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La poeta y escritora barranquillera Lauren Mendinueta retratada por el fotógrafo argentino Daniel Mordzinski.

Desde Portugal, un diálogo con la laureada escritora barranquillera en la entrevista casi instantánea de Contexto.

Como ávido lector de poesía me atrevo a decir que la escritora barranquillera Lauren Mendinueta es, junto a Meira Delmar, una voz mayor dentro la poética de nuestro Caribe y el resto del país. Mendinueta vive de y para la literatura, al mejor estilo de las grandes escritoras y escritores clásicos. Su poesía, al igual que ella, es bella, exquisita, profunda, filosófica y contundente. Hace más de dos décadas vive en Europa, donde su estilo ha madurado al punto que es considerada por la crítica como una de las voces más notables de la poesía contemporánea en lengua española.

Actualmente Lauren vive en Lisboa junto a su compañero y su hijo menor, y es noticia porque en Colombia editorial Sílaba acaba de publicar su poemario Una visita al museo de historia natural y otros poemas, un recorrido por la vida misma en el que la autora, como ya nos tiene acostumbrados, indaga al universo, a Dios, y al hombre, sobre lo que fuimos, lo que somos y lo que nos espera.

John Better: ¿Qué hora es en Lisboa y qué ocurre en estos momentos a tu alrededor?

Lauren Mendinueta: Son las 2:31 p.m. Mientras hablo contigo mi compañero toca en el piano un blues.

J.B.: Elige un verso de un poeta portugués y léelo.

L.M.: Es un verso de Maria Teresa Horta…

A noite desencontrou-me.

Sé que el verbo desencontrar no existe en español, pero yo lo traduciría literalmente así: La noche me desencontró.

¿Qué nos dice la autora?

No lo sé. Tal vez quiso decir que a veces estamos tan solos y solas, que hasta la noche huye de nosotros.

Llevas gran parte de tu vida escribiendo poesía, ¿ya encontraste la respuesta al porqué lo haces?

Escribo poesía para acostumbrarme a vivir. No tengo ninguna duda de ello.

De Inventario de ciudad, tu primer libro, al más reciente, Una visita al museo de historia natural, ¿qué nos has contado?

La historia de una niña que se perdió en la espesura del bosque y encontró al lobo malo. El cuento habría terminado en tragedia si la niña no se hubiese salvado a sí misma con la poesía.

Inventario de ciudad tiene un prólogo escrito por el gran poeta Álvaro Mutis. ¿Cómo sientes esas palabras hoy en día?

Hay algo que me emociona aún más que ese prólogo. En 2013, antes de que Mutis muriera, lo llamé por teléfono y le pedí autorización para preparar la primera antología de su poesía en portugués. Titulé esa antología Los versos del navegante. Mientras escribía el prólogo para esa edición sentía que la vida me había dado el privilegio inigualable de homenajear a mi maestro en vida. De hecho tuve ese privilegio dos veces, la primera para el libro portugués del que hablo, y luego para la edición turca de la misma antología.

Hace poco apareció un articulo periodístico en donde se te reconocía como una de las poetas más importantes en lengua española. ¿Te asustan afirmaciones como esta?

Te voy a contar algo que pasó hace muchísimos años en Barranquilla. La Universidad del Atlántico quiso homenajear a tres mujeres destacadas de la ciudad entregándoles una medalla. Las elegidas fuimos: Meira Delmar, Estercita Forero y yo. ¿Te imaginas eso? ¡Yo no había cumplido aún veinticuatro años! Esa tarde estaba asustadísima porque, además de recibir la medalla, tenía que pronunciar un pequeño discurso de agradecimiento. Recuerdo que mirando hacia Meira y Estercita dije que yo no merecía ese honor, pero que les prometía a todos y a todas que un día llegaría a merecerlo. ¿Sabes lo que quiero decir? Yo no recibí una medalla, a mí me regalaron el compromiso de merecer esa medalla.

Acaba de publicarse en Colombia tu libro Una visita al museo de historia natural y otros poemas bajo la exitosa editorial Sílaba y la asesoría de su directora, la escritora Lucía Donadío. ¿Qué historia es la que allí registras?

Tuve la suerte increíble de que Lucía Donadío se haya fijado en mi libro. De todos mis libros Una visita al museo de historia natural es el más colombiano. Uso la metáfora del museo para crear una galería de recuerdos/poemas en los que voy retratando mi vida en Colombia. En él me atrevo por primera vez a poetizar la violencia de nuestro país. Es un relato personal y colectivo que pude escribir gracias a la distancia que me ofreció el tiempo. El libro está dividido en tres capítulos. En cada uno de ellos abordo de manera diferente los temas que más me interesan, mis temas de siempre: el tiempo, la violencia, la memoria, el amor, la familia, la muerte.

Lucía Donadío es una editora y una persona extraordinaria, estoy muy agradecida con ella por esta bellísima edición que, por cierto, se editó gracias a un acuerdo con Animal Sospechoso, mi editorial en Barcelona.

Soy feminista en lo que escribo y en todo. Me gustaría que un futuro próximo las demandas del feminismo se quedaran obsoletas, porque eso significaría que hemos alcanzado la igualdad.

¿La poesía que escribes crees que ya existe y la transcribes o tú la inventas?

Tengo la sensación muy fuerte de que todo lo que escribo existe independiente de mí. Mis mejores poemas son aquellos que he escrito casi completos de un tirón, esos poemas siento como si me los hubiesen dictado al oído, claro que no son todos. La mayor parte de mis poemas tengo que trabajarlos arduamente durante meses o años. Pero cuando ocurren esos poemas inspirados, siento una sensación muy parecida al júbilo, yo lo llamo escribir en “estado de gracia”. Todo esto debe sonar un poco místico o loco, pero te aseguro que ocurre tal cual. Para llegar a ese “estado de gracia” necesito pasar muchas horas al día escribiendo y leyendo.

¿Qué mujeres y hombres hablan a través de tu obra poética?

Son una legión. Tantos autores y autoras que he leído, que leo, incluso que leeré. La literatura es una conversación que se prolonga durante siglos. Yo soy una gota en ese río de voces.

Te has ganado innumerables premios, ¿qué piensas qué dice eso de tu trabajo?

Que trabajo mucho… (risas).

¿Vives una vida poética?

sí, la mía es una vida muy poética. No ha sido fácil, pero he trabajado duro para vivir la vida que vivo. Me refiero sobretodo al trabajo personal. Estoy convencida de que los mayores obstáculos para vivir la vida que deseamos se encuentran en los pensamientos. Vivo una vida muy poética, rodeada de amor, de libros, de arte y mucha música.

¿La maternidad atraviesa tu propuesta estética?

De principio a fin. Es un tema al que vuelvo con cierta frecuencia. La maternidad en mi poesía es, como en la vida real, una experiencia violenta, desgarradora, muy demandante para la madre.

¿Dime un color y algo de ese color?

Amarillo. Eran amarillas las flores del árbol de mis vecinas en la calle Felicidad en Barranquilla. Te regalo una flor amarilla de ese árbol que ya no existe.

¿Te consideras feminista en lo que escribes?

Por supuesto. ¿Cómo podría no ser feminista en un mundo en el que las mujeres somos marginadas, maltratadas, incluso asesinadas, por el sólo hecho de ser mujeres? Soy feminista en lo que escribo y en todo. Me gustaría que un futuro próximo las demandas del feminismo se quedaran obsoletas, porque eso significaría que hemos alcanzado la igualdad, pero mientras tanto más vale que hagamos lo posible para lograrlo.

 

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Portada de “Una visita al museo de historia natural y otros poemas”, publicado por las Animal Sospechoso y editorial Sílaba.

Mis mejores poemas son aquellos que he escrito casi completos de un tirón, esos poemas siento como si me los hubiesen dictado al oído, claro que no son todos. La mayor parte de mis poemas tengo que trabajarlos arduamente durante meses o años.

¿Qué es un pájaro?

Una piedra preciosa que canta.

Defíneme la palabra tiempo en un verso tuyo.

El tiempo es el capital de la memoria.

¿Sigues la pista de la poesía del Caribe colombiano?, ¿cómo la percibes?

Gracias a la pandemia he podido estar más cercana a la literatura que se escribe en el Caribe hoy. He asistido, por ejemplo, a muchas lecturas virtuales y he leído mucho en revistas virtuales. También descubrí ese proyecto maravilloso de crítica literaria que se hace desde el Barranquilla, el Proyecto Aluvión. Veo que el Caribe sigue siendo el lugar de nacimiento o residencia de un buen número de escritores y escritoras que vale la pena leer.

¿Te desnudas en lo que escribes?

Hasta los huesos.

Una autora que te conmueva…

¿Una sola? Alejandra Pizarnik, Anna Ajmátova y Marosa di Giorgio. Las tres me conmueven hasta las lágrimas.

¿Qué escribirías sobre la arena del desierto?

Viento entero, borra el sueño de mi vida real.

¿Quién eres cuándo escribes?

Soy Lauren, simplemente Lauren. Esa niña que vivió en el bosque tenebroso y hoy escribe desde la ciudad más luminosa del mundo.

De “Una vista al museo de historia natural y otros poemas”

Antigua morada

La infancia viene de muy lejos,
de un lugar muy antiguo,
de una casa abandonada en el mundo.
Lo cumplido en aquellos años no demora.
Demasiado vieja el alma,
milenaria en su forma,
termina por imponer
su voluntad de retiro.
El resto de la vida nos queda
para fijar su extrañeza,
la severa distancia impuesta
por su crueldad compartida.

Lauren Mendinueta

John Better

Poeta y escritor barranquillero autor, entre otros, de los libros China White (2006), Locas de Felicidad (2009) y las novelas A la caz(s)a del Chico Espantapájaros (2016) y Limbo (2020).