“A pesar de la conquista, en el Caribe colombiano sobreviven tradiciones milenarias”, afirma Martín, Director del Museo Mapuka.
Juan Guillermo Martín, director del Museo Mapuka de la Universidad del Norte, en la entrevista de Contexto.
Expandir el conocimiento que tienen los habitantes de nuestro Caribe sobre la historia y los orígenes humanos de la región y contribuir al reconocimiento de las identidades del Caribe colombiano ha sido el propósito de diferentes espacios museográficos de la ciudad de Barranquilla. Uno de ellos es Mapuka, museo arqueológico ubicado en el campus de la Universidad del Norte y que plantea a sus visitantes un viaje de 25.000 años a través de una colección arqueológica que comprende desde el periodo prehispánico y colonial, hasta la primera mitad del siglo XX.
Contexto dialogó con Juan Guillermo Martín, antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia, con doctorado en patrimonio histórico y natural de la Universidad de Huelva, España, y director del museo Mapuka de la Universidad del Norte.
Redacción Contexto: ¿Qué es Mapuka y cuál es su propósito?
Juan Guillermo Martín: Mapuka es el acrónimo de Museo Arqueológico de Pueblos Karib. Su propósito principal es difundir la diversidad cultural del pasado prehispánico del Caribe colombiano, haciendo énfasis en que somos el resultado de largos y complejos procesos sociales. Si sabemos de dónde venimos y reconocemos y respetamos la diversidad cultural, encontraremos el camino para proyectarnos hacia un futuro en paz.
R.C.: ¿Cuáles son las piezas más antiguas que tiene el museo?
J.G.M.: Tenemos unos elementos fósiles, que corresponden a los animales de la era del hielo que se pasearon por las amplias sabanas del Caribe, cuando teníamos un clima más frío y seco, hace más de 25,000 años. Sin embargo resaltaría la exquisita colección de la cerámica más antigua de América, excavada en San Jacinto, departamento de Bolívar, cuya antigüedad es de casi 7.000 años. ¡Sin ollas de barro no habría sancocho!
¿Desde cuándo hay indicios de asentamientos humanos en el Caribe?
Sabemos que los seres humanos arribaron a este continente hace unos 25.000 años y fueron colonizando el continente rápidamente de norte a sur. En el Caribe colombiano aún no se han identificado sitios arqueológicos tan antiguos pero si tenemos en cuenta que en la costa venezolana tenemos presencia humana hace 13.500 años, tendríamos que suponer que en nuestra costa Caribe debemos tener sitios contemporáneos. No haberlos encontrado aún, no significa que no existan.
¿Cuáles fueron en el Caribe los pueblos indígenas predominantes?
La diversidad cultural en la región es compleja. Sería arriesgado decir cuáles fueron predominantes. Tendríamos que decir más bien que las que sobrevivieron a la invasión europea, de una u otra forma, consiguieron resistir y comparten, con muchos conflictos, su territorio ancestral con nosotros. Me refiero específicamente a zenúes, wayuus, wiwas, kankuamos, koguis, arhuacos y gunas.
La conquista llevó a la desaparición, desplazamiento y reorganización de la mayoría de sociedades americanas. En el caso del Caribe el impacto fue distinto, dependiendo de la estrategia de supervivencia. Los denominados taironas, se replegaron en la Sierra Nevada de Santa Marta y consiguieron escapar del dominio español.
Algunos de estos pueblos nunca pudieron ser sometidos por los colonizadores. ¿Cuáles fueron?
La conquista llevó a la desaparición, desplazamiento y reorganización de la mayoría de sociedades americanas. En el caso del Caribe el impacto fue distinto, dependiendo de la estrategia de supervivencia. Los denominados taironas, se replegaron en la Sierra Nevada de Santa Marta y consiguieron escapar del dominio español. Los zenúes no corrieron la misma suerte pero mantuvieron vivas muchas de sus tradiciones, como el tejido de caña flecha, como una forma de resistencia cultural. Los malibués, que tuvieron una presencia importante en esta región, así como a lo largo del bajo Magdalena, terminaron convirtiéndose en lo que denominamos campesinos, pero la esencia de los pueblos originarios está allí, en su comida, en la manera en que se relacionan con el ambiente, a pesar de haber perdido su lengua y asimilado la religión del invasor.
¿Qué tan avanzados eran los nativos del Caribe colombiano en comparación con otros pueblos como los muiscas, los incas del Perú o los mayas de América Central?
Siempre se cuestiona el avance de los pueblos originarios del Caribe colombiano, comparándolos con mayas o incas. La arquitectura monumental es un reflejo de avance en muchos sentidos, pero sobre todo el resultado de un proceso de adaptación. En el caso de esta región tenemos obras impresionantes, que dan cuenta del avance tecnológico de estas sociedades. El sistema hidráulico zenú permitió el desarrollo agrícola de una amplia región inundable, ahora subutilizada por la ganadería. En el caso de los taironas, consiguieron transformar la topografía abrupta de la Sierra Nevada de Santa Marta, en extensos centros urbanos, llenos de muros de contención, terrazas de cultivo, caminos empedrados y canalización de aguas. No hay desarrollos unilineales, cada sociedad busca en estos procesos llegar a un equilibrio. Al final los mayas colapsaron por la sobreexplotación de los recursos. Un mensaje que deberíamos asimilar porque estamos caminando el mismo camino.
¿Cuántas de sus lenguas nativas se conservan?
Desafortunadamente el proceso de conquista y la evangelización acabaron con numerosas lenguas nativas. Se conservan aún tres de los cuatro pueblos que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta. El Wayuunaiki, la lengua indígena que tiene más hablantes en nuestro país. Hacia el golfo de Urabá tenemos a los guna (cuna) que aún conservan su lengua.
Mapuka ha tenido una importante agenda educativa con colegios y público general. Durante la pandemia puso en marcha un programa de visitas guiadas virtuales.
¿Qué rasgos, tradiciones o costumbres mantenemos los descendientes de nuestros primeros pobladores?
Aunque el proceso de conquista y occidentalización del continente buscó la homogenización de la población, en el Caribe colombiano aún se observan tradiciones culturales que tienen un pasado milenario. En la gastronomía es, quizás, donde es más evidente. El peso de la alimentación lo soportan el maíz y la yuca, además de los peces de río, como el bocachico, que fue fuente principal de proteína para los pueblos del bajo Magdalena. El ají, el aguacate, el tomate, son también frutos americanos que hacen parte de nuestra dieta diaria. En la música también hay tradiciones que perviven, como la gaita, un instrumento representado comúnmente en la orfebrería zenú. Finalmente muchas de las leyendas que aún se escuchan y se transmiten de generación en generación, como la del hombre caimán, tienen un origen prehispánico.
Finalmente, ¿cuáles cree que son las claves para una convivencia armónica en territorios con presencia de las tribus ancestrales?
La Constitución de 1991 propuso las bases para una convivencia armónica, asumiéndonos como una nación multiétnica y pluricultural. El reto es que comprendamos qué significa eso, que asumamos nuestras identidades con orgullo y que sepamos respetar las diferencias. Hay otras formas de pensar, hay otros tipos de familia, hay otras maneras de comunicarnos, hay sistemas económicos no capitalistas y existen otros dioses y otras creencias. Por supuesto la tierra, su propiedad y aprovechamiento, ha sido, es y será, motivo de disputa. Tenemos que encontrar la manera de respetar el entorno, buscando alternativas de desarrollo que incluyan a todos. La minería, el latifundio, el monocultivo y la ganadería extensiva, generan un impacto enorme al ambiente que redunda en pobreza. Si conseguimos modificar nuestras prácticas depredadores, garantizando la seguridad alimentaria regional, el acceso a educación de calidad y el aprovechamiento equitativo y racional del entorno, conseguiremos el equilibrio necesario para vivir en paz. Si aprendiéramos de nuestro pasado, no lo estaríamos repitiendo. Por eso los lugares de memoria, como los museos, son tan importantes en una sociedad. No nos dejan olvidar de dónde venimos y nos motivan a reflexionar sobre el futuro que queremos.
Haga clic aquí en este enlace para realizar un recorrido virtual desde Mapuka.