La Suprema, un filme inspirado en la vida de “Kid Pambelé”

Laureana es una joven que sueña con ser boxeadora, vive en La Suprema, una vereda sin luz eléctrica ni agua potable, abandonada por el Estado y el gobierno departamental. Al lugar llega la noticia de que el tío de Laureana, boxeador, peleará por el título mundial. Ella y sus amigos harán lo imposible para que los habitantes de su vereda puedan ver la pelea por televisión; encontrarán muchos obstáculos en el camino. Los habitantes de La Suprema son “afrocolombianos”, lo que explica el abandono gubernamental; la mayoría de ellos lucharán por lo que quieren, no se dejarán vencer.

El filme La Suprema fue grabado en la vereda del mismo nombre, del municipio de Matuya en María la Baja (Bolívar). Está protagonizada por Elizabeth Martínez (Laureana), una bella actriz en formación que hace un excelente papel y que tiene un gran futuro; Antonio Jiménez (Efraín), actor experimentado; y Pabla Flórez, una matrona de la zona que también es cantautora de bullerengue y aporta música a la película. Felipe Holguín Caro es el director, y María Teresa Gaviria la productora ejecutiva, quien hizo una ardua labor para conseguir los recursos económicos.

“La historia original de la película está escrita por el cartagenero Manuel Jaimes Triviño, la conocimos en 2010. El guión está inspirado en hechos reales que ocurrieron en San Basilio de Palenque. Kid Pambelé es campeón del mundo de boxeo en 1977, la primera vez que un colombiano logra el título. La anécdota cuenta que un político de turno va a San Basilio con un regalo para la familia de Pambelé y su comunidad, un televisor; el poblado no tenía electricidad. Entonces la comunidad se revela y le dice al político que para qué un televisor si no tenemos luz. A partir de esa anécdota hicimos el guión cinematográfico, empezamos a darle voz a distintos personajes de la imaginación”, me dice Felipe Holguín.

La película tiene una hermosa fotografía que muestra los frondosos paisajes de la zona, y las caras lindas de mi gente negra, de mi raza prieta, como decía el gran cantante Ismael Rivera. Pero también enfoca la precariedad material, los claroscuros de la situación. Hay travellings visuales muy bien logrados. La película narra bien con imágenes, en esto es muy efectiva. Algunos actores son “naturales”, los habitantes de la vereda en general participaron en la filmación, pero Holguin no hizo una bandera o un dogma de esto, también hay actores de experiencia.  

La suprema se estrenó en el Festival de Cine de Toronto. Entre otros, hizo parte del Festival Internacional de Cine de Friburgo (Suiza), donde obtuvo el premio del Jurado Ecuménico. En el Festival de Huelva de Cine Iberoamericano obtuvo los premios del Público y del Jurado de Radio Exterior de España, y en el Festival de Cine de La Habana el Premio Coral de Postproducción. 

¿Es más fácil hacer una película en esta época, con las nuevas herramientas tecnológicas? “Hacer películas es una tarea titánica, nosotros llevamos pedaleando esta historia desde 2010, muchos años intentándolo, con algunas pausas. La revivimos en el 2020 cuando ganamos una convocatoria de Proimágenes. Fue un proceso de varios años, de ir trabajando y de persistir, y de seguir soñando, de creérsela todo el tiempo. Conseguir los fondos fue mucho más complejo después de la pandemia, ninguna empresa o institución quería invertir, pero a fin de cuentas logramos hacerla. Es una película de presupuesto pequeño y la hicimos en familia”, afirma Holguín.