Para Jorge Giraldo Ramírez existe un sesgo al considerar que el populismo es un fenómeno político exclusivo de la izquierda. El académico considera que en Colombia y Latinoamérica existen populismos tanto de izquierda como de derecha.
Populismo, política y elecciones presidenciales, una charla con Jorge Giraldo Ramírez.
El poder carismático es una crisis del poder
–Norbert Elias, La Sociedad Cortesana
Me encuentro en un coloquio internacional con Jorge Giraldo Ramírez, uno de los más importantes pensadores e intelectuales de Colombia. Doctor en filosofía, ex decano de Humanidades de Eafit, y ahora profesor emérito, Giraldo es un observador agudo, disciplinado, nada pretencioso y conocedor como ninguno de la política colombiana que integró la Comisión histórica del conflicto y sus víctimas, establecida en el marco del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto entre el Gobierno de Colombia y las Farc. Es también autor, entre otros, de los libros El rastro de Caín: guerra, paz y guerra civil, Guerra civil posmoderna, Populistas a la colombiana, y Democracia y libertad.
Lo abordo finalizada nuestra conferencia. Quiero conocerlo un poco más y que me cuente cómo percibe nuestro actual momento político, sobre el aparente resurgimiento del populismo en América Latina y Colombia. En la charla sale a relucir su libro Populistas a la colombiana, publicado en 2018, un libro que nos sumerge en una investigación sobre el populismo colombiano. Un ejercicio de teoría política que busca dilucidar el concepto de populismo desde diversas corrientes ideológicas y que hace una reconstrucción histórica de nuestra trayectoria populista.
“El populismo reverdece en el mundo. Crece allí donde las instituciones democráticas y liberales fallan. Se nutre del inconformismo y se extiende como una incitación a salidas contestatarias y desesperadas”, afirma Giraldo.
Cristina Said: ¿Ha habido populismo en Colombia?
Jorge Giraldo Ramírez: Sí, en el libro planteo que en Colombia sí ha habido populismo y populistas. Empiezo con Gaitán, sigo con el gobierno de Rojas Pinilla, que me parece que representa el primer gobierno de corte populista, sobre todo después del primer año en el poder, continúo por supuesto con la ANAPO, partido fundado por Rojas Pinilla, luego con el M-19 y llego hasta un punto que es de los más discutidos y es mi evaluación del gobierno de Álvaro Uribe Vélez como un gobierno populista más parecido digamos al de Fujimori en Perú, o al de Menem en Argentina. Un populismo distinto.
C.S.: ¿Percibes un resurgimiento del populismo en Colombia?
J.G.R.: El populismo no es una ideología sino una forma de hacer política y, ante todo, de gobernar. Ahora podemos ver cómo en las campañas presidenciales se exponen dos de las características de esa forma de actuar en lo público, es el hecho de hacer propuestas demagógicas para ganar un público momentáneamente, y la propagación del miedo ante un enemigo terrible e inaceptable. Con ello se busca exacerbar las pasiones y hacer imposibles los acuerdos y las transacciones nacionales. Ojalá se escuchara más la opinión de los sectores moderados y de los expertos, más que de los técnicos, pero lo que más necesitamos es controlar el miedo y reanimar un coraje por la democracia liberal con sentido social, coraje que, creo yo, se ha ido perdiendo.
En Colombia se suele asociar al populismo como un fenómeno de izquierda, ¿qué tan cierto es esto?
Yo creo que el populismo escapa a esas categorías, pues ahora lo estamos viendo en la campaña política… cómo Gustavo Petro, por ejemplo, se alía con los Evangélicos, pero después es capaz de lograr apoyo de políticos tradicionales. El populismo es un fenómeno que no se deja encasillar en la división tradicional entre derecha e izquierda. Creo que es un mal análisis derivado de una herencia que lleva doscientos años interpretando la política bajo el esquema izquierda-derecha, incluyendo, eventualmente, estas líneas de centro, centro-derecha, centro-izquierda. Creo que el populismo tiene unas características que van más allá de eso. Y de hecho, uno puede encontrar no sólo en las formas, sino en políticas concretas, semejanzas entre “populistas de derecha” y “populistas de izquierda”.
Portada del libro autoría de Giraldo Ramírez, publicado en 2018 por Penguin Random House.
El populismo es un fenómeno que no se deja encasillar en la división tradicional entre derecha e izquierda. Creo que es un mal análisis derivado de una herencia que lleva doscientos años interpretando la política bajo el esquema izquierda-derecha.
¿Qué rasgos son comunes entre los “populistas de derecha” y los “populistas de izquierda”?
El autoritarismo, el personalismo en la dirección del Estado, la desinstitucionalización, es decir, la quiebra de los controles judiciales, de los controles legislativos. La política paternalista que se expresa en el uso masivo del clientelismo, de colocar a sectores muy grandes de la población en una condición de dependencia respecto al Estado que va en contra de la concepción democrática liberal de ciudadanía y de derechos porque esta concepción paternalista no concibe al ciudadano
como ciudadano, sino simplemente como un pobre, un inferior social y no concibe los bienes básicos como derechos, sino como favores que otorga el gobierno o que otorga el gobernante. Favores que después se cobran a través de la movilización política del voto para sostener a estos gobernantes.
¿Consideras que el populismo convive con los mecanismos de la democracia electoral?
Hay una disputa por el campo democrático, la acusación que los populistas le hacen a los regímenes democráticos liberales es que o no son democráticos o son poco democráticos. Los movimientos populistas son un síntoma de las fallas de las democracias liberales. Fallas en deficiencias de la representación, pero también de la incapacidad de las democracias liberales para responder las demandas de la población. Como dijo Pierre Rosanvallon en un libro posterior al mío, el populismo es un enemigo íntimo de la democracia, sale de sus entrañas.
¿Cómo ves el panorama para las próximas elecciones?, ¿crees que se mantendrá estático como lo indican las encuestas o vamos a ver sorpresas?
Cuando escribí el libro hablaba de un momento populista y explicaba, en el último capítulo, las razones para que se diera. Esas razones son más fuertes ahora después del desastroso gobierno de Iván Duque y del desconcierto que reina en la dirigencia política y empresarial, y en las élites intelectuales. La COVID-19 no hizo sino agudizar esos factores y el país hizo poco por mitigarlos. Lo demuestran las protestas masivas y lastimosamente violentas de 2019, 2020 y 2021. No hablemos ya del desperdicio gubernamental de lo ganado en el acuerdo con las Farc. Entonces sí, nos abocamos a otro momento populista encarnado por Petro y al peligro de que la alternativa sea un autoritarismo reaccionario. Precisamente la diferencia de los reaccionarios con Duque es su debilidad y falta de carácter.
Naciste en Jardín, creería el municipio más bonito de Antioquia, y has vuelto a la vida rural reivindicando mucho esa sabiduría del campo. Mantienes esa calma y la distancia con el uso excesivo de la tecnología. ¿Por qué un filósofo que lleva toda su vida pensando la ciudad al final decide retirarse a un pequeño pueblo?
Siempre me opuse a la tecnología que descarna las relaciones humanas y a la que desmaterializa la relación con la cultura, sin extremismos; en la música, mi arte preferida, llegué hasta el cedé. Volver a mi tierra es reafirmar una pertenencia y conquistar la tranquilidad. Me estoy yendo de la ciudad, pero no de la polis. En este sentido, me estoy sumergiendo más en la filosofía y puedo hacer más filosofía política.
Cristina Said
Periodista, especialista en Desarrollo Organizacional y Procesos Humanos de la Universidad del Norte.