
La escritora argentina Samanta Schweblin, especialista en el género del cuento. Foto: Alejandra López.
Penguin Random House publica en Colombia el inquietante y esperado nuevo libro de cuentos de la escritora argentina Samanta Schweblin.
Después de una larga espera de diez años desde su último libro de cuentos, el galardonado Siete casas vacías (Páginas de Espuma, 2015), regresa Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) con El buen mal, conformado por seis cuentos que seguro lograrán satisfacer hasta a los lectores más exigentes.
Si hubiera que definir un género para estas historias, tendríamos que decir que entran en la categoría de lo extraño (sin ingresar en lo fantástico, a mi parecer) y dan cuenta de lo en ocasiones insondable de la experiencia humana.
Al inicio de cada historia se notan los vestigios de un oscuro y perturbador suceso, sepultado en el tiempo y que el personaje/narrador debe ir desenterrando de a poco a medida que nos lo cuenta. La voz que narra, por lo general femenina, no siempre ha entendido lo que pasó, y, mientras rememora, su cadencia nos va hipnotizando, llevándonos a un trance o pesadilla de la que no hay forma de escapar. Schweblin embruja con esa voz, la cual en ocasiones adquiere cualidades sobrenaturales como si ese narrador fuera el aire mismo entre los otros personajes y estuviera contando lo que ve al estar suspendido entre y dentro de ellos. Aquí me refiero en específico a la verdadera joya de esta colección de relatos (sin desmeritar a ninguno de los otros cinco): “El ojo en la garganta”, el cual tiene ecos de su obra maestra Distancia de rescate, la cual, más de diez años después de publicada y de repetidas lecturas, permanece tan impenetrable como luego de esa asombrosa primera vez. Dichos ecos no se refieren a la historia, sino a un nuevo narrador misterioso, el cual es imposible que pudiera saber o haber presenciado la mayoría de cosas que describe, logrando momentos de verdadero pavor en el transcurso de su narración.
“Pero yo ¿dónde estoy, si no estoy acá?
[…]
Si estoy acá, si acá es donde huelo y no sé dónde ha quedado mi cuerpo, ¿dónde estoy exactamente?”
Es una historia simple, al parecer basada en un suceso real, y trata de un niño de dos años y medio que, mientras está jugando solo, se traga una pila de litio de una calculadora digital. Para cuando los padres se dan cuenta, ya es demasiado tarde. El chico debe someterse a una serie de cirugías, pero acaba perdiendo la capacidad de hablar. Pero entonces, muchos años después, cuenta algo sobre esos días que raya en lo aterrador. Es un cuento difícil de olvidar en una colección breve que siempre está sorprendiendo.
Schweblin se toma su tiempo con el desarrollo de cada historia, las cuales suelen ser más largas de lo usual, ayudando a acentuar ese elemento extraño que aparece en cada narración y las emociones que nos despierta; por lo general asombro, tristeza y un dolor punzante. Hay animales en casi todos los relatos, algunos son parte de los puntos de tensión: un conejo, un caballo y varios gatos (como el de “William en la ventana”).

Portada del libro de Schweblin, publicado por Penguin Random House.
Las seis historias de El buen mal están impecablemente escritas y llenas de terribles presagios que atrapan desde las primeras líneas, cautivando de una forma que hace imposible dejar de leer.
Un intento de suicidio que inexplicablemente no funciona y obliga a una mujer a regresar con su familia y tratar de continuar viviendo. Un trágico accidente en unas vacaciones de verano cuando dos hermanas empiezan a frecuentar a una poeta alcohólica. Una madre moribunda que llama a una amiga en otro continente para que le cuente lo último que recuerda sobre el día en que murió su hijo. Y un curioso incidente de tintes sobrenaturales en una residencia de escritores en Shanghái, son parte del universo de esta inquietante obra de Schweblin.
Las seis historias están impecablemente escritas y llenas de terribles presagios que atrapan desde las primeras líneas, cautivando de una forma que hace imposible dejar de leer. Nos enseñan, o recuerdan, que la realidad es más extraña de lo que puede parecer y la desgracia puede estar aguardando cerca, en espera de un desliz para suceder.
La maestría alcanzada en la narrativa breve es impresionante, lo negativo es que es un libro que se termina muy pronto, dejando una sensación de desamparo. ¿Y ahora? ¿Qué se lee a continuación? ¿Cuándo habrá nuevos cuentos suyos?
Schweblin ha sido merecedora de los galardones más importantes en el mundo literario como el Premio Casa de las Américas, el Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero y el National Book Award de literatura traducida, entre muchos otros.
Es autora, además, de El núcleo del disturbio (2002), Pájaros en la boca (2009), y la novela Kentukis (2018).
Pablo Concha
Escritor colombiano. Autor de los libros de cuentos Otra Luz y La piel de las pesadillas. Colaborador literario en varios medios.
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