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Juan Benavides, experto en energía e infraestructura.

“La transición energética debe considerar la realidad fiscal del país”: Juan Benavides

por | Nov 17, 2022

Por Antonio Celia Martínez-Aparicio

Cambio climático, transición energética, petróleo, gas, y economía en Colombia, en la entrevista a profundidad de Contexto.

La discusión en torno a la transición energética en Colombia y la voluntad manifiesta del nuevo Gobierno de “descarbonizar” la economía del país ha ocupado los titulares de prensa y es materia de un enconado debate entre diversos sectores.

Contexto dialogó con Juan Benavides, Ph.D. en economía minera de The Pennsylvania State University, investigador asociado de Fedesarrollo y consultor internacional en energía e infraestructura sobre la actual coyuntura global en materia climática y el proceso de transición energética en Colombia el cual, afirma: “No debe recaer en el sector energético”.

Antonio Celia Martínez-Aparicio: Hoy el mundo entero habla de una transición energética motivada por el cambio climático. ¿Cómo caracterizar tal transición?

Juan Benavides: El calentamiento de la atmósfera es un fenómeno planetario que se profundiza por las emisiones de gases de efecto invernadero de origen antropogénico. Las consecuencias sobre el cambio en el clima pueden ser muy profundas, pero son inciertas. Hay dos grupos de medidas para enfrentar el cambio climático: reduciendo las emisiones, la llamada mitigación, y gestionando el riesgo de eventos negativos, lo que se conoce como adaptación. Robert Pindyck plantea que los mejores esfuerzos de mitigación serían insuficientes para frenar el aumento de temperatura en 2 grados centígrados en este siglo, y recomienda emprender acciones de adaptación. La mitigación significa descarbonización. Y la descarbonización es, en países industrializados, un sinónimo de transición hacia ofertas y demandas energéticas cada vez más limpias.

A.C.M.: En un reciente documento planteas que nuestra transición en Colombia debe ser distinta a la de los países industrializados. ¿Por qué?

J.B.: En general, los países industrializados importan y consumen grandes cantidades de hidrocarburos, tienen una dotación alta de capital construido, han resuelto problemas de pobreza energética, y exportan tecnologías sofisticadas de producción y uso de energías limpias. Colombia, como otros países en desarrollo, consume poca energía total y per cápita, exporta hidrocarburos, la mayoría de la electricidad ya es limpia, la mayoría de sus emisiones de gases de efecto invernadero, más del 50 %, provienen de la agricultura, el sector forestal y el cambio de uso del suelo: los denominados sectores AFOLU (agriculture, forestry and other land use, por sus siglas en inglés). Además está retrasada en capital construido, tiene un alto porcentaje de la población en condiciones de pobreza, e importa tecnologías. De manera realista, la descarbonización del país debe provenir principalmente de promover intervenciones, muy complejas de estructurar, en los sectores AFOLU, y no debe recaer en el sector de energía.

Este gobierno quiere “reindustrializar” el país ¿Es compatible este proceso, si es que es posible, con una transición energética acelerada, que es lo que se le escucha tanto al presidente Petro como a las Ministras de Minas y de Medio ambiente?

En un sentido limitado, pero que no se puede desaprovechar. Con la creación de un instituto de investigación, desarrollo e innovación en energía, se podrán acercar a la frontera comercial industrias de base tecnológica en electrónica de potencia, instrumentación, control, producción de componentes para baterías, paneles solares orgánicos y sistemas de carga para vehículos eléctricos, aprovechamiento de recursos energéticos descentralizados con apoyo de analítica de datos, biorrefinerías que aprovechen residuos orgánicos y producción de urea a partir del gas natural y el hidrógeno. En estos campos el país dispone de ventajas competitivas a nivel latinoamericano. Esto es más un aprovechamiento inteligente de oportunidades tecnológicas derivadas de la transición, que un apostolado de reducción a ultranza de emisiones que no hará mella en el monto total de emisiones, que está en manos de Estados Unidos, China e India.

La transición energética no debe proponerse metas incompatibles con su modesto impacto en la reducción mundial de emisiones. La transición debe respetar las realidades fiscales, de rentabilidad de las intervenciones e impulsar la creación de valor.

También propones que Colombia debe aumentar el consumo de energía per cápita ¿Podrías explicarnos la razón de tu propuesta?

Primero, por las grandes necesidades de aumentar el capital construido público y privado. Segundo, porque existe una fuerte correlación entre el consumo de energía per cápita y el Índice de Desarrollo Humano. Para pasar a índices similares a los de los países desarrollados, debemos triplicar por lo menos nuestro consumo de energía per cápita. Si esto no sucede, posiblemente no saldremos de la trampa de ingresos medios.

Existe un consenso sólido sobre el uso del gas natural en todos los escenarios de la transición. Por eso parece un grave error no explorar más gas natural en Colombia, donde además tenemos un efecto fiscal considerable. ¿Será posible convencer al Gobierno con los estudios y las cifras que hay al respecto?

El gas natural se ha convertido en un producto transable y su precio se ha desacoplado del precio del crudo. Por sus menores emisiones relativas de gases de efecto invernadero, el gas se puede integrar con microturbinas y generación distribuida para integrar paquetes complementarios con las fuentes de energía no convencionales. Adicionalmente, el gas natural es versátil, puede suministrar densidad y continuidad para reemplazar paulatinamente al carbón y a los combustibles líquidos en diversos usos finales. Por lo anterior, el gas natural se ha convertido en el combustible de mayor crecimiento proyectado a nivel mundial tanto en consumo intermedio como final, amén de ser un insumo estratégico para producción de fertilizantes y de reducción de la pobreza. En consecuencia, hay que impulsar su desarrollo sin ninguna ambigüedad y darle preferencia a la producción nacional eficiente para capturar sus efectos multiplicadores. Las importaciones, cuando sean necesarias, deberán considerarse como un recurso de respaldo, y es preferible transarlas en condiciones de mercado y no de negociaciones bilaterales.

Cualquier transición energética debe promover el crecimiento del bienestar y la equidad ante todo, ¿crees que en el caso de Colombia esto nos obliga a una transición más lenta a pesar de muchos deseos idealizados?

La transición energética no debe proponerse metas incompatibles con su modesto impacto en la reducción mundial de emisiones. La transición debe respetar las realidades fiscales, de rentabilidad de las intervenciones e impulsar la creación de valor.

Si hubiera que escoger un solo problema para atacar la crisis climática en Colombia, ¿crees que este sería reducir al máximo la deforestación, lucha en la cual el Estado sigue fracasando?

Correcto, apelando a alianzas público-privadas que se viabilizan después de un tratamiento de choque con paquetes integrales de desarrollo regional y restauración del imperio de la Ley.

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Antonio Celia Martínez-Aparicio

Empresario y expresidente de Promigas, es ingeniero del Instituto Politécnico de Worcester en los Estados Unidos y profesor visitante en práctica del London School of Economics.

 

 

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