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La excanciller María Ángela Holguín es la autora de un interesante libro que describe detalles inéditos de la relación diplomática de Colombia y Venezuela.

El libro de la excanciller María Ángela Holguín, lectura obligada para los tiempos que se avecinan.

Compré el libro de María Ángela Holguín, La Venezuela que viví, regresando de un viaje en el aeropuerto. No le tenía muchas expectativas, simplemente necesitaba algo para leer y distraerme en el avión. Pero me llevé la mejor de las sorpresas, este es un texto que además de digerible y ágil ofrece una mirada aguda y excesivamente privilegiada sobre las relaciones colombo-venezolanas. Todo estudiante de Relaciones Internacionales en ambos países debería leerlo como parte de su formación. Es realmente enriquecedor para el lector conocer los detalles que la excanciller brinda. Es irrelevante si usted fue Santista, antisantista, o indiferente al liderazgo de Juan Manuel Santos como Jefe de Estado; estas páginas, le aseguro, captarán su atención. 



Holguín es de esas escasas mujeres en el plano nacional que ha logrado consolidar una carrera política a pulso propio. Desde sus inicios organizando la Cumbre de los No Alineados hasta su consolidación en sus años como Canciller, esta política conoce mejor que muchas lo que es abrirse paso en un país donde el poder es androcéntrico en exceso. Dudo que exista otra figura femenina en Colombia que sepa más de las realidades diplomáticas que nos rodean, y eso se evidencia en cada línea que se lee en el libro.



La relación con Venezuela es necesaria. Los necesitamos y ellos nos necesitan. El cerco diplomático del saliente presidente Iván Duque acabó siendo una política inútil que terminó afectando a las poblaciones de ambos países. ¿Qué decir de Nicolás Maduro? Que es un presidente con tendencias autócratas, que él y el Chavismo llevaron al vecino país a la debacle. Sin embargo, eso no necesariamente conduce a que coincida con la descontextualizada decisión del gobierno actual de “romper” relaciones. Y más aún cuando ni siquiera el gobierno estadounidense lo ha acompañado en esa posición. Colombia ha quedado sola en el vecindario con una postura caprichosa e insostenible.

La relación con Venezuela es necesaria. Los necesitamos y ellos nos necesitan. El cerco diplomático del saliente presidente Iván Duque acabó siendo una política inútil que terminó afectando a las poblaciones de ambos países.

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Portada del libro de Holguín, publicado por Planeta.

La Venezuela que viví se convierte entonces en un nuevo insumo para cualquiera que desee analizar las relaciones colombo-venezolanas. Es como si tuvieras la mujer que más conoce de las últimas dos décadas de intríngulis diplomáticos contándote la historia mientras se toman un café. Estés de acuerdo o no con las decisiones diplomáticas que se acataron, el texto te ayudará a entender lo que sucedió. La autora te cuenta los hechos desde su vivencia, alentando la postura crítica del lector.

Holguín, recordemos, fue embajadora de Colombia en Venezuela. Esos años en Caracas conociendo no solo el territorio venezolano sino las dinámicas de poder que funcionan del otro lado de la frontera, le permitieron posteriormente como Canciller encarar las relaciones con viejos conocidos de una manera particular.



Henry Kissinger decía que“en diplomacia no se tienen ni amigos ni enemigos permanentes, solo intereses”. Afirmación con la que concuerdo. Al final el objetivo es que ese mundo elevado y a veces hasta abstracto de las relaciones internacionales logre impactar de manera positiva a los ciudadanos. Con Venezuela nos debemos dar una nueva oportunidad en pro de los colombianos. 



La Venezuela que viví es un libro que no pasa inadvertido. Obliga a pensar en las causas y consecuencias de una peculiar relación binacional en las últimas dos décadas.

Katherine Diartt

Politóloga de la Universidad del Norte y Magíster en Gerencia pública y gobernanza del London School of Economics. Es directora del programa Barranquilla Cómo Vamos.