Dos buenas noticias para el Centro Histórico de Cartagena

En días pasados recibimos dos buenas noticias para el Centro Histórico de Cartagena, especialmente para el rol que este juega en la economía de la ciudad y en su posible desarrollo social: el nombramiento de una Gerente y el significativo incremento en el número de inmuebles que pagan el impuesto predial. Para hablar con profundidad sobre esta última noticia esperaremos a que la Secretaría de Hacienda nos proporcione más detalles.

Hablemos de la gerencia. El alcalde William Dau al fin encontró una valiente y comprometida cartagenera, Diana Martínez, quien asumió un complejo reto. Noticia importante porque urgía una cabeza para este activo frágil que se encuentra a la deriva. Es un primer paso.

¿En qué consiste el cargo? Es un asesor de despacho del Alcalde, sin competencias diferentes a la de asesorar, y sin presupuesto. Esta asesoría puede convertirse en una articulación de las diferentes entidades que intervienen el Centro Histórico, bajo una sola visión. Todo depende de que exista esa visión, de la autoridad que tenga el Alcalde en su gabinete y la capacidad de gestión de la Gerente. La voluntad y la capacidad están, más difícil es el tema de unificar la visión. Cada Secretario tiene su ‘pedacito’ de poder sobre el Centro Histórico, casi que feudal, y lo interviene de acuerdo con su propia visión.

Y esta visión del Alcalde y su Gerente, ¿será la de la ‘dictadura’ de cualquier tipo de turismo sobre los habitantes de la ciudad? –que es la que ha predominado siempre–, ¿o será una visión más bien alineada con Unesco, la de un Centro Histórico habitado, que cumpla su función social, con actividades turísticas que mejoren la calidad de vida de la comunidad? Pronto lo sabremos.

Los retos

Para el mediano y largo plazo son varios. El primero: las competencias. El trabajo como asesor permitirá conocer los límites y las necesidades que enfrenta esta figura para realmente hacer una gestión eficiente del Centro Histórico. Es importante que una vez definidas las competencias, la gerencia se incluya en la nueva estructura de la alcaldía y en el PEMP (Plan Especial de Manejo y Protección) del Centro Histórico, ambos en diseño. Actualmente en ninguno de estos dos planes hay una propuesta al respecto. Es decir, hay que crear la gerencia porque no existe ni en el papel.

El segundo reto es el presupuesto. Insisto: la riqueza que produce la ciudad amurallada debe ser distribuida para generar desarrollo social. Esto no sucede hoy. Esta distribución de la riqueza debe comenzar por inversión en la infraestructura del mismo Centro Histórico. ¿Por qué? Porque gran parte de la población vive de la ciudad antigua, y otra parte es usuaria diaria. Eso es inversión social, eso es cumplir con la función social del patrimonio. Todos necesitamos, al menos, poder caminar por andenes sin huecos e invasiones, cruzar las calles sin correr riesgos vitales, respirar un aire distinto al de alcantarilla rebosada.

También la gerencia necesita un equipo de trabajo. ¿Cómo va a articular las secretarías si depende de los presupuestos de ellas? Y también se necesita invertir en programas de desarrollo social a partir de la riqueza cultural de los cartageneros. Es hora de dejar atrás la ‘mendicidad turística’ y pasar a la ‘dignidad cultural’.

¿De dónde saldrá el presupuesto? ¿Del incremento de la cantidad de inmuebles que pagan el predial? ¿Del ICA que aportan los comercios formales? ¿O de un impuesto específico que deberían pagar todos aquellos que hoy se lucran sin pagar un solo peso por el uso del Centro Histórico? El Centro Histórico de Cartagena debe dejar de ser gratis para aquellos que llenan sus bolsillos. Urge una economía para todos, y con un turismo que contribuya.