, no pueden comprender el texto utilizado en la instrucción, y este hallazgo se repite al final de la primaria e inclusive del bachillerato. Recordemos que, según las Pruebas Saber, el desempeño de bachilleres, en particular de colegios oficiales, es deficiente. Más de la mitad de los alumnos solo pueden hacer una lectura literal, con dificultades para tomar juicios propios con base en lo leído.

Si el desempeño de los estudiantes se evaluara más temprano y los resultados de la evaluación se usarán para identificar problemas y formas de corregirlos, los estudiantes tendrían la oportunidad de mejorar sus habilidades de lectura. De esta manera, sus resultados de aprendizaje al final de la escuela primaria y secundaria serían mejores y, eventualmente, los resultados del mercado laboral también serían mejores.

Una solución que se ha demostrado efectiva en resolver el problema en varias regiones del mundo de acuerdo con evidencia robusta medida por evaluaciones de impacto usando ensayos controlados aleatorios, sería entrenar bien a los profesores. El argumento que lo justifica es simple: la lectura en los primeros grados afecta fuertemente la eficiencia de todo el sistema educativo. 

Las habilidades de lectura en los primeros grados aumentan la probabilidad de que los estudiantes permanezcan en el sistema y aprendan. A largo plazo, esto tiene implicaciones significativas para la productividad individual en el mercado laboral.

Gran parte de la repetición de grado y la deserción que observamos podrían evitarse si los estudiantes pudieran leer a la velocidad requerida desde el principio. Se podrían ahorrar recursos económicos cada año si se implementaran métodos correctos de enseñanza de la lectura. Las habilidades de lectura en los primeros grados también aumentan la probabilidad de que los estudiantes permanezcan en el sistema y aprendan. A largo plazo, esto tiene implicaciones significativas para la productividad individual en el mercado laboral. Este es un problema que afecta a la mayoría de los estudiantes, pero particularmente a los de familias de ingresos medios-bajos y bajos.

Se ha desarrollado un instrumento llamado Evaluación de Lectura Temprana, EGRA por su nombre en inglés (Early Grade Reading Assessment) para implementar este enfoque. Incluye actividades para desarrollar habilidades de lectoescritura (lectoescritura emergente, decodificación y confirmación y fluidez) y tareas que cubren conciencia fonémica, segmentación de fonemas, vocabulario oral, comprensión auditiva, identificación de letras (nombres y sonidos), denominación de sílabas, lectura de palabras sin sentido, lectura de palabras familiares y fluidez de lectura oral con comprensión.

Como lo mencioné, este enfoque ya está respaldado por evidencia sólida sobre sus beneficios. En varios países del mundo, incluidos, Kenia, Yemen, Camboya y Perú, el número de estudiantes analfabetos se redujo. En el caso del Perú rural, los estudiantes de las escuelas Polaris mejoraron su comprensión lectora en un 50 % en menos de seis meses. En el caso colombiano, la Fundación Luker ha venido implementando el modelo Aprendamos Todos a Leer con resultados exitosos en varias regiones de Colombia donde en el proyecto piloto los estudiantes intervenidos con el modelo tuvieron un rendimiento 38 % mayor que el de los estudiantes no intervenidos. Este modelo recibió el Premio WISE (World Innovation Summit for Education) en 2021.

El Ministerio de Educación Nacional en Colombia ha comenzado a apoyar el modelo en algunas regiones del país. Considero que en el resto de la Región Caribe, las autoridades deberían prestar más atención a este tema como se está haciendo en Barranquilla y aprender de estas experiencias exitosas. Es realmente preocupante ver que, año tras año, un número significativo de niños están literalmente perdiendo el tiempo yendo a la escuela y no aprendiendo a leer. ¿No es hora de comenzar a identificar quién es responsable?

 

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Eduardo Vélez Bustillo

Profesor Visitante en Peking University, en China, y en Kobe University, en Japón.