Mujer atlanticense de origen mokaná. Foto: Colectivo de investigación Dibujando nuestro pueblo, memoria gráfica de la Región Caribe.
Más allá del mito, investigaciones y el hallazgo de estatuillas en cerámica realizadas por las mokaná podrían indicar que mujeres de esta etnia tenían una sexualidad liberada y escogían entre la maternidad o ser guerreras. ¿Practicaban los mokaná la igualdad de género?
Lo que parece diferenciar a los mokaná de otras culturas de Colombia es que la mujer tenía derecho a una sexualidad liberada, podía escoger entre ser reproductora o guerrera. Si esto es sostenible, entonces la mokaná tenía una manera diferente de mostrar y establecer las relaciones entre lo femenino y lo masculino, ya que la mujer hacía parte tanto de lo público como de lo privado.
Este sorpresivo hallazgo de mujeres guerreras en el Caribe colombiano se apoya en mi libro El rastro femenino en el archivo mokaná e investigaciones de largo aliento con las mujeres del Caribe colombiano.
Al levantar un archivo desde la perspectiva de Foucault y Derrida, se reúnen diversos elementos que no fueron archivados en el momento de la conquista: crónicas, entrevistas a la comunidad, figurinas, petroglifos, conversaciones con antropólogos y lingüistas.
Estos elementos heterogéneos se van hilando y conducen a un rastro femenino. Las numerosas referencias de los cronistas que hablan de la mujer guerrera, que defendía su territorio a la par de los hombres, fueron ampliamente documentadas durante la conquista del litoral Caribe.
Acostumbraban las mujeres que no quieren casarse, traer arcos é flechas como los indios, e van a la guerra con ellos é guardan castidad, é pueden matar sin pena á cualquier indio que les pida el cuerpo o su virginidad. Destas tales mujeres vino á ver al gobernador é a los chrispstianos, la cual traía un arco é sus flechas en compañía de los indios…y era ya muger vieja, pero muy suelta y diestra en su arco é flechas, tanto que ningún indio mancebo le hacía ventaja. (Gonzalo Fernández de Oviedo, citado en Escalante, 2001, p. 56)
La existencia de las amazonas del Caribe colombiano, a diferencia de la leyenda o mito de las amazonas griegas, es respaldada por testimonios directos. Mujeres con doble bin, algunas guerreras y castas, otras con libertad sexual. Esto nos hace pensar en una especie de iniciación por las que pasaban estas mujeres, y en este caso estamos hablando de grupos élite de combate de mujeres que podían tomar decisiones sobre sus cuerpos. Virginia Gutiérrez de Pineda menciona esta cita de Pedro de Heredia:
“Había otras mujeres que no conocían varón, que andaban con sus arreos y sus flechas e iban a la guerra y tenían mujeres que le sirviesen en casa”.
Asimismo, sobre las mujeres flecheras o libres cita a Juan Friede Alter:
“Estas tales salen a la guerra con los indios y en las borracheras que nosotros decimos banquetes entran ellas con sus arreos y flechas y las tienen consigo, y no entra otro ningún indio con arreos”. Y respecto a las mujeres libres, menciona a fray Pedro Simón, quien asegura que entre las gentes de la costa “no se reparaba mucho en que la novia estuviera doncella, antes los casamientos de más estima eran los que se hacían con mozas que habían sido públicas, porque este trato se usaba mucho, en que se ejercitaban casi todas las doncellas”.
La existencia de las amazonas del Caribe colombiano es respaldada por testimonios directos. Mujeres con doble bin, algunas guerreras y castas, otras con libertad sexual.
El hallazgo de estatuillas mokaná ratifica el rastro femenino de estas guerreras del Caribe colombiano. Fotos: Archivo arqueologico Museo de la Universidad del Atlántico.
También es importante hacer referencia a lo que he llamado un “rastro vivo”: las figurinas realizadas en cerámica por las mujeres del grupo mokaná, las cuales eran utilizadas para rituales de sanación. Dichas figurinas se conservan en museos del Caribe colombiano. Estas estatuillas, en su mayoría femeninas o con sexo indeterminado, miden de 8 a 20 cm y denotan la relevancia y poder de la figura femenina en su expresión pública; es decir, tienen relación con la jerarquía que tenían las mujeres en la sociedad. Corroboran el matriarcado.
El mito amazónico o los mitos fundacionales de la derrota de las mujeres y la transición del matriarcado al patriarcado se puede aplicar a este grupo: si las mokanás han dejado atrás el ejercicio, conservan la clara memoria latente de aquellas prácticas como mujeres guerreras, libres. Aunque las figurinas ejemplarizan algo propio de su historia, no logran visibilizarlo en la actualidad.
Las estatuillas más recientes aparecieron en tres yacimientos arqueológicos: el primero ubicado en el municipio de Puerto Colombia; el segundo ubicado en el corregimiento del Distrito de Barranquilla en el sector denominado las Margaritas y el tercero en el área rural del municipio de Galapa. Estatuillas continúan apareciendo en diversos lugares del Atlántico; esto nos lleva a cuestionarnos sobre el origen indígena antes que afro del Caribe colombiano. El grupo ocupaba diversidad de territorios, extendiéndose a Barranquilla. Se requiere más investigación y trabajo de archivo. Existen dos versiones sobre la fundación de Barranquilla: una de ellas es que fue fundada por ganaderos; la otra, que era un lugar habitado por indígenas al momento de la llegada de los españoles.
En entrevistas con miembros de esta tribu, consideran como algo natural el hecho de que las mujeres participaran de la guerra; por lo que se puede hablar de una cosmología incluyente, en la que no se ejercía la separación binaria propia de Occidente.
Recordemos que la Colonia atravesó los continentes borrando las prácticas que eran diferentes del binario occidental. Las cosmologías de las etnias originarias fueron erradicadas por ser consideradas salvajes. Las y los indios caribes eran fuertes y flecheros y participaban de la guerra.
Las estatuillas son desnudas y de rostros andróginos. No se trata de una interpretación binaria, es una interpretación diferencial. Ellas tocan los sentidos, están acá presentes como estuvieron antes. Reactivan en el presente la huella, la forma como sus cuerpos y sus vidas no las determinaba una jerarquía social como el género. Las relaciones se basaban en la reciprocidad.
¿Qué relevancia tendría que en el pasado hubiera existido en el Caribe colombiano otra manera de configurar la sociedad?
Una manera que no estaba demarcada por lo binario, o por el género y que se pudiera activar en el presente mediante la memoria, trazos, rastros nos permitiría conservar algo de nuestro pasado ancestral.
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Clara Valencia
Filosofa y diseñadora barranquillera.